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Domingo, 15 de diciembre de 2024



INVERSIONISTA


Falta de dinero, ideas o voluntad política

| Lunes 13 mayo, 2013




Falta de dinero, ideas o voluntad política

En los últimos días el país entero se embarcó en una lucha contra la concesión de la ruta San José-San Ramón, ya la Presidenta desistió del contrato, dándole la razón al pueblo. Pero le faltó algo muy importante, ¿cuál es el plan a seguir?
Si me preguntan a mí, esto es lo que se me ocurre: supongamos que diariamente transitan cerca de 75 mil vehículos en dicha autopista. Si todos esos vehículos pagaran los ¢75 en la General Cañas se obtendrían ganancias anuales de $4 millones aproximadamente. Sé que muchos dirían que si todos se detienen a pagar colapsaría la autopista.

Están en lo cierto, pero porque no aprovechamos la tecnología, el quickpass funciona bien en las otras autopistas, nada más hagamos ciertas variaciones: quitemos las plumas y las casetas, pongamos doble peaje (ida y vuelta), instalemos cámaras para controlar a los infractores y hagamos de uso obligatorio el quickpass. Dejamos una caseta para el cobro manual, eso sí, esta cobrará un monto más elevado, con el propósito de que la gente vele por tener un quickpass en óptimas condiciones. Con solo este cambio, solo con el peaje en la General Cañas se generarían $8 millones al año.

Tal vez para muchos la situación no se ve muy alentadora, pero ahora hagamos más cambios. Modifiquemos el valor de peaje de ¢75 a ¢125 (¢250 ida y vuelta), por año obtendríamos $13,5 millones. Multipliquemos esa cifra por los 30 años que se iba a dar en concesión la carretera y nos da $405 millones, suponiendo gastos administrativos un 20%, al final tenemos $324 millones en 30 años.

Cabe destacar que aquí solo estamos contando con el peaje de la General Cañas, cobrando lo mismo en el peaje de Naranjo podríamos obtener en 30 años la cifra de $648 millones, lo cual es mucho más de lo que se iba a invertir en la concesión ($524 millones).

Entonces no digamos que no se puede, que no hay ideas y que no hay dinero. Creo que cada costarricense podría pagar los ¢500 por el uso de una autopista de primer nivel, que permita aumentar el desarrollo y crecimiento de nuestra sociedad y economía.

Manrique Lizano Chaverri

 







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