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El mundo tiene que ganar guerras por alimentos y ambiente

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 07 septiembre, 2011




El mundo tiene que ganar guerras por alimentos y ambiente

El mundo tiene que ganar en los próximos años “dos guerras” simultáneas para garantizar la producción de alimentos y al mismo tiempo reducir las emisiones de dióxido de carbono, advirtió ayer José María Figueres, expresidente de la República en un foro del sector agropecuario en Brasil.
“Cómo producimos más alimentos y al mismo tiempo cómo rebajamos las emisiones de carbono representan las dos guerras que tenemos que pelear y ganar en los próximos años”, manifestó Figueres durante su intervención en el Foro Internacional de Estudios Estratégicos para el Desarrollo Agropecuario y el Respeto al Clima, que concluyó ayer.
Figueres, quien gobernó Costa Rica entre 1994 y 1998, es el director ejecutivo de la ONG Concordia 21 y miembro del grupo asesor del secretario general de la ONU para energía y cambio climático.
En opinión del exmandatario, los gobiernos y el sector privado deben “acometer ya” la responsabilidad de trabajar por la erradicación de la pobreza con un modelo de desarrollo basado en una economía de bajo carbono pues sobre esos dos pilares “está el futuro del planeta”.
“Empezamos a tomar conciencia de que vivimos en un planeta que tiene sus límites y en el que al mismo tiempo la población crece y crecen sus expectativas, por eso tenemos que empezar a hacer las cosas de una manera diferente”, agregó.
Para Figueres, “la producción de alimentos es fundamental para vivir en un mundo con paz y desarrollo”, por lo que instó a los países y empresas de países que invierten en la optimización de los recursos naturales para que lideren las iniciativas en ese sentido.
“Un mundo con economía de bajo carbono es algo muy importante para dejarlo sólo en manos de los gobiernos. Esto es algo en lo que todos podemos hacer algo”, dijo Figueres, quien destacó el papel de la compañía española Abengoa, líder en producción de energía solar y de otras multinacionales que se preocupan por un mundo sostenible.
El expresidente citó como una buena política ambiental el impuesto a las emisiones de carbono que Costa Rica creó en 1995, cobrado sobre el precio de la gasolina, dinero con el que se han financiado las compras de futuros de carbono de los agricultores de ese país centroamericano.
En el otro extremo, criticó el subsidio que se da en muchos países a los combustibles fósiles que, según datos que presentó, cuestan en el mundo unos $2 mil millones, lo que representa cerca de $700 mil millones anuales en energías que tienen consecuencias desastrosas para el futuro del planeta.
Hace casi una década, Figueres salió del país para vincularse al Foro Económico Mundial, entre otros planes.
Sin embargo, su regreso a Costa Rica se ha postergado debido a la investigación judicial que existía en su contra, entre otras razones.
Pero ante la carencia de pruebas del Ministerio Público para incriminarlo y ante la posibilidad de que ya todos los delitos que se le atribuyen hayan caducado, su retorno estaría cerca.
A Figueres se le acusaba de supuestamente haber recibido casi $1 millón de la telefónica Alcatel, como dádiva para que esta firma ganara la licitación de las primeras 400 mil líneas de la tecnología GSM que comercializó el Instituto Costarricense de Electricidad.
Sin embargo, el caso se desestimó desde 2007, pues no existen pruebas en su contra que comprueben los hechos que se denuncian.

Sao Paulo/EFE






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