ESQUINA EPICUREA: El baño
| Viernes 19 septiembre, 2008
Esquina Epicúrea
El baño
No el que nos damos diariamente, o el que nos estamos dando en estas tardes lluviosas por no llevar paraguas.
Hablamos del recinto al que por necesidad debemos visitar y específicamente en los restaurantes, tanto independientes como de hoteles.
El arte del baño es toda una historia que no es tomada en serio por propietarios y que todos debemos sufrir, sobre todo en estos tiempos en que conocemos de historias tenebrosas de enfermedades y demás dolencias que se producen por la falta de higiene en los establecimientos.
El baño debería ser un serio centro de atención en todos los sentidos, desde la limpieza de los pisos, hasta el tipo de decoración que se coloca.
Pero veamos la poca visión que existe en aquellos lugares en los que ni siquiera existe un humilde clavo (por decir decente gancho) para colgar el saco u otro tipo de ropa… hasta el paraguas.
Ni que decir del tipo de jabón… ¡Cuántas veces nos quedamos viendo la barra para decidir horrorizados si tocar dicha pieza!
Y… ¿con qué secarse? Va desde la ausencia total de toallas (solo el viento) hasta una de tela en la que uno se imagina las colonias de gérmenes esperando el contacto para pegársele a uno en la mano.
Las paredes sucias, el jabón chorreando por la parte baja del dispositivo, el grifo del agua sucio y espejos manchados. En hoteles de lujo vemos la utilización de servilletas de papel de la más baja calidad y en otros más elegantes lindas toallitas que se deben depositar en un canasto en el cual varios jugaron al basquetbol sin tener éxito anotando.
El asunto es que no basta con tener un baño que cuente con las facilidades que uno espera, hay que tener un baño limpio y eso requiere consistencia y supervisión.
Se levanta uno de la mesa para ir al baño y cuando regresa a la mesa debe separar los ambientes mentalmente, pues no coincide un buen plato en la mesa con una horrorosa visión de suciedad a la que acaba de ser expuesto.
Con la limpieza no se juega y un baño es uno de los mejores instrumentos de mercadeo y promoción que existen siempre que cuente con todo y que esté limpio.
Anoten por favor los restaurantes y anotemos los usuarios, quienes deberíamos quejarnos cuando algo no nos gusta… ¡al final estamos pagando!
¡Buen provecho y hasta la próxima semana!
Alfredo Echeverría
Director ejecutivo
Grupo HRS Consultores
El baño
No el que nos damos diariamente, o el que nos estamos dando en estas tardes lluviosas por no llevar paraguas.
Hablamos del recinto al que por necesidad debemos visitar y específicamente en los restaurantes, tanto independientes como de hoteles.
El arte del baño es toda una historia que no es tomada en serio por propietarios y que todos debemos sufrir, sobre todo en estos tiempos en que conocemos de historias tenebrosas de enfermedades y demás dolencias que se producen por la falta de higiene en los establecimientos.
El baño debería ser un serio centro de atención en todos los sentidos, desde la limpieza de los pisos, hasta el tipo de decoración que se coloca.
Pero veamos la poca visión que existe en aquellos lugares en los que ni siquiera existe un humilde clavo (por decir decente gancho) para colgar el saco u otro tipo de ropa… hasta el paraguas.
Ni que decir del tipo de jabón… ¡Cuántas veces nos quedamos viendo la barra para decidir horrorizados si tocar dicha pieza!
Y… ¿con qué secarse? Va desde la ausencia total de toallas (solo el viento) hasta una de tela en la que uno se imagina las colonias de gérmenes esperando el contacto para pegársele a uno en la mano.
Las paredes sucias, el jabón chorreando por la parte baja del dispositivo, el grifo del agua sucio y espejos manchados. En hoteles de lujo vemos la utilización de servilletas de papel de la más baja calidad y en otros más elegantes lindas toallitas que se deben depositar en un canasto en el cual varios jugaron al basquetbol sin tener éxito anotando.
El asunto es que no basta con tener un baño que cuente con las facilidades que uno espera, hay que tener un baño limpio y eso requiere consistencia y supervisión.
Se levanta uno de la mesa para ir al baño y cuando regresa a la mesa debe separar los ambientes mentalmente, pues no coincide un buen plato en la mesa con una horrorosa visión de suciedad a la que acaba de ser expuesto.
Con la limpieza no se juega y un baño es uno de los mejores instrumentos de mercadeo y promoción que existen siempre que cuente con todo y que esté limpio.
Anoten por favor los restaurantes y anotemos los usuarios, quienes deberíamos quejarnos cuando algo no nos gusta… ¡al final estamos pagando!
¡Buen provecho y hasta la próxima semana!
Alfredo Echeverría
Director ejecutivo
Grupo HRS Consultores