Es hora de salir del fango
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 23 noviembre, 2007
Qué triste fue ver a nuestra Selección Nacional embarrialada, batiéndose en una cancha de béisbol contra 11 gladiadores con tacos, que se dedicaron a pegar vitoreados por una afición amante del boxeo, que bañó en orines a los futbolistas costarricenses.
Cuán lastimoso fue ver la complacencia de un árbitro de una nación que rivaliza futbolísticamente con la nuestra, Guatemala, al que solo le faltó aplaudir cada improperio del público, cada patada del equipo panameño.
Como bien dijo el narrador de Repretel, Manuel Antonio Obando, ¿para qué exponer a nuestros jugadores a tales humillaciones contra un balompié de bajo nivel internacional como el canalero? Ya es hora de salir del fango, de abandonar esas arenas movedizas a las que nos condena jugar tantas veces contra selecciones de Concacaf, ¡incluso desperdiciando fogueos!, porque a excepción de las norteamericanas, el balompié nacional nada tiene que aprender de ellas.
Si el fútbol es competencia y solo se aprende del que es mejor, Costa Rica no solo se está exponiendo innecesariamente a lesiones, injusticias arbitrales y humillaciones en amistosos de pobre nivel —como el del miércoles que fue pésimo—, sino que está permitiendo a los rivales conocernos mejor, minarnos la confianza que nos da la superioridad histórica plasmada en la asistencia a tres de los últimos cinco mundiales de categoría mayor, sin obviar las repetidas apariciones en Copas del Mundo juveniles e infantiles, Juegos Olímpicos y Copas América.
Ya es hora de delinear estrategias mercadotécnicas, económicas y deportivas que nos permitan superarnos en fogueos de grueso calibre, como lo hacen Estados Unidos y México, sobre todo los dos primeros, que ya son parte de la elite del fútbol universal.
Por eso aplaudimos los amistosos concertados para el próximo año, contra Suecia, Irán y Perú, equipos de los que sí se puede aprender y contra los que solo se podrán sacar conclusiones balompédicas, porque el “coraje” que tanto destacó el seleccionador Hernán Medford del juego del miércoles no se combinó con buen fútbol, y está claro que no bastará para dar el gran salto hacia los niveles donde juegan aztecas y estadounidenses.