Fieles a la memoria de Erica Knie
| Sábado 13 agosto, 2011
Fieles a la memoria de Erica Knie
Hay personas que, al partir, dejan un mundo mejor al que encontraron. Erica Knie, quien fuera presidenta de la Fundación MarViva, ha sido una de ellas.
Un año después de su muerte sus obras perduran en nuestros mares. Los programas de apoyo a comunidades costeras, la protección de los parques marinos, la promoción de una pesca responsable siguen contribuyendo a un mejor ambiente marino.
Una ciudadana de un país sin mar, vino a nuestras costas y se enamoró de sus aguas, de sus islas, de sus peces… Durante más de dos décadas se dedicó a luchar por proteger esta región.
“Me voy con el privilegio de dejar tras de mí una vida completa y realizada. Quiero daros las gracias a todos los que me habéis acompañado durante mi viaje apasionado por la conservación marina en este planeta”, dijo poco antes de su partida.
En estos nueve años de existencia de la Fundación MarViva, esta excepcional mujer cambió la vida de cientos de personas y se erigió en un referente internacional del trabajo por el uso sostenible de nuestros recursos marinos y costeros.
Sin siquiera conocer su nombre, pescadores de la costa han recibido su apoyo en actividades productivas, guardaparques han sido entrenados, el marco normativo del país se ha fortalecido, y la población se encuentra más consciente sobre la importancia de proteger los mares.
La Fundación MarViva, fiel a su memoria y a sus más grandes sueños, continúa con la obra que Erica Knie deja en la región a favor de lo que era su vida y su más grande pasión: el mar.
Ciertamente una persona no se va cuando se muere. Erica sigue ayudando en la conservación y el desarrollo de nuestros mares.
Jorge A. Jiménez
Director general de la Fundación MarViva
Hay personas que, al partir, dejan un mundo mejor al que encontraron. Erica Knie, quien fuera presidenta de la Fundación MarViva, ha sido una de ellas.
Un año después de su muerte sus obras perduran en nuestros mares. Los programas de apoyo a comunidades costeras, la protección de los parques marinos, la promoción de una pesca responsable siguen contribuyendo a un mejor ambiente marino.
Una ciudadana de un país sin mar, vino a nuestras costas y se enamoró de sus aguas, de sus islas, de sus peces… Durante más de dos décadas se dedicó a luchar por proteger esta región.
“Me voy con el privilegio de dejar tras de mí una vida completa y realizada. Quiero daros las gracias a todos los que me habéis acompañado durante mi viaje apasionado por la conservación marina en este planeta”, dijo poco antes de su partida.
En estos nueve años de existencia de la Fundación MarViva, esta excepcional mujer cambió la vida de cientos de personas y se erigió en un referente internacional del trabajo por el uso sostenible de nuestros recursos marinos y costeros.
Sin siquiera conocer su nombre, pescadores de la costa han recibido su apoyo en actividades productivas, guardaparques han sido entrenados, el marco normativo del país se ha fortalecido, y la población se encuentra más consciente sobre la importancia de proteger los mares.
La Fundación MarViva, fiel a su memoria y a sus más grandes sueños, continúa con la obra que Erica Knie deja en la región a favor de lo que era su vida y su más grande pasión: el mar.
Ciertamente una persona no se va cuando se muere. Erica sigue ayudando en la conservación y el desarrollo de nuestros mares.
Jorge A. Jiménez
Director general de la Fundación MarViva