Fidel Castro llega a 83 años disparando contra EE.UU.
| Jueves 13 agosto, 2009
Isla padece crisis económica más severa en los últimos 20 años
Fidel Castro llega a 83 años disparando contra EE.UU.
“Comandante en Jefe”, como le siguen llamando en Cuba, hace sentir el peso de su liderazgo, bajo el cual nació el 70% de los 11 millones de cubanos
La Habana
AFP
El histórico líder cubano Fidel Castro llega hoy a sus 83 años en reposo en su casa pero sin cejar su guerra con Estados Unidos, mientras la isla comunista atraviesa su más severa crisis económica en casi dos décadas.
Cuando hace tres años enfermó de gravedad, pocos vislumbraban a Castro festejando ahora cumpleaños y todavía tirando de los hilos del poder -para alivio de seguidores y decepción de detractores-, aunque su hermano Raúl, al tomar el mando, redefinió prioridades, estructura y estilo de gobierno.
Acostumbrados ya a la ausencia pública de quien los gobernó por casi medio siglo, los cubanos no se percatan de la fecha, pero oficialmente tampoco se pasa por alto: muestras de fotos, conciertos, concursos y la publicación del “Diccionario de Pensamientos de Fidel Castro”.
Sin salir en público desde que estalló su crisis de salud en julio de 2006, está en su casa -según visitantes-, vigilado por un equipo médico y dedicado a leer y escribir sus “Reflexiones del Compañero Fidel”, la nueva trinchera desde donde dispara ahora contra el presidente estadounidense Barack Obama y trata la actualidad internacional.
Sustituido formalmente en la presidencia por su hermano cinco años menor en febrero de 2008, Fidel Castro renunció a todos sus cargos pero se mantiene como el primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC, único), máxima autoridad en este sistema de gobierno.
Cargo que debe ser ratificado o renovado en la conferencia del PCC que anunció Raúl, para efectuarse “en breve”, tras posponer indefinidamente el VI Congreso del Partido, que debía haberse hecho en 2002 para trazar las estrategias políticas y económicas de la revolución.
Raúl lo parafrasea y dice consultarle sus decisiones. Esta semana en Quito, ilustró la unidad con su hermano diciendo: “¿Qué diferencia puede haber? Matices”.
Analistas hablan de más que matices. “Lo que parecía en algún tiempo una sucesión irrevocable, o por lo menos una en la que Fidel podría desempeñar sólo un papel pasivo emérito, ha resultado ser cualquier cosa menos eso”, dijo el autor del libro “After Fidel”, el estadounidense Brian Latell.
Guardián ideológico de la revolución, Fidel dice no querer “interferir”. “El gobierno es un asunto de Raúl”, contó el politólogo argentino Atilio Borón que le expresó hace poco cuando lo visitó.
No obstante, el “Comandante en Jefe”, como le siguen llamando en Cuba, hace sentir el peso de su liderazgo, bajo el cual nació el 70% de los 11 millones de cubanos.
Desde sus artículos fue el primero en minimizar el levantamiento de restricciones a viajes y remesas que autorizó Obama, a quien, tras elogiarlo en un principio, ataca con frecuencia, últimamente acusándolo de ser blando en el golpe en Honduras o de promover un conflicto entre su aliado Venezuela y Colombia.
Fue también quien destapó que lo que el gobierno anunció como un relevo se trató de una aparatosa destitución del vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque, al salir al paso de lo que algunos señalaban como un cambio de hombres de Fidel por los de Raúl.
Para muchos cubanos es igual con uno u otro hermano, y están enfrascados en cómo resolver el día a día ante la difícil situación económica que enfrenta la isla, la más fuerte desde la que sacudió al país tras la caída del bloque soviético en los años 90.
Como efecto de la crisis internacional, la ineficiencia productiva y tres huracanes en 2008, el gobierno bajó este año la meta de crecimiento de 6% a 1,7% e impuso un drástico programa de ajuste y ahorro.
La disidencia sostiene que Fidel sigue en el poder y que con Raúl se mantiene sin cambios la situación de los derechos humanos: una comisión ilegal registró un aumento de 205 a 208 presos políticos en los últimos seis meses.
Fidel Castro llega a 83 años disparando contra EE.UU.
“Comandante en Jefe”, como le siguen llamando en Cuba, hace sentir el peso de su liderazgo, bajo el cual nació el 70% de los 11 millones de cubanos
La Habana
AFP
El histórico líder cubano Fidel Castro llega hoy a sus 83 años en reposo en su casa pero sin cejar su guerra con Estados Unidos, mientras la isla comunista atraviesa su más severa crisis económica en casi dos décadas.
Cuando hace tres años enfermó de gravedad, pocos vislumbraban a Castro festejando ahora cumpleaños y todavía tirando de los hilos del poder -para alivio de seguidores y decepción de detractores-, aunque su hermano Raúl, al tomar el mando, redefinió prioridades, estructura y estilo de gobierno.
Acostumbrados ya a la ausencia pública de quien los gobernó por casi medio siglo, los cubanos no se percatan de la fecha, pero oficialmente tampoco se pasa por alto: muestras de fotos, conciertos, concursos y la publicación del “Diccionario de Pensamientos de Fidel Castro”.
Sin salir en público desde que estalló su crisis de salud en julio de 2006, está en su casa -según visitantes-, vigilado por un equipo médico y dedicado a leer y escribir sus “Reflexiones del Compañero Fidel”, la nueva trinchera desde donde dispara ahora contra el presidente estadounidense Barack Obama y trata la actualidad internacional.
Sustituido formalmente en la presidencia por su hermano cinco años menor en febrero de 2008, Fidel Castro renunció a todos sus cargos pero se mantiene como el primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC, único), máxima autoridad en este sistema de gobierno.
Cargo que debe ser ratificado o renovado en la conferencia del PCC que anunció Raúl, para efectuarse “en breve”, tras posponer indefinidamente el VI Congreso del Partido, que debía haberse hecho en 2002 para trazar las estrategias políticas y económicas de la revolución.
Raúl lo parafrasea y dice consultarle sus decisiones. Esta semana en Quito, ilustró la unidad con su hermano diciendo: “¿Qué diferencia puede haber? Matices”.
Analistas hablan de más que matices. “Lo que parecía en algún tiempo una sucesión irrevocable, o por lo menos una en la que Fidel podría desempeñar sólo un papel pasivo emérito, ha resultado ser cualquier cosa menos eso”, dijo el autor del libro “After Fidel”, el estadounidense Brian Latell.
Guardián ideológico de la revolución, Fidel dice no querer “interferir”. “El gobierno es un asunto de Raúl”, contó el politólogo argentino Atilio Borón que le expresó hace poco cuando lo visitó.
No obstante, el “Comandante en Jefe”, como le siguen llamando en Cuba, hace sentir el peso de su liderazgo, bajo el cual nació el 70% de los 11 millones de cubanos.
Desde sus artículos fue el primero en minimizar el levantamiento de restricciones a viajes y remesas que autorizó Obama, a quien, tras elogiarlo en un principio, ataca con frecuencia, últimamente acusándolo de ser blando en el golpe en Honduras o de promover un conflicto entre su aliado Venezuela y Colombia.
Fue también quien destapó que lo que el gobierno anunció como un relevo se trató de una aparatosa destitución del vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque, al salir al paso de lo que algunos señalaban como un cambio de hombres de Fidel por los de Raúl.
Para muchos cubanos es igual con uno u otro hermano, y están enfrascados en cómo resolver el día a día ante la difícil situación económica que enfrenta la isla, la más fuerte desde la que sacudió al país tras la caída del bloque soviético en los años 90.
Como efecto de la crisis internacional, la ineficiencia productiva y tres huracanes en 2008, el gobierno bajó este año la meta de crecimiento de 6% a 1,7% e impuso un drástico programa de ajuste y ahorro.
La disidencia sostiene que Fidel sigue en el poder y que con Raúl se mantiene sin cambios la situación de los derechos humanos: una comisión ilegal registró un aumento de 205 a 208 presos políticos en los últimos seis meses.