Falta de agua es por falta de gestión
| Miércoles 22 agosto, 2012
Gestión y cobro adecuados y justos del agua, evitarían a los costarricenses el problema de la escasez
Falta de agua es por falta de gestión
El suficiente acopio y la adecuada y justa distribución del agua potable en Costa Rica no debería ser un problema. Pero la condición para ello es que se hubieran tomado las medidas necesarias, oportunamente, dándole al asunto la prioridad que merece.
Siempre se supo que la población y la actividad productiva aumentarían y con ello la demanda de agua, y desde hace años se sabe también que el cambio climático es un hecho innegable que nos afectaría.
El país debía prepararse para esto y con la frecuencia e intensidad de las precipitaciones lluviosas que tenemos debió proveerse, a tiempo, de la infraestructura necesaria para el suficiente acopio de este líquido vital.
Debió educarse simultáneamente a la población y al sector productivo para evitar el desperdicio del agua, pagando lo justo por ella.
Sin embargo, hoy tenemos ya en ciertas zonas del país falta de agua. ¿Se debe esto a que llueve aquí muy poco? No, desde luego. En países donde una lluvia es algo muy esporádico y distanciado por meses de sequía completa no falta el agua porque cuando llueve se hace el debido acopio en grandes depósitos bien protegidos y cuidados.
Además de esto hay que tener, por supuesto una buena red de distribución que garantice el líquido a todos los habitantes sin importar en qué lugar del país vivan.
Que esto requiere inversión y capacidad de ejecución es totalmente cierto. Pero vemos que en los últimos cuatro años solo se han utilizado $100 millones de los casi $250 millones disponibles. Es decir, que lo que ha faltado es la voluntad política, no financiamiento.
Que era necesario prever mayor presupuesto para realizar las obras también es cierto, pero un saneamiento a tiempo en la forma de administrar el país habría evitado las pérdidas actuales y ese dinero habría servido para subsanar en parte la necesidad financiera para algo de tanta importancia como es la disponibilidad de agua potable.
El resto podría haberse solicitado en préstamo. Después de todo, hasta los dineros donados al país podrían haberse utilizado en esta necesidad de primer orden.
La salida a este estancamiento en asunto tan sensible es, sin duda, invertir más dinero en captación, mantenimiento y distribución de recurso hídrico.
Y una modificación, o cambio de sistema, que puede proveer recursos frescos, es que cualquier concesión de explotación de fuentes de agua pague por lo que consume, en vez de un canon como ocurre actualmente.