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COLUMNISTAS


Estamos en época de tregua

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 18 diciembre, 2019


Por las tres semanas próximas no habrá bloqueos en calles y carreteras; tampoco habrá huelgas o paros de labores. Los disparos verbales entre representantes de diferentes puntos de vista política cesarán y hasta los “peores enemigos” se saludarán con una sonrisa. Los motoristas y los motociclistas seguirán en guerra mortal hasta después del 23 pero después de esa fecha hasta en las carreteras habrá paz.

Hay algunas excepciones a la guerra de las carreteras y en especial entre Puntarenas y Limoncito el 25 y 26 de diciembre; allí habrá todo tipo de evento violento, pero en general todo será “como en viejos tiempos.”

En la época de tregua es posible pensar en los que no tienen. Hay casi tres mil personas que viven en la calle en el cantón central de San José. Es posible que alguna organización les dará de comer el 24, pero ¿qué hacen los otros 364 días del año? ¿Hay posibilidad de restaurarlos a una vida con comida, techo y trabajo?

Se puede pensar en los niños de La Carpio que se divierten montándose en los camiones de basura en movimiento que llegan a descargar en su barrio. Estos viven, respiran, y comen cerca de un relleno que recibe todo tipo de deshechos de los que residen en ciertas partes de la Meseta. ¿Podrán salir adelante estos niños? ¿Hay entre ellos alguien que siendo adulto llegará a ser presidente de la República?

¿Qué pasa con los adultos mayores confinados a instituciones? Allí permanecen estacionados hasta el día que les toca ir permanentemente a algún camposanto. ¿Cómo pasarán ellos el 24? ¿Se acordarán sus cuidadores de cambiarles el pañal y aplicar la crema antibacteriana a las llagas? ¿Cómo llegaron estas personas a esta situación tan indecorosa? ¿Será que el envejecimiento es un proceso de “sálvese el que puede?”

Para los que “sí tienen” este período debería ser de alegría, pero también de agradecimiento. Nadie llegó solo a estar bien económicamente. Muchos costarricenses reconocen esto y cuando hay una catástrofe natural hacen filas para donar comida, ropa, y dinero; hasta los más duros de las guerras políticas aparecen con ayudas para los damnificados, sin importar su ideología o compromisos.

Lamentablemente el hampa no reconoce la tregua. Hay quienes ya están haciendo planes de saquear casas que quedan solas mientras sus residentes descansan en la playa. Otros de los criminales se trasladan a los balnearios principales para dedicarse a robar bolsas, abrir automóviles y sacar pertenencias y al carterismo en general. Se trasladan policías a estos puntos, pero no dan abasto.

Se dice que el período de tregua es el mejor momento para visitar a la ciudad capital. No hay restricción vehicular, hay espacio amplio para disfrutar de las atracciones y mucho del hampa se ha ido a las playas.

El 6 de enero comienzan de nuevo las hostilidades; los guerreros y las guerreras regresan al campo de la batalla refrescados y quizás hasta bronceados. ¡Quizás recapacitaron e irán a la batalla con menos acrimonia! ¡Feliz Año Nuevo!


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