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Domingo, 15 de diciembre de 2024



EDITORIAL


El “mapa” de los delincuentes

| Lunes 19 agosto, 2013




Los problemas tienen soluciones, pero ellos deben atacarse a fondo porque dejarlos crecer no beneficia a nadie


El “mapa” de los delincuentes

La delincuencia ataca ahora más en periferias que en el centro de San José, dice una nota de este medio el viernes anterior.
Es probable que los delincuentes analicen la cantidad y calidad de la presencia policial en los diferentes lugares de la ciudad y esto les proporcione un mapa de “trabajo” con cierta garantía de seguridad.
Sin embargo, ese mismo hecho demuestra que la labor efectiva y suficiente de la policía podría detener los robos con violencia en toda la ciudad. Podría ser eficaz la labor represiva.
Pero aun existiendo la voluntad política para aplicar el recurso humano y la tecnología suficiente para dar seguridad a la población en las calles y en sus casas es necesario en Costa Rica un diagnóstico acertado de las causas que incrementan la delincuencia.
Solo así se podrían invertir eficientemente los recursos necesarios tanto para las medidas represivas como las de rehabilitación y prevención, ya que dichas causas pueden ser diferentes en un país que en otro.
Puede servir de mucho la experiencia de lo hecho en otras naciones, pero difícilmente existan recetas aplicables en cualquier parte con el mismo resultado.
Una sociedad es el producto de la cultura generada por un determinado modelo de desarrollo.
No podemos esperar lo mismo del ciudadano que vive en una nación donde los impuestos se cobran y se distribuyen bien y donde los planes de asistencia social funcionan, que del que vive en donde todas esas condiciones no se dan.
Por ello cada país necesita su propio estudio y diagnóstico de las causas de la delincuencia. Por cierto, sin que hacerlo signifique tanto tiempo como para que un gobierno de cuatro años no pueda poner en práctica soluciones adecuadas.
Si no se enfrenta el problema de la inseguridad de un modo integral, es probable que siga aumentando la necesidad de recursos para la acción represiva (más cárceles).
Por el momento, el modelo preventivo falla porque mientras la población no salga de la pobreza ni cuente con sistemas asistenciales de calidad en salud y educación, no podrá ascender hacia una mejor cultura y convicciones.
Así mismo, mientras no haya un verdadero combate a la corrupción público – privada en altas esferas, ese cáncer continuará extendiendo ramificaciones y contaminando la sociedad.
Los problemas tienen soluciones, pero ellos deben atacarse a fondo porque dejarlos crecer no beneficia a nadie.
 







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