El vidrio está de moda
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 04 junio, 2010
El vidrio está de moda
Neotrópica está promoviendo cambiar los envases de plástico por vidrio para disminuir la contaminación
El río Grande de Tárcoles es uno de los más importantes de Costa Rica, recorre cinco de las siete provincias y tiene una extensión de 96 kilómetros; pero a su vez, es una de las cuencas más contaminadas de toda Centroamérica.
El Virilla, de los más sucios del país, desemboca en el río Grande.
La mayoría de la basura que va a dar a estas aguas son botellas de plástico, generalmente de refrescos.
Ante esta situación, Neotrópica está buscando generar un cambio cultural en los costarricenses, instando a dejar de utilizar los envases plásticos y sustituirlos por los tradicionales de vidrio.
“En la cuenca del Tárcoles se depositan cerca de 600 mil toneladas de desechos sólidos por año, sobre todo envases plásticos, y un 20% de estos, es decir, 100 mil toneladas, no se recogen. Podemos ayudar cambiando nuestras prácticas de consumo, el simple acto de elegir entre un envase retornable y uno no retornable marca la diferencia”, explicó Bernardo Aguilar, director ejecutivo de la Fundación Neotrópica.
Por cada envase retornable, como los de vidrio, el ambiente deja de recibir unas 39 botellas de plástico, aluminio o tetrapack, recipientes que además contienen sustancias peligrosas para la salud.
Un envase de vidrio puede ser utilizado muchísimas veces, pues nunca pierde sus propiedades, y es 100% reciclable.
Costa Rica cuenta con una de las fábricas de vidrio más grandes de Centroamérica, la empresa Vidriera Centroamericana (VICESA), que recicla botellas de vidrio para hacer nuevas.
“Compramos vidrio en hoteles, bares, restaurantes y escuelas, evitamos basureros improvisados y enfermedades como el dengue, y ahorramos energía, pues la fabricación de nuevos envases de vidrio con materias primas necesita más energía que los fabricados con reciclado, y a la vez contaminamos menos el aire porque reducimos las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero”, explicó Alexander Mata, jefe del Departamento de Reciclaje de VICESA.
Sofía Ramírez
sramirez@larepublica.net
Neotrópica está promoviendo cambiar los envases de plástico por vidrio para disminuir la contaminación
El río Grande de Tárcoles es uno de los más importantes de Costa Rica, recorre cinco de las siete provincias y tiene una extensión de 96 kilómetros; pero a su vez, es una de las cuencas más contaminadas de toda Centroamérica.
El Virilla, de los más sucios del país, desemboca en el río Grande.
La mayoría de la basura que va a dar a estas aguas son botellas de plástico, generalmente de refrescos.
Ante esta situación, Neotrópica está buscando generar un cambio cultural en los costarricenses, instando a dejar de utilizar los envases plásticos y sustituirlos por los tradicionales de vidrio.
“En la cuenca del Tárcoles se depositan cerca de 600 mil toneladas de desechos sólidos por año, sobre todo envases plásticos, y un 20% de estos, es decir, 100 mil toneladas, no se recogen. Podemos ayudar cambiando nuestras prácticas de consumo, el simple acto de elegir entre un envase retornable y uno no retornable marca la diferencia”, explicó Bernardo Aguilar, director ejecutivo de la Fundación Neotrópica.
Por cada envase retornable, como los de vidrio, el ambiente deja de recibir unas 39 botellas de plástico, aluminio o tetrapack, recipientes que además contienen sustancias peligrosas para la salud.
Un envase de vidrio puede ser utilizado muchísimas veces, pues nunca pierde sus propiedades, y es 100% reciclable.
Costa Rica cuenta con una de las fábricas de vidrio más grandes de Centroamérica, la empresa Vidriera Centroamericana (VICESA), que recicla botellas de vidrio para hacer nuevas.
“Compramos vidrio en hoteles, bares, restaurantes y escuelas, evitamos basureros improvisados y enfermedades como el dengue, y ahorramos energía, pues la fabricación de nuevos envases de vidrio con materias primas necesita más energía que los fabricados con reciclado, y a la vez contaminamos menos el aire porque reducimos las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero”, explicó Alexander Mata, jefe del Departamento de Reciclaje de VICESA.
Sofía Ramírez
sramirez@larepublica.net