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Estrellas y estrellados

Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Martes 06 noviembre, 2012


James Harden a sus 23 años llegó a los Rockets para convertirse en la estrella del equipo. Archivo/La República


Estrellas y estrellados

Harden brilla en los Rockets, mientras los Lakers pierden la paciencia

La decisión de llevar a James Harden a los Rockets no era la más sencilla, se puede definir como una apuesta arriesga por el llamado “sexto mejor hombre”, pero desde que pisó Houston, a punta de puntos se encargó de acabar con cualquier tipo de disyuntiva.
Miraron a futuro los Rockets, que desembolsarán $80 millones en cinco años a Harden, dinero que jamás recibiría en Thunder, un equipo donde tampoco tendría el papel estelar que hoy vive.
{foto5}Con su barba poco glamurosa, el joven de 23 años firmó un arranque que podría ser tan único como su estilo. En los dos primeros partidos de temporada fue capaz de anotar la sensacional cantidad de 82 puntos, algo que solo habían superado dos mitos de la NBA como Michael Jordan o Wilt Chamberlain.
En su debut como jugador de los Rockets, Harden se elevó a los 37 puntos y 12 asistencias. Pero lejos de quedarse en una simple anécdota, el escolta volvió a protagonizar una nueva exhibición sumando 45 puntos ante los Hawks —18 de ellos en el último cuarto.
Eso termina con la teoría que creaba mucha discusión sobre que Harden se beneficiaba en Oklahoma de dos de sus compañeros, Kevin Durant y Russell Westbrook.

“Las anotaciones por minuto de Harden se duplicaron y más cuando Durant estaba en el banco, de 14.9 puntos en 36 minutos a 31.2; además, su efectividad fue mayor y su índice de tiros libres ridículamente alto. Lo mismo ocurrió sin Westbrook en la cancha, de 13.7 a 29.0, además de un salto de cinco puntos en porcentaje de anotaciones con casi el triple de tiros libres”, afirma en un análisis John Hollinger, especialista de Espndeportes.
Pero si Harden, una de las contrataciones más sonadas de la temporada, sonríe como estrella de los Rockets, otras como el caso del veterano canadiense Steve Nash o el llamado “Superman”, Dwight Howard, muestran la otra cara de la moneda.
Los Lakers no ven la luz, con tres derrotar al hilo —jugaban ayer ante Pinstons—, y su hecatombe se hace más grande por esas mismas contrataciones estrella.
Y cuando todo pinta mal para los angelinos, llega otra mala noticia, el base canadiense sufrió una pequeña fractura en la parte superior del peroné de su pierna izquierda que lo dejará por una semana fuera de las canchas.
Para encontrar unos Lakers con peor arranque hay que remontarse hasta 1978 o, lo que es lo mismo, al último año antes de la sonrisa de Magic Johnson.
La actuación ofensiva ubica a los Lakers entre los tres mejores equipos en tiros de campo (49,8), pero su dolor de cabeza son sin duda las pérdidas de balón (19,7) donde también ocupan los primeros lugares.
Los resultados no se dan y los jugadores parecen perder la paciencia, así lo muestran las declaraciones de Kobe Bryant, que explotó contra periodistas y aficionados por sus críticas a un equipo “en proceso de adaptación”, según recuerda la estrella angelina.
“Que se calle todo el mundo. Déjenos trabajar. Me estoy intentando morder la lengua para no llamarles idiotas, algo que acabo de hacer”, declaró indignado Kobe, autor de 40 puntos inútiles frente a los Clippers, tras la derrota en el derbi de Los Angeles en el Staples.

Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net







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