Es impostergable prevenir
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 28 noviembre, 2008
Sin dejar de considerar que el Gobierno enfrenta un cúmulo de aspectos que atender, en los cuales la nación presenta un rezago importante por inacción de anteriores administraciones, la presente emergencia causada por las condiciones climáticas exige no solo la atención inmediata, que ya se está dando, sino medidas impostergables tendentes a preparar mejor al país para el próximo año y eso debe iniciarse de inmediato.
Cerca de 15 mil hectáreas se perderían y algunas fincas podrían cerrar en el sector bananero, perjuicios millonarios para los productores de piña por barcos que no pueden atracar, al menos 3 mil hectáreas de arroz perdidas bajo las aguas, 300 hectáreas de ornamentales dañadas, puentes destruidos, diques afectados, destrozos en las rutas nacionales, 6.500 personas en albergues, enfermos y heridos movilizados en helicópteros, y muchísima gente sin atender aún, son un mandato ineludible.
Este dolor humano y estas pérdidas materiales no tiene por qué volver a sufrirlos Costa Rica el año próximo. Los fenómenos climáticos pueden repetirse, sin duda, lo sabemos. Pero las medidas para evitar la tragedia pueden y deben tomarse de inmediato, ya que es mucho más caro e infructuoso dedicarse solo a “apagar incendios”, sometiendo con esa decisión a tantos costarricenses al sufrimiento y a las pérdidas materiales.
Las secuelas se continuarán sintiendo y los costos y pérdidas sumarán por mucho tiempo, además de lo que ahora pueda valorarse. ¿Cuánto puede aumentar el dengue en las zonas inundadas? ¿Cuánto será el costo de intentar volver a combatirlo hasta llegar a las mejoras que se habían logrado? ¿Cuánto costará reparar carreteras y puentes destruidos? ¿Cómo valorar la pérdida de fe y esperanza de quienes lo han perdido todo, llámense fincas productivas u hogares?
Habrá que superar de algún modo el pesado lastre de la adormecida burocracia y descubrir con creatividad la forma de realizar a buen ritmo, oportunamente, las tareas necesarias para que las variables del clima en la próxima temporada de lluvias encuentren a una Costa Rica preparada para hacerles frente con prevención, no sorprendida, asustada y obligada a improvisar.