El desarrollo atrae la pobreza
| Viernes 22 febrero, 2008
El desarrollo atrae la pobreza
El pasado martes se presentó oficialmente el Indice de Desarrollo Social 2007, en el cual se evalúa cada distrito del país con el fin de determinar su estado de desarrollo. Uno de los datos más interesantes, es que la mitad de la población del país vive en áreas de alto desarrollo social (coincidiendo generalmente con la Gran Area Metropolitana), pero el hecho de estar en un lugar desarrollado no es lo mismo que vivir lejos de la incidencia de la pobreza.
El valioso trabajo del Ministerio de Planificación ha llegado al detalle de diferenciar cada distrito (otros índices llegan hasta el nivel de cantón), sin embargo, aún deja invisibles a La Carpio, el Triángulo de la Solidaridad, Los Cuadros y muchas otras comunidades que son pequeñas para ser medidas, pero grandes para ser ignoradas.
Lo anterior se podría explicar por el hecho de que el alto desarrollo de un distrito o cantón lo hace atractivo para residir en él: diferencias en el desarrollo generan migración, incluyendo la población en condición de pobreza, lo anterior aclara el motivo por el cual el fenómeno de los precarios es mayoritariamente urbano.
Inversamente, el desarrollo de las áreas rurales puede desconcentrar el área metropolitana, claro ejemplo de lo anterior son Guanacaste y Jacó, que han movilizado una gran cantidad de trabajadores. Entre más zonas desarrolladas haya en el país, mayor será la distribución de la población.
Tiene cierta lógica no invertir donde se concentran las personas en condición de pobreza (generalmente zonas desarrolladas), pues más bien, la gente se movilizará a donde haya mayor inversión, tanto las que buscan fuentes de trabajo, como las que buscan proveerse de la asistencia social o incluso de la delincuencia.
Muchas organizaciones podrían estar enfocando sus esfuerzos de atención social o inversiones en las zonas donde hay más casos de personas con recursos insuficientes (paradójicamente: las zonas desarrolladas), quizá sea hora de darnos cuenta que, sin querer, estamos atrayendo y concentrando la pobreza. Es mejor invertir donde hay menor desarrollo aunque no haya mucha población, la gente se movilizará conforme desarrollemos al país entero.
Rafael León Hernández
Psicólogo
El pasado martes se presentó oficialmente el Indice de Desarrollo Social 2007, en el cual se evalúa cada distrito del país con el fin de determinar su estado de desarrollo. Uno de los datos más interesantes, es que la mitad de la población del país vive en áreas de alto desarrollo social (coincidiendo generalmente con la Gran Area Metropolitana), pero el hecho de estar en un lugar desarrollado no es lo mismo que vivir lejos de la incidencia de la pobreza.
El valioso trabajo del Ministerio de Planificación ha llegado al detalle de diferenciar cada distrito (otros índices llegan hasta el nivel de cantón), sin embargo, aún deja invisibles a La Carpio, el Triángulo de la Solidaridad, Los Cuadros y muchas otras comunidades que son pequeñas para ser medidas, pero grandes para ser ignoradas.
Lo anterior se podría explicar por el hecho de que el alto desarrollo de un distrito o cantón lo hace atractivo para residir en él: diferencias en el desarrollo generan migración, incluyendo la población en condición de pobreza, lo anterior aclara el motivo por el cual el fenómeno de los precarios es mayoritariamente urbano.
Inversamente, el desarrollo de las áreas rurales puede desconcentrar el área metropolitana, claro ejemplo de lo anterior son Guanacaste y Jacó, que han movilizado una gran cantidad de trabajadores. Entre más zonas desarrolladas haya en el país, mayor será la distribución de la población.
Tiene cierta lógica no invertir donde se concentran las personas en condición de pobreza (generalmente zonas desarrolladas), pues más bien, la gente se movilizará a donde haya mayor inversión, tanto las que buscan fuentes de trabajo, como las que buscan proveerse de la asistencia social o incluso de la delincuencia.
Muchas organizaciones podrían estar enfocando sus esfuerzos de atención social o inversiones en las zonas donde hay más casos de personas con recursos insuficientes (paradójicamente: las zonas desarrolladas), quizá sea hora de darnos cuenta que, sin querer, estamos atrayendo y concentrando la pobreza. Es mejor invertir donde hay menor desarrollo aunque no haya mucha población, la gente se movilizará conforme desarrollemos al país entero.
Rafael León Hernández
Psicólogo