Fallan los controles en el Santamaría
No se sabe si lo estipulado en el contrato de concesión para la ampliación y operación del Juan Santamaría se cumple o no, porque no hay la debida supervisión
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 19 noviembre, 2009
Los trabajos de ampliación en el aeropuerto Juan Santamaría, desde la reanudación de esas obras hace ya cuatro meses, se realizan sin la debida supervisión por parte del órgano encargado. La mala noticia nos la da la Contraloría General de la República. Es decir que, aparentemente, los costarricenses pagamos los salarios de personas encargadas de realizar ese control pero el trabajo no se hace y tampoco cumplió con el suyo quien debería haberle pedido cuentas a esa entidad encargada, es decir, la ex ministra de Obras Públicas y Transportes. Suponemos que el nuevo Ministro en funciones hará lo que corresponda al respecto. La situación es grave. Tenemos la incertidumbre de no saber si lo estipulado en el contrato de concesión se cumple o no. De ello depende que el país cuente con el aeropuerto que necesita en las condiciones y el tiempo pactados. Las obras están ahora a cargo de la empresa Houston Airport System (HAS), quien ofreció asumir lo que fue una verdadera pesadilla generada por la anterior concesionaria, Alterra, que no logró nunca modernizar el aeropuerto Juan Santamaría a pesar de cuatro años y medio de atraso. Sin embargo, da la impresión de que la nefasta experiencia vivida no sirvió a la administración como aprendizaje por cuanto un asunto que tiene lo que bien podríamos llamar una segunda oportunidad en materia de manejo del sistema de concesiones, no es objeto de la debida supervisión. Costa Rica ha dado muestras de no saber manejar un sistema de concesiones de modo tal que la empresa con la cual se firma el contrato obtenga un razonable beneficio y el país lo que tanto necesita y con la calidad esperada. Sin embargo, nadie ha explicado hasta ahora por qué esto continúa sin solución a pesar de que el modelo sigue utilizándose. Este no puede ser un país en proceso permanente e infinito de supuesta adquisición de pericia en esta materia. El conocimiento o experiencia que pueda hacer falta en cualquier dependencia de la administración pública, si ese fuera el caso, debido al descuido de que fueron víctimas las instituciones, debió haberse subsanado. Lo inaceptable es continuar como si nada ocurriera y no cumplir con los cometidos. Si las razones son otras, debe haber una explicación.