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Envenenar es un asunto de plata

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 27 agosto, 2007




Envenenar es un asunto de plata

Ideología de quienes usan agrotóxicos: “mejor barato y dañino que bueno pero caro”

Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net

Si las frutícolas usan agroquímicos peligrosos es por razones económicas. La biotecnología es cara, y la mentalidad parece ser “a menor inversión, más ganancias”.
“Quienes actúan así no consideran el daño que se le hace a la vida misma, a un planeta comprometido por un cambio climático cada día más difícil de revertir”, opinó el padre Gerardo Vargas, activista social en Siquirres.
“El problema en la provincia de Limón ha sido con los monocultivos, debido a la alta cantidad de agroquímicos que se siguen usando, principalmente mediante fuertes dosis para control de nematodos y fumigación aérea”.
Según el sacerdote, “algo se ha avanzado en cuanto al control de maleza en los bananales, pero sigue siendo grave la exposición de los trabajadores a las altas dosis de agroquímicos, y ni que decir de los residuos que están llegando a las fuentes de agua, envenenando a poblaciones enteras”.
Las universidades estatales pretenden vincular los logros de la academia con el área comercial, pero el costo de pagar investigaciones y procedimientos que en principio pueden ser menos económicos, hace decidir a las compañías continuar con métodos convencionales.
“De todas maneras seguimos desarrollando un paquete biotecnológico, encaminado desde el mejoramiento genético de las especies de mayor interés comercial hasta la industrialización, con el objetivo de venderlo, lo que sería de beneficio para el país en muchos sentidos, principalmente en el ambiental”, aseguró Ana Hine, del Instituto de Investigación y Servios Forestales de la Universidad Nacional.
Pero, ¿cómo es posible que importemos plaguicidas de conocida peligrosidad? “Quienes venden plaguicidas son muy listos. Una cosa es un producto prohibido y otra muy diferente uno restringido, así que estos últimos quizás no se vendan directamente en los países donde son producidos, pero sí los exportan y entonces viene el problema, ¿se están respetando las restricciones en los países donde se compran esos agroquímicos?”, responde Clemens Ruepert, director del laboratorio del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional.
El holandés explica que la contaminación puede ser en varios niveles. “Hay que tener claro que no todas las intoxicaciones son agudas, inmediatas y fáciles de detectar, sino que por medio de agua contaminada, que ha estado recibiendo poco a poco sustancias perjudiciales, se pueden dar masivos y paulatinos daños en la salud”.







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