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Fin de año y fin de Gobierno

Humberto Pacheco humberto.pacheco@pachecocoto.com | Martes 07 enero, 2014


A partir de mayo esto será fait accompli. Lo que viene es lo que verdaderamente nos preocupa. El país no puede despilfarrar otros cuatro años


Trotando Mundos

Fin de año y fin de Gobierno

Aunque en el resto del mundo la vida sigue igual, con feriados solo el 25 y el 1º, el paro casi total en Costa Rica nos permitió bajar un poco el ritmo enloquecedor con que veníamos trabajando el año pasado. En el ámbito de nuestra firma, además de abrir dos divisiones nuevas, a partir de octubre de 2012 se conjuntaron todos los proyectos de largo plazo que veníamos impulsando, comenzando con la incorporación al grupo de la empresa legal-ambiental más importante de la región. En febrero de este año oficializamos la pospuesta apertura en España, que se sumó a las oficinas de Suiza y Nueva Zelanda; en agosto incorporamos a Guatemala, El Salvador y Nicaragua y para octubre concluimos- por ahora- con la apertura en Honduras.
Todo sin que los clientes se sentaran a esperar a que termináramos para requerir nuestros servicios, lo que hizo que infinidad de fines de semana los socios pasáramos trabajando sin darnos cuenta. Aunque de ninguna manera queremos inspirar lástima, palabra que odiamos y no existe en nuestro diccionario más que para viejitas muy viejitas y muy enfermas, la faena de este año fue pesada.
Por eso, algo tan simple como respirar hondo, sentarnos sin prisa y disfrutar de una copa de vino a la vista del Océano Pacífico, resultó algo tan espectacular. Lo inviable, desde luego, para quienes usamos el cerebro para trabajar, es dejar de pensar por mucho tiempo. Sí le sumamos nuestro cariño a la patria, inevitablemente terminamos evaluando la actual situación.
Sí cupiera tenerle lástima diríamos que está muy viejita y muy enferma y le echaríamos “los muertos” por sus males al Gobierno. Pero, para bien o para mal, al peor Gobierno desde la Revolución del 48 lo elegimos la mayoría mediante un proceso democrático. Claramente, al decir de los romanos, un caso de culpa in eligendo.
Anteriormente habíamos visto corrupción con progreso, habíamos visto estancamiento con absoluta honestidad y habíamos visto una serie de combinaciones en el medio. Pero nunca antes se habían confabulado los dos males simultáneamente con tanta agresividad; en los hechos y en la mente de los costarricenses. Que don Oscar nos embarcó, nos embarcó.
A partir de mayo esto será fait accompli. Lo que viene es lo que verdaderamente nos preocupa. El país no puede despilfarrar otros cuatro años.
Ninguno de los mejores candidatos está bien posicionado. Esto nos deja frente a la amenaza de un jovencito que, por su inexperiencia e ideología, promueve retroceder a los sistemas de mediados del siglo pasado. Los mismos que hundieron a la Unión Soviética, carcomida por tal corrupción que parecía invadida de termitas cuando colapsó. El mismo que tiene hundido al país más rico de Latinoamérica, Venezuela, adonde, como símbolo del progreso comunista, escasea el papel higiénico. ¡Que extraño símbolo de progreso! Lo mismo que sucedió en Nicaragua en las épocas del sandinismo extremo.
Promueve el párvulo retroceder al mismo estado empresarial que hace tiempo cumplió una función en Costa Rica, entre 1948 y 1968, pero que siguió funcionando, ya obsoleto, durante cuarenta años más, propiciando una creciente corrupción y un descalabro descomunal de la infraestructura. Todo lo contrario de lo que necesitamos hacer urgentemente.
Ante tal perspectiva, solo cabe decir pobrecita Costa Rica.

Humberto Pacheco A.
vikocr@racsa.co.cr

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