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Factor humano

| Martes 22 enero, 2008




Factor humano

German Retana
german.retana@incae.edu

Tango y fútbol: ¡Pasión!
Buenos Aires. Visitar un club de fútbol como el Boca Juniors y observar un espectáculo de tango en esta ciudad permite constatar un común denominador: la pasión. ¿Por qué el fútbol argentino es tan rápido, competitivo y con tan fuerte espíritu ganador? ¿Por qué el tango es tan intenso, sugestivo y exigente en la sincronía entre los bailarines? ¿Qué semejanzas tienen estas dos disciplinas? ¿Qué nos enseñan?
El tango exige una estricta comprensión de la pareja en cada paso, esta dependencia hace que ambos se valoren como equipo y que crezcan hacia una confianza extrema en el movimiento del otro para realizar el propio. Esta confianza en el talento mutuo permite que la complejidad del baile se incremente paulatinamente hasta arrancar el aplauso del público, que se sorprende ante los movimientos casi acrobáticos de los bailarines. “El tango es algo más que una suave ondulación puesta en música, es la danza más profunda del mundo”, dijo alguna vez un extranjero en Buenos Aires. Su expresión cantada surgió después de la danza y siempre trata sobre la temática cotidiana del ser humano, de sus orígenes, sentimientos y realidades, por eso es tan popular. Se registran, curiosamente, casi 50 tangos dedicados al mundo futbolístico.
Por su parte, el fútbol en Argentina es una pasión que para algunos sobrepasa el límite entre afición y fanatismo. Los tripulantes de barcos ingleses lo practicaron en este puerto en el siglo XIX, pocos años antes de la popularización del tango. El museo del Boca Juniors constituye, por ejemplo, un recorrido minucioso de la historia de un club que despierta una identidad, la de la “mitad más uno” como dicen sus aficionados.
Este baile y este deporte se hacen, esencialmente, con las piernas. Con ellas expresan sus destrezas. Pero todo nace en la mente y en el alma, demostrando, una vez más, que la razón crea los conceptos que la pasión pone en acción. Las gambetas y filigranas en el fútbol equivalen a los complejos y sincronizados pasos del baile, en ambos hay una dosis de cadencia, ritmo intenso, magia, reto, atrevimiento y, sobre todo, pasión, que puede concluir en felicidad o amargura, pero que no se detiene, porque siempre hay un nuevo partido o danza que emprender. ¿Se habrán influido mutuamente el tango y el fútbol?
La pasión sobrepasa las fronteras de las diferencias sociales y acerca a quienes comparten un ideal. Es la mezcla entre la fantasía y el sudor que, tanto en el tango como en el fútbol convierte, paso a paso, los sueños en realidades. Cuando ella es grande las diferencias entre quienes la comparten se hacen pequeñas. Talento y pasión, la química perfecta.






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