Fernández a la defensiva
EFE | Miércoles 15 mayo, 2013
Fernández a la defensiva
El Gobierno argentino rompió su silencio para rechazar las denuncias sobre supuestas prácticas corruptas en el círculo del poder reveladas, entre otras personas, por Miriam Quiroga, secretaria del fallecido expresidente Néstor Kirchner, que acudió ayer a declarar ante la Justicia.
Quiroga declaró a puerta cerrada ante un juez de Buenos Aires como testigo en una causa abierta por presunta asociación ilícita de funcionarios y empresarios relacionados con el expresidente Kirchner (2003-2007).
La exsecretaria fue citada por la Justicia tras participar en un programa televisivo en el que afirmó que cuando trabajaba para la Presidencia vio a un estrecho colaborador de Kirchner salir con bolsos, supuestamente cargados de dinero, destinados a la quinta presidencial de Olivos y a la residencia familiar del expresidente en Santa Cruz (sur de Argentina).
Fuentes judiciales evitaron confirmar si Quiroga ratificó sus declaraciones televisivas ante el juez que investiga la causa abierta en 2008 por una denuncia de la diputada opositora Elisa Carrió contra Kirchner y varios de sus colaboradores.
Miriam Quiroga empezó a trabajar con Néstor Kirchner cuando era gobernador de Santa Cruz y tras su elección como presidente en 2003, fue contratada como secretaria de Documentación en la Casa Rosada donde se mantuvo hasta que fue despedida apenas unos meses después de la muerte del exmandatario, fallecido en octubre de 2010.
Sus revelaciones coinciden con denuncias periodísticas sobre la presunta implicación de empresarios próximos a Kirchner en supuestos delitos de lavado de dinero, como Lázaro Báez, quien precisamente ayer se presentó ante la fiscalía de Río Gallegos para reivindicar su inocencia y rechazar las acusaciones que le vinculan con la evasión de millones de dólares a Uruguay para su traslado a bancos suizos.
Mientras la Justicia avanza en las investigaciones por las denuncias sobre presuntas prácticas ilícitas, dirigentes oficialistas y altos funcionarios del Gobierno han roto el silencio que habían guardado durante las últimas semanas y han salido a rechazar las acusaciones, aunque la presidenta, por el momento, se se ha mantenido al margen de la polémica.
La diputada oficialista Diana Conti defendió a los Kirchner asegurando que hicieron su "fortuna desde muy jóvenes, con trabajo".
Es "una campaña de desprestigio y difamación", afirmó Conti a medios locales en alusión a las revelaciones de las últimas semanas.
Para el secretario general de Presidencia, Óscar Parrilli, las denuncias proceden de "alcahuetes mediáticos" que "intentan generar un clima de terror, un ambiente de miedo, donde se cae todo y está todo mal".
También el ministro de Planificación, Julio De Vido, animó a los que como él son peronistas a "salir a contestar".
El escándalo que salpica al entorno de Cristina Fernández ha provocado una caída de su valoración en las encuestas, según medios locales.
Buenos Aires/EFE