¿Fanal deudor?
| Martes 20 septiembre, 2011
¿Fanal deudor?
Ante la noticia de que al Consejo Nacional de Producción (CNP) le están embargando la cuentas corrientes, por una deuda que mantiene la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), ante el no pago que se originó entre el año 2004 y 2005, me veo en la obligación de hacer las respectivas aclaraciones, en virtud de que desde abril de 2004 y aún un poco más de este tiempo, tuve la oportunidad de ser Administrador de dicha Fábrica.
Me llamó la atención que las noticias hagan referencia a estos hechos, por lo que me permito aclarar que la Fábrica al momento del embargo no le debía dinero a Tributación Directa, cosa que podría suceder hoy si, producto del embargo como tal, no pudiera honrar los montos que mantiene en sus cuentas para pagar los impuestos que le corresponde girar en estos días.
Cuando se labora como Administrador de Fanal se tiene que ser muy hábil, pues para nadie es un secreto que al CNP, prácticamente quien lo mantiene es la Fábrica con sus Aportes. Aportes que están contemplados en el artículo 12 de la ley del CNP; los cuales, entre otras cosas, se indica claramente que están exentos del impuesto de la renta.
Y es una dura labor, en donde las estrecheces de flujo de caja son cosa de todos los días, ya que si no se entregan los dineros a tiempo, no alcanza el que genera el CNP para pagar salarios.
Lo anterior más los pagos de proveedores y de impuestos en la desventajosa posición de ser una empresa estatal que compite de tú a tú con el sector privado, en un mercado sumamente competitivo y que evoluciona día con día.
Sin embargo, a hoy, la contabilidad de Fanal es clara en reflejar que no existe deuda alguna y, extrañamente, al embargarse estas cuentas también se embargó una suma nada despreciable de ¢423 millones de cuenta de jubilaciones de empleados.
En este momento se argumenta que Fanal dejó de cancelar la suma de ¢332 millones en 2004 y ¢240 millones de 2005, siendo que esa entidad transfirió ¢2.557 millones en 2004 y ¢2.263 millones en 2005.
Según me indicaron, el Ministerio de Hacienda dice estar cobrando por el dinero girado por Aportes al CNP, que como vimos está exento por LEY.
Me atrevo a decir que hay pocas empresas que como FANAL le aportan al Fisco, en la actualidad, cerca de ¢7.000 millones anuales; además de otros ¢3.000 millones al CNP en calidad de Aportes.
Como Ex Administrador de FANAL, estoy seguro que se requiere tramitar un proyecto de Ley en la Asamblea Legislativa para que, de una vez por todas, a dicho ente estatal se le otorgue la cédula jurídica instrumental, y de esta manera dejar de estar en estas peripecias o que se decida de una vez por todas si se le vende al mejor postor, por medio de una licitación pública, previa modificación de la Ley del CNP para que esto pueda hacerse realidad.
Pero mientras esto no suceda, definitivamente como indicó su actual Administrador, en un periódico de circulación nacional, este es un problema que sólo se arregla por medio de la intervención política, ya que mi presunción es que ante las pruebas que tiene la Fábrica no cabe reclamo técnico, a menos que se esté dando una extralimitación del poder del estado en contra de una de sus propias entidades, o a menos que lo que pretenda el Gobierno sea cerrar la Fábrica y para ello se esté utilizando mecanismos que no son válidos, desde el punto de vista jurídico ni moral.
Randall Castro Vargas
Economista
Ante la noticia de que al Consejo Nacional de Producción (CNP) le están embargando la cuentas corrientes, por una deuda que mantiene la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), ante el no pago que se originó entre el año 2004 y 2005, me veo en la obligación de hacer las respectivas aclaraciones, en virtud de que desde abril de 2004 y aún un poco más de este tiempo, tuve la oportunidad de ser Administrador de dicha Fábrica.
Me llamó la atención que las noticias hagan referencia a estos hechos, por lo que me permito aclarar que la Fábrica al momento del embargo no le debía dinero a Tributación Directa, cosa que podría suceder hoy si, producto del embargo como tal, no pudiera honrar los montos que mantiene en sus cuentas para pagar los impuestos que le corresponde girar en estos días.
Cuando se labora como Administrador de Fanal se tiene que ser muy hábil, pues para nadie es un secreto que al CNP, prácticamente quien lo mantiene es la Fábrica con sus Aportes. Aportes que están contemplados en el artículo 12 de la ley del CNP; los cuales, entre otras cosas, se indica claramente que están exentos del impuesto de la renta.
Y es una dura labor, en donde las estrecheces de flujo de caja son cosa de todos los días, ya que si no se entregan los dineros a tiempo, no alcanza el que genera el CNP para pagar salarios.
Lo anterior más los pagos de proveedores y de impuestos en la desventajosa posición de ser una empresa estatal que compite de tú a tú con el sector privado, en un mercado sumamente competitivo y que evoluciona día con día.
Sin embargo, a hoy, la contabilidad de Fanal es clara en reflejar que no existe deuda alguna y, extrañamente, al embargarse estas cuentas también se embargó una suma nada despreciable de ¢423 millones de cuenta de jubilaciones de empleados.
En este momento se argumenta que Fanal dejó de cancelar la suma de ¢332 millones en 2004 y ¢240 millones de 2005, siendo que esa entidad transfirió ¢2.557 millones en 2004 y ¢2.263 millones en 2005.
Según me indicaron, el Ministerio de Hacienda dice estar cobrando por el dinero girado por Aportes al CNP, que como vimos está exento por LEY.
Me atrevo a decir que hay pocas empresas que como FANAL le aportan al Fisco, en la actualidad, cerca de ¢7.000 millones anuales; además de otros ¢3.000 millones al CNP en calidad de Aportes.
Como Ex Administrador de FANAL, estoy seguro que se requiere tramitar un proyecto de Ley en la Asamblea Legislativa para que, de una vez por todas, a dicho ente estatal se le otorgue la cédula jurídica instrumental, y de esta manera dejar de estar en estas peripecias o que se decida de una vez por todas si se le vende al mejor postor, por medio de una licitación pública, previa modificación de la Ley del CNP para que esto pueda hacerse realidad.
Pero mientras esto no suceda, definitivamente como indicó su actual Administrador, en un periódico de circulación nacional, este es un problema que sólo se arregla por medio de la intervención política, ya que mi presunción es que ante las pruebas que tiene la Fábrica no cabe reclamo técnico, a menos que se esté dando una extralimitación del poder del estado en contra de una de sus propias entidades, o a menos que lo que pretenda el Gobierno sea cerrar la Fábrica y para ello se esté utilizando mecanismos que no son válidos, desde el punto de vista jurídico ni moral.
Randall Castro Vargas
Economista