Gastronomía sostenible
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 22 octubre, 2010
Gastronomía sostenible
Llegó la hora de mirar hacia la tierra, hemos sido forzados por las circunstancias y nuestra inconsciencia como consumidores glotones a detener ese consumo desmedido a causa del impacto en el medio ambiente.
Hemos sido fieles a la condición humana de inclinarnos hacia el placer y el exceso irresponsable por la falta de conocimiento mezclado con el deseo de no parar.
Como sociedad somos en este momento cómplices de un estilo que mira al corto plazo con un egoísmo implícito que apunta al gozo en el tiempo de nuestras vidas, heredando casi que lo peor de nosotros a nuestros hijos sin saberlo. ¿Suena esta introducción muy fuerte? No lo es comparado con el daño causado.
Por eso como consumidores debemos apoyar a restaurantes que están haciendo algo al respecto, es un principio y noble.
¿Compensa el restaurante la huella de carbono que produce su actividad? Es la hora de hacer preguntas y directas como consumidor y sin tener miedo que lo acusen y lo “choteen”.
Basta ya de presión social, la chota y el miedo a esta, cada consumo cuenta.
¿Tiene el restaurante bar o lo que sea un plan de reciclaje? ¿Utiliza productos de limpieza biodegradables? ¿Tiene plan de ahorro energético, qué otras medidas creativas ha implementado?
¿Compra productos responsables con el ambiente, qué proporción de su menú? ¿Integra productos locales, apoya a la industria local? ¿Apoya causas comunitarias? ¿Capacita a su personal? ¿Lo trata dignamente? ¿Sus precios son razonables comparando calidad versus precio? ¿Es en síntesis un orgullo para la comunidad?
Es hora de hacer preguntas y directas.
Buen provecho y hasta la próxima semana.
Llegó la hora de mirar hacia la tierra, hemos sido forzados por las circunstancias y nuestra inconsciencia como consumidores glotones a detener ese consumo desmedido a causa del impacto en el medio ambiente.
Hemos sido fieles a la condición humana de inclinarnos hacia el placer y el exceso irresponsable por la falta de conocimiento mezclado con el deseo de no parar.
Como sociedad somos en este momento cómplices de un estilo que mira al corto plazo con un egoísmo implícito que apunta al gozo en el tiempo de nuestras vidas, heredando casi que lo peor de nosotros a nuestros hijos sin saberlo. ¿Suena esta introducción muy fuerte? No lo es comparado con el daño causado.
Por eso como consumidores debemos apoyar a restaurantes que están haciendo algo al respecto, es un principio y noble.
¿Compensa el restaurante la huella de carbono que produce su actividad? Es la hora de hacer preguntas y directas como consumidor y sin tener miedo que lo acusen y lo “choteen”.
Basta ya de presión social, la chota y el miedo a esta, cada consumo cuenta.
¿Tiene el restaurante bar o lo que sea un plan de reciclaje? ¿Utiliza productos de limpieza biodegradables? ¿Tiene plan de ahorro energético, qué otras medidas creativas ha implementado?
¿Compra productos responsables con el ambiente, qué proporción de su menú? ¿Integra productos locales, apoya a la industria local? ¿Apoya causas comunitarias? ¿Capacita a su personal? ¿Lo trata dignamente? ¿Sus precios son razonables comparando calidad versus precio? ¿Es en síntesis un orgullo para la comunidad?
Es hora de hacer preguntas y directas.
Buen provecho y hasta la próxima semana.