El restaurante desechable
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 07 enero, 2011
El restaurante desechable
Sí, esta sucediendo ya, el escenario: Nueva York, ¿la lección? La crisis provoca a la creatividad y los clientes aprenden a disfrutar lo esencial y no pagar por cosas superfluas.
Bueno, por lo menos ese es el criterio de este chef que ha decidido abrir un restaurante que tiene ya fecha de cierre y no ha abierto.
El concepto se trata sobre un restaurante que solamente estará abierto un año, el chef propietario ha alquilado un local temporalmente, las sillas se comprarán en un lugar barato, las mesas estarán equipadas con unas gavetas de las cuales los comensales escogerán sus cubiertos, el menú será reducido y basado en especialidades del día y de acuerdo con lo que el mercado ofrezca, el menú de bebidas solo estará compuesto por una selección de cada marca o tipo de bebida ya conocida.
Los saloneros básicamente servirán los platos y bebidas, solamente atenderán en caso de necesidad, las visitas de estos a las mesas no serán constantes, el cliente se atenderá casi a sí mismo.
Sí, ya sé… algunos dicen probablemente que de esto no se trata una visita a un restaurante, pero debemos tomar en cuenta el mercado al cual se dirige el concepto y el lugar en que se desarrolla; si no, funcionaría en ciertos mercados pero lo interesante es que ya está sucediendo y eso es lo importante.
Podrá ser un extremo pero refleja el “a lo que vinimos” y no me cobre por más, refleja que el cliente busca ahora en mayor o menor grado la experiencia específica con el valor correcto por ella, desde la perspectiva del cliente y no del dueño.
¡Feliz año Nuevo y hasta la próxima semana!
Sí, esta sucediendo ya, el escenario: Nueva York, ¿la lección? La crisis provoca a la creatividad y los clientes aprenden a disfrutar lo esencial y no pagar por cosas superfluas.
Bueno, por lo menos ese es el criterio de este chef que ha decidido abrir un restaurante que tiene ya fecha de cierre y no ha abierto.
El concepto se trata sobre un restaurante que solamente estará abierto un año, el chef propietario ha alquilado un local temporalmente, las sillas se comprarán en un lugar barato, las mesas estarán equipadas con unas gavetas de las cuales los comensales escogerán sus cubiertos, el menú será reducido y basado en especialidades del día y de acuerdo con lo que el mercado ofrezca, el menú de bebidas solo estará compuesto por una selección de cada marca o tipo de bebida ya conocida.
Los saloneros básicamente servirán los platos y bebidas, solamente atenderán en caso de necesidad, las visitas de estos a las mesas no serán constantes, el cliente se atenderá casi a sí mismo.
Sí, ya sé… algunos dicen probablemente que de esto no se trata una visita a un restaurante, pero debemos tomar en cuenta el mercado al cual se dirige el concepto y el lugar en que se desarrolla; si no, funcionaría en ciertos mercados pero lo interesante es que ya está sucediendo y eso es lo importante.
Podrá ser un extremo pero refleja el “a lo que vinimos” y no me cobre por más, refleja que el cliente busca ahora en mayor o menor grado la experiencia específica con el valor correcto por ella, desde la perspectiva del cliente y no del dueño.
¡Feliz año Nuevo y hasta la próxima semana!