Costa Rica vive en una situación de parálisis por análisis, afirma empresario

Franklin Chang: “No vamos a abandonar el país”

Ad Astra Rocket insta a entidades de gobierno a tomar decisiones

“Lo que pasa en Costa Rica es que estamos en una situación de miedo, donde hay, en casi todos los casos, entrabamientos o parálisis por análisis, cuando se trata de ejecutar proyectos”.
Así de tajante fue Franklin Chang, presidente de Ad Astra Rocket, al conversar sobre su decisión de desligar a Recope de forma unilateral del proyecto de producción y almacenamiento de hidrógeno.
Ante la maraña de trámites y múltiples actores involucrados, el empresario alega que en las entidades públicas se tiene miedo a cometer errores, y esto ralentiza procesos, algo que una empresa privada no puede permitirse.
Este es un extracto de la conversación con Chang, en donde abre las puertas de vuelta al gobierno y destaca la importancia de las alianzas público-privadas para el desarrollo.

¿Qué fue lo que sucedió?
Lo que hay es una especie de entrabamiento que tiene que ver, tal vez, con ciertos temores, de carácter legal o de otro tipo.
En este proyecto habían salido ciertos comentarios de que Recope no estaba habilitado para trabajar en hidrógeno, porque —dicen ellos— no es un derivado del petróleo —aunque sí lo es—. Cuando usted habla de un hidrocarburo, el “hidro” quiere decir hidrógeno.
Entonces, ese era un tema que me parece era un entrabamiento de interpretación legal que parece que ha asustado a los miembros de la junta directiva de Recope, y están atemorizados de cometer un error y aprobar algo que no concuerde con la ley.

Pero el proyecto lleva tres años, está en fase final, ¿no habían visto ese problema al inicio?
Curiosamente eso es algo que ya pasó, por eso estamos en la fase final del proyecto, nosotros ya vimos esos temas hace tres años, y los revisamos con grupos y con equipos legales. Incluso entiendo que el equipo legal de Recope le recomendó a la junta que esto estaba bien, no era un problema para la institución.

Entonces, ¿cuál es el problema?
Como le digo, es un temor que existe, al ajustarse tan cerca de lo que dice la letra de ley, que no se puede permitir que falten puntos o comas, para poder realizarse. El espíritu de la ley no es lo que es importante en este momento —según ellos—, sino lo que es la letra de la norma.
Lo que pasa es que están interpretando el contexto de la ley de Recope en una forma tan estrecha que no les da campo para evolucionar.
Esto es una interpretación legal que nos ha entrabado el engranaje.

¿En Costa Rica no se ejecutan proyectos por temas como este?
Ellos no es que no quieran continuar con el proyecto, pero no quieren tomar una decisión, es lo que se llama una parálisis por análisis, donde no se avanza por el temor y eso es lo peor que puede ocurrir en una alianza.
En una empresa eso no se puede desarrollar, en una alianza público-privada nosotros no podemos darnos el lujo de quedarnos esperando porque tenemos que mantener un equipo de ingenieros, técnicos y toda la infraestructura programática del proyecto.
Además, tenemos socios en el exterior, en Estados Unidos y Europa, con los que trabajamos para tener toda la tecnología en Costa Rica y esta gente tampoco puede esperar, simplemente se irían.
Por esto hay que mantener una viabilidad del proyecto y eso cuesta dinero, y ya llevamos siete meses esperando, por esto creo que era el momento de decir: “o jugamos o no”.

¿Es bueno trabajar con alianzas público-privadas?
Las alianzas público privadas son la estructura más lógica de seguir adelante en cualquier investigación de alto riesgo o proyecto, así es como funciona la NASA.
Por ejemplo, ellos invierten en el desarrollo de tecnologías que eventualmente llegan al sector privado para alimentar la economía del país.
En Estados Unidos, el que da el primer paso es el gobierno, que entra en una alianza con la empresa, porque son temas de alto riesgo y la empresa privada no puede sostener esto sola, pero sí lo puede hacer en conjunto.
La alianza es la estructura de negocio adecuada, es lo correcto y es lo que se hace en los países desarrollados.

¿Qué enseñanza nos deja esto para la aplicación de alianzas público-privadas?
Lo que pasa en Costa Rica es que estamos en una situación de miedo, hay que saber que cuando se están haciendo este tipo de estudios e investigaciones. Se hacen con cuidado, con disciplina, pero se tiene que reconocer que en cualquier momento pueden existir errores.
Los errores no son malos, principalmente aquellos que se cometen porque no se tienen todas las respuestas. Esos errores nos sirven para aprender, son parte de la investigación, pero si la entidad está tan asustada de cometer un error, eso causa un entrabamiento y una parálisis.

¿Qué pasa si lo llama el Presidente y le dice: “Continuemos”?
Sería una noticia muy buena para nosotros, hay una gran disposición por parte del Gobierno, todas las personas con las que hemos hablado nos indican que es un gran proyecto para el país y el Presidente ha sido una persona muy abierta, así como comprometida en tratar de ayudar.

¿Y si no lo llama?
Nosotros seguiremos con el proyecto, no se va a perder, la empresa ha ganado destrezas nuevas, conocimientos nuevos, tenemos ahora la capacidad de montar una planta de producción y almacenamiento de hidrógeno, que sería la única en Centroamérica y la tercera en Latinoamérica.
Nosotros somos los que sabemos hacerlo, hemos aprendido a hacerlo, en ese sentido, todo lo que hemos hecho ha sido a bien, para una empresa costarricense, y queremos que estas tecnologías sigan creciendo en Costa Rica.
No vamos a abandonar el país, yo estoy completamente comprometido con el país, quiero que esta empresa florezca y prospere en nuestro territorio y que exporte la tecnología a otros países.

Fabio Parreaguirre
fparreaguirre@larepublica.net
@fabiopLR