Exportadores dinámicos
| Viernes 29 febrero, 2008
Exportadores dinámicos
En un artículo anterior me referí a los emprendimientos dinámicos, como estrategia utilizada por algunas economías emergentes. La metodología incluye varias etapas desde la concepción de la idea, su planteamiento en un plan de negocios (lo que algunos denominan etapas de pre-incubación), luego viene la búsqueda del dinero para iniciar la empresa apuntando sobre todo a esquemas de capital de riesgo, la incubación que incluye la permanencia física en un campus especial para estos efectos donde se comparten servicios y se tiene a la mano asistencia técnica y finalmente el polluelo está listo para volar solo.
Si responsablemente llegáramos a calcular, como dice la metodología del BID, el número de emprendimientos dinámicos que necesita el país para incrementar el PIB en un 1% dentro de cinco años, o mejor aún para lograr duplicar la meta de exportaciones dentro de dos años, como dice el Plan Nacional de Desarrollo, nos preguntaríamos sobre los recursos necesarios para fomentar ese número de empresas. Acto seguido tendríamos que planificar todos los recursos físicos, de infraestructura, financiamientos de varios tipos, servicios de desarrollo empresarial, avales y garantías, de recursos humanos capacitados y demás yerbas necesarias para aderezar la sana administración de una cartera de emprendimientos dinámicos.
En Costa Rica contamos con dos incubadoras la del Instituto Tecnológico de Costa Rica y más recientemente Parquetec, estructura a todas luces insuficiente para el logro de ambiciosas metas en el corto plazo. La ley de banca para desarrollo está en la Asamblea Legislativa esperando prioridad después de la agenda complementaria al TLC y en el caso de que se lograra aprobar en el primer semestre del año, queda el proceso de reglamentación, los nombramientos de encargados y toda la logística para iniciar operaciones. Si por la víspera se saca el día, bien podrían pasar un par de años para implementarla, asumiendo el mismo que tiempo le llevó a la Ley Pymes iniciar a funcionar (Se aprobó en mayo de 2002 y el primer aval se otorgó en mayo de 2004). Todo esto me da por pensar que por ese camino no será por donde le lleguemos a la meta.
¡Ah! Pero el país tiene también una cantidad importante de empresarios(as) que se han dedicado por años a hacer su tarea por la competitividad, se han capacitado, han experimentado golpes, fracasos y nuevos éxitos, están con las antenas puestas y se dan cuenta de los programas de apoyo que se ofrecen para ellos y los aprovechan, ya tienen o están en proceso de obtener certificaciones de calidad, es decir, como decía mi abuela, están curtidos. Este es un elemento muy positivo porque ya son gente experimentada, con tolerancia a la frustración, han incursionado en mercados internacionales y tienen la habilidad y la capacidad gerencial para el crecimiento. Pero tienen una traba, han agotado su capacidad de endeudamiento y aunque los bancos se pelearían por tenerlos como clientes no pueden apoyarlos por asuntos de normativa de riesgo. Estoy segura de que si hurgamos en las carteras de los bancos encontramos un buen número de empresas con este perfil, estos son los que yo llamo exportadores dinámicos y constituyen un buen inventario de candidatos para que la política pública brinde apoyos innovadores incluyendo fondos no reembolsables en alguna proporción. En un foro que expuse esta idea, algunos me cayeron encima argumentando que hay que hacer algo por los más necesitados.
Mi respuesta es que tanto necesitan los unos como los otros, pero ¿quién dice que apoyar a estos exportadores dinámicos no es hacer desarrollo? Acaso no se han ganado un premio logrando por ellos mismos llegar a donde están y como dice la parábola bíblica… al que más tiene más se le da.
Lucy Conejo Vargas
Master en administración de empresas
En un artículo anterior me referí a los emprendimientos dinámicos, como estrategia utilizada por algunas economías emergentes. La metodología incluye varias etapas desde la concepción de la idea, su planteamiento en un plan de negocios (lo que algunos denominan etapas de pre-incubación), luego viene la búsqueda del dinero para iniciar la empresa apuntando sobre todo a esquemas de capital de riesgo, la incubación que incluye la permanencia física en un campus especial para estos efectos donde se comparten servicios y se tiene a la mano asistencia técnica y finalmente el polluelo está listo para volar solo.
Si responsablemente llegáramos a calcular, como dice la metodología del BID, el número de emprendimientos dinámicos que necesita el país para incrementar el PIB en un 1% dentro de cinco años, o mejor aún para lograr duplicar la meta de exportaciones dentro de dos años, como dice el Plan Nacional de Desarrollo, nos preguntaríamos sobre los recursos necesarios para fomentar ese número de empresas. Acto seguido tendríamos que planificar todos los recursos físicos, de infraestructura, financiamientos de varios tipos, servicios de desarrollo empresarial, avales y garantías, de recursos humanos capacitados y demás yerbas necesarias para aderezar la sana administración de una cartera de emprendimientos dinámicos.
En Costa Rica contamos con dos incubadoras la del Instituto Tecnológico de Costa Rica y más recientemente Parquetec, estructura a todas luces insuficiente para el logro de ambiciosas metas en el corto plazo. La ley de banca para desarrollo está en la Asamblea Legislativa esperando prioridad después de la agenda complementaria al TLC y en el caso de que se lograra aprobar en el primer semestre del año, queda el proceso de reglamentación, los nombramientos de encargados y toda la logística para iniciar operaciones. Si por la víspera se saca el día, bien podrían pasar un par de años para implementarla, asumiendo el mismo que tiempo le llevó a la Ley Pymes iniciar a funcionar (Se aprobó en mayo de 2002 y el primer aval se otorgó en mayo de 2004). Todo esto me da por pensar que por ese camino no será por donde le lleguemos a la meta.
¡Ah! Pero el país tiene también una cantidad importante de empresarios(as) que se han dedicado por años a hacer su tarea por la competitividad, se han capacitado, han experimentado golpes, fracasos y nuevos éxitos, están con las antenas puestas y se dan cuenta de los programas de apoyo que se ofrecen para ellos y los aprovechan, ya tienen o están en proceso de obtener certificaciones de calidad, es decir, como decía mi abuela, están curtidos. Este es un elemento muy positivo porque ya son gente experimentada, con tolerancia a la frustración, han incursionado en mercados internacionales y tienen la habilidad y la capacidad gerencial para el crecimiento. Pero tienen una traba, han agotado su capacidad de endeudamiento y aunque los bancos se pelearían por tenerlos como clientes no pueden apoyarlos por asuntos de normativa de riesgo. Estoy segura de que si hurgamos en las carteras de los bancos encontramos un buen número de empresas con este perfil, estos son los que yo llamo exportadores dinámicos y constituyen un buen inventario de candidatos para que la política pública brinde apoyos innovadores incluyendo fondos no reembolsables en alguna proporción. En un foro que expuse esta idea, algunos me cayeron encima argumentando que hay que hacer algo por los más necesitados.
Mi respuesta es que tanto necesitan los unos como los otros, pero ¿quién dice que apoyar a estos exportadores dinámicos no es hacer desarrollo? Acaso no se han ganado un premio logrando por ellos mismos llegar a donde están y como dice la parábola bíblica… al que más tiene más se le da.
Lucy Conejo Vargas
Master en administración de empresas