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FORO DE LECTORES


Explicación sobre las tasas para un “buen entendedor”

Allan Calderón Moya acalderonmo@bncr.fi.cr | Jueves 20 junio, 2019

Allan Calderón Moya

Algunos analistas han dicho que las tasas altas se deben a la baja eficiencia de los bancos estatales, lo que conlleva a los bancos privados a extraer rentas de sus clientes, gracias a los altos márgenes de intermediación. Insisten en que el 80% del mercado en colones está en manos de los bancos comerciales del Estado, que esto repercute sobre el costo efectivo de los créditos y, que por ende, se desmejora la competitividad.

Motivados en la transparencia, consideramos importante explicar estos asuntos, y rescatar lo necesario para que el “buen entendedor” tenga los datos de primero mano.

“El frío no está en las cobijas”. En efecto las tasas reales en colones (tanto ex-ante, es decir, calculadas con base en las expectativas de inflación, como ex-post, basadas en la inflación observada) han sido considerablemente altas en los últimos años. Sin embargo, esto no se relaciona con la ineficiencia de la banca, pues curiosamente, las mayores tasas de interés han coincidido con el período 2013-2018, el cual tuvo una mejora considerable de la eficiencia en el sistema financiero, incluida la banca estatal.

¿Cómo explicar esta aparente contradicción? Las tasas nominales de interés se componen por la suma de varias primas (spreads) que reflejan las percepciones de riesgo de los agentes económicos. Algunas primas son: por inflación, por riesgo de impago (default), por iliquidez, por impuestos y por plazo, entre otras. Además, suman los cargos extras por cambios regulatorios en las necesidades de estimación, por deterioro de cartera de crédito. Lo que ha ocurrido en el país con las tasas de interés nominales ha sido muy notorio: un aumento muy considerable de las primas de impago.

Esos aspectos se valoran en medio de las penurias fiscales del país, desde el déficit fiscal y las tasas en dólares cercanas al 10%, hasta la pérdida de grado de inversión y varios downgrades. Basta con indicar que la prima a pagar en las permutas de riesgo de impago del país (Credit default swaps o CDS, por sus siglas en inglés) pasaron de niveles de referencia cercanos a los 100 puntos base en 2016, a sobrepasar los 300 puntos base en los días previos a la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas. No en vano, la tasa que hoy paga el Ministerio de Hacienda, en colones, por un vencimiento en el 2023, se aproxima al 11%, mientras que en el 2012 por ese lapso se colocaba incluso al 8,20%, es decir, más de 250 puntos base de diferencia en un lapso de 7 años.

Entonces, lo que ha pasado con las tasas de interés es muy simple: son más altas porque los inversionistas piden una mayor compensación ante lo que consideran un mayor riesgo de impago. Y los bancos, como agentes que compiten por la captación de recursos para poder prestarlos, han tenido que ajustar sus tasas al alza, debido a las presiones por recursos de un competidor tan importante como lo es Hacienda. Curiosamente, los spreads del sistema bancario en los últimos cuatro años, lejos de subir, se han mantenido estables y son los bancos estatales los que más los han reducido.

Tasas y datos reales. Finalmente, es preciso indicar que, aunque la tasa activa promedio en colones se aproxima al 16,15% (según Informe de Estadísticas Monetarias del BCCR, 1 de abril de 2019), dicho promedio combina actividades con perfil de riesgo distinto, revelando diferencias importantes en la fijación de costos. Así, las tasas varían según el tipo de actividad, y en todas estas -con excepción de construcción y consumo- es la banca estatal la que ofrece las tasas promedio más bajas.

Los bancos del estado (BEST) ofrecen tasas consistentemente más bajas que los bancos privados (BPRI) y otras entidades financieras no bancarias (EFNB), con spreads considerablemente más bajos (de hasta 454 puntos base para vivienda respecto a EFNB y de hasta 258 puntos base en comercio respecto a BPRI). En servicios -sector más representativo de la economía nacional y el que da más empleo- la banca estatal tiene tasas entre 357 y 445 puntos base, menores a las de la banca privada y las entidades financieras no bancarias. (véase Cuadro).

Finalmente, indicamos que no es cierto que un alto porcentaje del mercado en colones esté en manos de la banca estatal (incluyendo Banco Popular y Banhvi). Esta representa el 55% del crédito en colones, para diciembre 2018, según datos de la SUGEF, es decir, es falso que bancos privados, cooperativas, financieras, etc. no tengan el suficiente poder de mercado como para no incidir en las tasas, margen financiero y competitividad.

Escenario actual: baja del EML. El hecho de que el Banco Central bajara de 15% a 12% el Encaje Mínimo Legal (EML) en colones a los bancos, es muy importante, pero también en el marco del análisis anterior, entendemos que no es el único aspecto requerido.

Es importante que, de forma simultánea, se tomen otras acciones que cambien positivamente las expectativas de los agentes económicos, de cara a la reactivación que se requiere. Que tanto las personas como las empresas tengan claridad presente y futura de sus ingresos para así demandar bienes de inversión y de consumo, y el resto de la historia ya todos la conocen por lo menos a lo interno; aparte de las variables internacionales.

En resumen, cuando se habla de competitividad, costo de los créditos y los márgenes de intermediación, es preciso conocer otros temas medulares: cómo mejorar la percepción de riesgo país, las formas más eficientes de implementar los cambios regulatorios, su costo-beneficio, las implicaciones de los impuestos para los rendimientos, la transformación digital y los canales de comunicación, la inclusión financiera digital, y las restricciones al financiamiento externo, entre otros. En el Banco Nacional priorizamos estas urgencias, más allá de los análisis simplistas que no se respaldan en datos.

Y como “a buen entendedor, pocas palabras”, esperamos que lo explicado ofrezca más elementos para comprender la coyuntura actual.


Allan Calderón Moya

Subgerente General Crédito y Riesgo

Banco Nacional






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