El gasto de los hogares en educación
| Viernes 16 mayo, 2014
Analizar esta información podría servir para comprender los patrones de gasto educativo, identificar necesidades y evaluar los programas de bienestar social
El gasto de los hogares en educación
Recientemente fueron publicados los resultados de la VI Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de Costa Rica 2013. Esta encuesta es probablemente la más valiosa de todas las que se realizan en el país, ya que provee información sumamente precisa de la estructura de ingresos y gastos de los hogares.
Al analizar los gastos de las familias, resulta imperioso detenerse en el gasto de consumo, que es el que incluye rubros como alimentos y bebidas, prendas de vestir, vivienda, agua, electricidad, salud, transporte, educación, entre otros.
Según los resultados de la encuesta, en promedio cada familia costarricense tuvo un gasto de consumo mensual de ¢608.520, siendo preponderantes en este monto los gastos en alimentación y bebidas no alcohólicas (un 21%), transporte (un 16%), y vivienda agua y electricidad (un 10%). El gasto de las familias en educación asciende a un 5% del gasto de consumo (un promedio de ¢30.284 al mes).
Si comparamos ese dato con algunos países latinoamericanos (con base en sus propias encuestas de ingresos y gastos), únicamente en México (un 9,4%) y Chile (un 7,9%), en promedio, los hogares dedican una mayor proporción de sus ingresos a gastos relacionados con la educación (preescolar, primaria, secundaria y terciaria). Para Panamá, Colombia, Uruguay y Argentina los porcentajes son menores al 4%.
Además, para estos países, pareciera que el gasto privado en educación se relaciona con el rendimiento educativo (medido por el resultado del país en la evaluación matemática de PISA 2012): el coeficiente de correlación es de 0,63, siendo esta una relación elevada.
Pero no todas las familias costarricenses gastan lo mismo en educación. Las familias del primer quintil de ingresos (el 20% más pobre) dedican solo un 1,6% de sus gastos a educación (¢4.460 mensuales), mientras que los hogares del quinto quintil (el 20% más rico) dedican un 6,6% de sus gastos al mismo fin (¢84.301 mensuales).
Los hogares del primer quintil son más numerosos que los del quintil más adinerado (4,2 vs. 2,6 miembros por hogar), pero aun así tienen menos personas trabajando y una mayor relación de dependencia económica que los del quinto quintil.
Esto explica, en parte, por qué dedican una menor proporción de sus gastos a educación, ya que al estar compuestos por más personas deben disponer de más recursos a gastos en alimentos, bebidas, vivienda, agua y electricidad (un 51% vs un 21%).
No obstante, el principal motivo puede encontrarse en la gratuidad de la educación pública en Costa Rica, a la que tienen acceso estos hogares. En preescolar, primaria y secundaria, por ejemplo, los hogares del quintil más alto destinan hasta 29 veces más recursos por persona que los del primer quintil.
Analizar toda esta información podría ser beneficioso para comprender los patrones de gasto educativo, identificar sectores con necesidades insatisfechas y evaluar los programas de bienestar social destinados a este fin.
Andrés Fernández Arauz
Economista
affa17@gmail.com