Garantía a futuro
| Martes 16 diciembre, 2008
Garantía a futuro
Los fondos a largo plazo son una opción interesante para las personas que quieren garantizar su capital y evadir la devaluación
El desarrollo de instrumentos para invertir en el mercado de valores se adapta a las necesidades de las personas. Por eso, surge una serie de opciones en la industria de los fondos de inversión que se desarrollan con el fin de que los inversionistas puedan preservar el valor de su capital y aumentarlo con el paso del tiempo.
Para lograr esto se crearon fondos de largo plazo, que van desde el simple fondo que invierte en títulos de deuda soberana; hasta megafondos o instrumentos inmobiliarios con un perfil de permanencia superior a los dos años.
El fondo como tal reúne a un grupo de personas o empresas individuales para constituir una base común de recursos y obtener un beneficio financiero colectivo. Este mecanismo de ahorro ofrece rendimientos que varían según la valoración de los títulos que poseen o la rentabilidad de la inversión.
Los dineros se ponen usualmente a disposición de emisores que ofrecen muy pocos riesgos: deuda soberana, títulos emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos o el Banco Europeo y los de entidades muy solventes, con capacidad para enfrentar los pagos sin dificultad.
En el caso de la línea inmobiliaria, hay que analizar muy bien la cotización del inmueble, su depreciación y si el proyecto será capaz de retribuir luego el dinero a los inversionistas a través de alquileres, o de venta a un precio mayor al que se obtuvo.
Liquidez
Un segundo aspecto a considerar es la “liquidez”, es decir, la capacidad de convertir los títulos en dinero. Hay valores que pocas personas compran, entonces, si una persona necesita venderlos antes de llegar al vencimiento, podría verse forzada a vender a un precio muy inferior al que pagó para adquirirlo.
Por eso es recomendable esperar hasta el vencimiento, o comprar títulos que se transen con regularidad en el mercado bursátil para facilitar la venta si fuera necesaria.
Otra opción para protegerse es invertir en diferentes instrumentos financieros, es decir, diversificar. De esta forma, se puede participar en un fondo que diversifique entre títulos de deuda costarricense, bonos estadounidenses y certificados de depósito a plazo por ejemplo.
El atractivo de este tipo de fondo es que protege al inversionista de caídas eventuales en los mercados que perjudiquen un sector específico de la economía. Si por ejemplo ocurre una baja en los bonos de Costa Rica, pero los de Estados Unidos mantienen su precio, quien esté diversificado entre ambos instrumentos no sufrirá lo mismo que una persona que solo tenga títulos ticos en sus inversiones.
También es un buen mecanismo para proteger al inversionista de la inflación y la devaluación, pero si se invierte a largo plazo.
Paciencia
Uno de los mayores enemigos de esta figura de ahorro es la impaciencia, porque muchos esperan altas redenciones en plazos muy cortos. En este punto, existe un reto educacional; además de la ya mencionada seguridad y estabilidad de la entidad donde se invierte.
El Plan Nacional de Desarrollo, formulado por el Ministerio de Planificación, resalta la necesidad de aumentar la inversión a largo plazo, para que esos dineros puedan financiar obra pública e inversión. El Gobierno también podrá financiarse con esos recursos para cubrir sus necesidades. También, la ciudadanía se vería beneficiada porque ganará en su poder adquisitivo y seguridad financiera.
Mercado inestable
Uno de los problemas de los fondos de largo plazo es que los títulos en que invierte son muy sensibles a los movimientos al alza y a la baja del mercado. En los últimos meses, con la crisis financiera, la tendencia es hacia la baja.
Los fondos a largo plazo son una opción interesante para las personas que quieren garantizar su capital y evadir la devaluación
El desarrollo de instrumentos para invertir en el mercado de valores se adapta a las necesidades de las personas. Por eso, surge una serie de opciones en la industria de los fondos de inversión que se desarrollan con el fin de que los inversionistas puedan preservar el valor de su capital y aumentarlo con el paso del tiempo.
Para lograr esto se crearon fondos de largo plazo, que van desde el simple fondo que invierte en títulos de deuda soberana; hasta megafondos o instrumentos inmobiliarios con un perfil de permanencia superior a los dos años.
El fondo como tal reúne a un grupo de personas o empresas individuales para constituir una base común de recursos y obtener un beneficio financiero colectivo. Este mecanismo de ahorro ofrece rendimientos que varían según la valoración de los títulos que poseen o la rentabilidad de la inversión.
Los dineros se ponen usualmente a disposición de emisores que ofrecen muy pocos riesgos: deuda soberana, títulos emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos o el Banco Europeo y los de entidades muy solventes, con capacidad para enfrentar los pagos sin dificultad.
En el caso de la línea inmobiliaria, hay que analizar muy bien la cotización del inmueble, su depreciación y si el proyecto será capaz de retribuir luego el dinero a los inversionistas a través de alquileres, o de venta a un precio mayor al que se obtuvo.
Liquidez
Un segundo aspecto a considerar es la “liquidez”, es decir, la capacidad de convertir los títulos en dinero. Hay valores que pocas personas compran, entonces, si una persona necesita venderlos antes de llegar al vencimiento, podría verse forzada a vender a un precio muy inferior al que pagó para adquirirlo.
Por eso es recomendable esperar hasta el vencimiento, o comprar títulos que se transen con regularidad en el mercado bursátil para facilitar la venta si fuera necesaria.
Otra opción para protegerse es invertir en diferentes instrumentos financieros, es decir, diversificar. De esta forma, se puede participar en un fondo que diversifique entre títulos de deuda costarricense, bonos estadounidenses y certificados de depósito a plazo por ejemplo.
El atractivo de este tipo de fondo es que protege al inversionista de caídas eventuales en los mercados que perjudiquen un sector específico de la economía. Si por ejemplo ocurre una baja en los bonos de Costa Rica, pero los de Estados Unidos mantienen su precio, quien esté diversificado entre ambos instrumentos no sufrirá lo mismo que una persona que solo tenga títulos ticos en sus inversiones.
También es un buen mecanismo para proteger al inversionista de la inflación y la devaluación, pero si se invierte a largo plazo.
Paciencia
Uno de los mayores enemigos de esta figura de ahorro es la impaciencia, porque muchos esperan altas redenciones en plazos muy cortos. En este punto, existe un reto educacional; además de la ya mencionada seguridad y estabilidad de la entidad donde se invierte.
El Plan Nacional de Desarrollo, formulado por el Ministerio de Planificación, resalta la necesidad de aumentar la inversión a largo plazo, para que esos dineros puedan financiar obra pública e inversión. El Gobierno también podrá financiarse con esos recursos para cubrir sus necesidades. También, la ciudadanía se vería beneficiada porque ganará en su poder adquisitivo y seguridad financiera.
Mercado inestable
Uno de los problemas de los fondos de largo plazo es que los títulos en que invierte son muy sensibles a los movimientos al alza y a la baja del mercado. En los últimos meses, con la crisis financiera, la tendencia es hacia la baja.