"Empresarios del fútbol" enlodan la cancha
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Lunes 22 noviembre, 2010
Balompié tico baja de categoría
“Empresarios del fútbol” enlodan la cancha
Inversionistas no han logrado mejorar el nivel y mucho menos la organización del deporte rey de nuestro país
Subieron al escenario futbolístico nacional como salvadores, pero al final algunos de ellos están conduciendo este deporte hacia una inestabilidad económica y deportiva.
Hablamos de los llamados “empresarios del fútbol”, quienes han asumido el control de los equipos del campeonato nacional, sin que se visualice una mejoría en el nivel del balompié que se practica y mucho menos en su organización.
Uno de los problemas de estos inversionistas es que en lugar de llegar a ordenar con sus criterios empresariales el fútbol, más bien han aumentado el desorden.
Barrio México, uno de los equipos que exhibieron mejor nivel futbolístico en el actual torneo, quedó eliminado en la mesa, por los compromisos que adquirieron sus dueños al hacerse cargo de la franquicia de Liberia Mía y no cumplieron. En el centro de la tormenta, el empresario Minor Vargas, dueño de Brujas e inversionista de Barrio México con el grupo ICONO —que es de su propiedad— trata de impedir que los de la barriada retornen a segunda división.
Liberia Mía, ambicioso proyecto del empresario Mario Sotela, quien incluso hizo campeón a este equipo tras una gran inversión en la compra de jugadores, está ahora a punto de desaparecer ahogado en deudas millonarias con sus ex futbolistas, de las que nadie se hace cargo y pareciesen marcar el final de este club que actualmente ocupa la franquicia de Barrio México en la segunda división.
Otro club que no mejoró con la intervención empresarial fue el Herediano, el cual fue dado en administración a Roxy Blen por 30 años, madre de Sotela. Los jugadores de este cuadro tuvieron que levantarse en huelga por falta de pago y por un futuro incierto, que ha provocado que algunos heredianos se cuestionen si Blen debería seguir al frente del “Team”.
Por ahora, el Deportivo Saprissa es la única excepción porque la capacidad económica de su dueño, el mexicano Jorge Vergara, no está en duda, y sus finanzas se encuentran al día, pero hay un abandono por parte del empresario mexicano a este equipo que hace pocos años era de lujo.
El flamante ex campeón nacional, terminó el actual torneo de penúltimo, con la humillante realidad de que no estuvo entre los ocho clasificados (de doce) que pasaron a la segunda fase de nuestro débil campeonato.
Hoy día, las principales figuras de aquel equipo protagonista se fueron o se vendieron: Keylor Navas, Cristian Bolaños, Michael Barrantes, Celso Borges, Randall Azofeifa y Alvaro Saborío, son algunos casos, mientras otros que apenas descollaban en la primera división fueron negociados, como Esteban Alvarado y Bryan Oviedo.
Así, Saprissa naufraga tras una campaña desastrosa y a pocos meses de enfrentar la segunda fase de la “Concachampions”.
Con este escenario, está claro que el fútbol tico tiene que hacer un alto en el camino y replantear la actual organización, de otra forma este deporte seguirá descendiendo de categoría y perdiendo interés entre los costarricenses.
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
“Empresarios del fútbol” enlodan la cancha
Inversionistas no han logrado mejorar el nivel y mucho menos la organización del deporte rey de nuestro país
Subieron al escenario futbolístico nacional como salvadores, pero al final algunos de ellos están conduciendo este deporte hacia una inestabilidad económica y deportiva.
Hablamos de los llamados “empresarios del fútbol”, quienes han asumido el control de los equipos del campeonato nacional, sin que se visualice una mejoría en el nivel del balompié que se practica y mucho menos en su organización.
Uno de los problemas de estos inversionistas es que en lugar de llegar a ordenar con sus criterios empresariales el fútbol, más bien han aumentado el desorden.
Barrio México, uno de los equipos que exhibieron mejor nivel futbolístico en el actual torneo, quedó eliminado en la mesa, por los compromisos que adquirieron sus dueños al hacerse cargo de la franquicia de Liberia Mía y no cumplieron. En el centro de la tormenta, el empresario Minor Vargas, dueño de Brujas e inversionista de Barrio México con el grupo ICONO —que es de su propiedad— trata de impedir que los de la barriada retornen a segunda división.
Liberia Mía, ambicioso proyecto del empresario Mario Sotela, quien incluso hizo campeón a este equipo tras una gran inversión en la compra de jugadores, está ahora a punto de desaparecer ahogado en deudas millonarias con sus ex futbolistas, de las que nadie se hace cargo y pareciesen marcar el final de este club que actualmente ocupa la franquicia de Barrio México en la segunda división.
Otro club que no mejoró con la intervención empresarial fue el Herediano, el cual fue dado en administración a Roxy Blen por 30 años, madre de Sotela. Los jugadores de este cuadro tuvieron que levantarse en huelga por falta de pago y por un futuro incierto, que ha provocado que algunos heredianos se cuestionen si Blen debería seguir al frente del “Team”.
Por ahora, el Deportivo Saprissa es la única excepción porque la capacidad económica de su dueño, el mexicano Jorge Vergara, no está en duda, y sus finanzas se encuentran al día, pero hay un abandono por parte del empresario mexicano a este equipo que hace pocos años era de lujo.
El flamante ex campeón nacional, terminó el actual torneo de penúltimo, con la humillante realidad de que no estuvo entre los ocho clasificados (de doce) que pasaron a la segunda fase de nuestro débil campeonato.
Hoy día, las principales figuras de aquel equipo protagonista se fueron o se vendieron: Keylor Navas, Cristian Bolaños, Michael Barrantes, Celso Borges, Randall Azofeifa y Alvaro Saborío, son algunos casos, mientras otros que apenas descollaban en la primera división fueron negociados, como Esteban Alvarado y Bryan Oviedo.
Así, Saprissa naufraga tras una campaña desastrosa y a pocos meses de enfrentar la segunda fase de la “Concachampions”.
Con este escenario, está claro que el fútbol tico tiene que hacer un alto en el camino y replantear la actual organización, de otra forma este deporte seguirá descendiendo de categoría y perdiendo interés entre los costarricenses.
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net