España vivir o morir
| Miércoles 18 junio, 2014
España vivir o morir
La campeona del mundo obligada a sumar ante Chile para no despedirse antes de tiempo de Brasil
España regresa al mágico Maracaná para encarar una auténtica final ante Chile a las primeras de cambio, con su vida en el Mundial 2014 en juego junto al orgullo de los campeones del mundo, obligados a vencer para no hacer las maletas tras el duro repaso al que le sometió Holanda.
El fútbol no vive del pasado y España, rival a batir, se encuentra con equipos que lo tienen más que estudiado. Lo demostró Holanda, que le asestó la segunda goleada más dolorosa de su historia en un Mundial (1-5), la derrota más humillante de la “era Del Bosque”, que lo deja al borde del abismo. Obligado a vencer los dos partidos que le restan y hacerlo recuperando su cara más goleadora.
En el duelo de las dos “Rojas”, España necesita ganar y hacerlo con goles. Para ello Vicente del Bosque retocará su idea inicial. Gerard Piqué, Xavi Hernández y David Silva se perfilan como los sacrificados.
No sentará a Iker Casillas. Más que nunca necesita el regreso del “Santo” en un momento en el que el capitán parece haber perdido su ángel.
Chile ha preparado a conciencia el duelo contra España con el empujón anímico del triunfo en el debut ante Australia (3-1), donde el equipo de Jorge Sampaoli alternó pasajes de buen fútbol con tramos más espesos. Ha estudiado hasta la saciedad a un rival al que nunca ha ganado en su historia.
Los jugadores han coincidido al señalar que el duelo contra los campeones del mundo es una final, tanto para ellos, que casi pueden certificar el pase a octavos, como para España, que si pierde quedará fuera del Mundial a las primeras de cambio. Arturo Vidal sería nuevamente de la partida.
La estadística no juega pero es un factor de ánimo para levantar a España de su peor momento. En sus diez enfrentamientos nunca perdió, ganó ocho y empató dos; 25 goles a favor y ocho en contra, números que necesita mantener para no quedar a expensas de un “biscotto” en la última jornada.
Río de Janeiro/EFE