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El Tren

| Sábado 29 septiembre, 2012


El Tren

Que la Presidenta vaya orgullosa y alegre en su tren con su séquito a Cartago, está bien. Ella y sus funcionarios han puesto mucho empeño en el proyecto y, con muy escasos recursos, lo están logrando, con las uñas y con muchos problemas, pero ya lo pre-inauguraron.
Las críticas altisonantes y disque técnicas no vienen al caso. Está bien que se rescate el derecho de vía (y está mal que estuviera abandonado por décadas), y que se limpie y se quiten los charrales y se reorganicen los taludes, se hagan rellenos, se construyan muros, se muevan las viviendas o solares que lo invadieron.
Hay que rescatar este inmenso bien público que ha sido invadido ilegalmente: el derecho de vía del ferrocarril, de Alajuela a Cartago es uno de los más valiosos legados que quedan para las futuras generaciones.
Claro, hay que verificar que los escombros se depositen donde corresponda y las familias afectadas no queden en la calle y se proteja su seguridad; pero no pueden, ni las familias pobres ni las adineradas que construyeron al lado del derecho de vía del ferrocarril, que estaba ahí antes que sus casas, reclamar que ahora los afecta la vibración o el ruido.
Habrá que asegurar las condiciones de seguridad tanto para residentes como para los cruces vías, pero también en las nacientes y demás condiciones ambientales esenciales, como manejo de desechos y escorrentías o prevención respecto de deslizamientos y sismos.
De seguro que con funcionarios como los que dirigen Incofer, sus técnicos y el apoyo de la Presidenta, estas medidas se están tomando o se tomarán progresivamente, con las restricciones financieras conocidas y las limitaciones usuales, pero con el esfuerzo y la dedicación que nadie puede negar, han puesto de sobra los empleados y directores responsables del tren.
Bien por las entidades privadas que han colaborado y que se aprestan a sacar provecho comercial de los alrededores de las estaciones, donde de seguro habrá muchas oportunidades para ventas y estacionamientos.
El tren traerá beneficios no solo para sus usuarios sino también para los emprendedores privados que ya deberían estar organizando sus negocios.
Este NO es el ferrocarril que se requiere ni es propio de nuestro tiempo, porque tecnológicamente es muy atrasado, prácticamente obsoleto, pero es lo que se ha podido hacer y será de mucha utilidad para miles de cartagos, que lo han esperado casi tanto como su campeonato de futbol.
En el futuro habrá que buscar la manera de construir un nuevo ferrocarril para servicio de pasajeros en el Valle Central, en particular a lo largo de la GAM, que se articule con tranvías o metro elevado y rutas de autobuses. Habrá que desarrollar un plan integrado de transporte urbano e interurbano propio de nuestro tiempo y no similar a los de finales del siglo XIX. Pero mientras tanto, decenas de miles podrán utilizar el tren de Alajuela a Cartago, y eso está muy bien.

Manuel Argüello Rodríguez





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