El dengue sigue ganando
| Jueves 17 enero, 2013
A pesar de la responsabilidad que les cabe a las autoridades de Salud, la realidad es que el combate al dengue requiere la participación de otros ministerios y, muy especialmente, de las municipalidades
El dengue sigue ganando
¿Qué estamos haciendo en Costa Rica para modificar los hábitos y enfrentar con éxito la amenaza constante del dengue?
Esta es una enfermedad que cobra cada vez más casos, algunos de ellos mortales, a pesar de los esfuerzos hechos en muchos países y desde hace años por bajar el número de personas infectadas por la picadura del Aedes aegypti.
Cerca de la mitad de la población mundial está expuesta a contraer dengue de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud. Por otra parte, además de que aumenta el número de casos, la enfermedad se propaga a nuevas zonas.
En nuestro país, cuando hablamos de prevención casi siempre pensamos en el Ministerio de Salud. Sin embargo, y a pesar de la gran responsabilidad que les cabe a las autoridades de esa cartera, la realidad es que el combate al dengue requiere la participación de otros ministerios y, muy especialmente, de las municipalidades.
Pareciera que, aunque casi todos hablan de cómo prevenir la enfermedad, muchos ignoran detalles sumamente valiosos para producir un verdadero cambio de hábitos en la población, tendientes al combate del dengue.
Nos referimos a costumbres tan comunes como mantener un florero varios días sin cambio de agua ni lavado del recipiente, al igual que los destinados al agua de las mascotas. Pareciera que no todas las personas saben, por ejemplo, que aun cambiando el agua los huevecitos del mosquito pueden permanecer pegados a los bordes.
Esto para mencionar uno de tantos asuntos de orden doméstico, porque lo más difundido quizás es la necesidad de eliminar llantas o cualquier otro recipiente donde pueda conservarse agua estancada.
No obstante, la gran labor parece que aún no se ha realizado en Costa Rica. Esto es la necesidad de que todos los gobiernos locales sean capacitados de forma adecuada para que visiten hogares hasta peinar completamente sus comunidades conversando, explicando y entusiasmando a las personas acerca de cuáles son los nuevos hábitos necesarios para dar una verdadera batalla eficiente contra la enfermedad.
Para este trabajo cada municipio debería no solo capacitarse, sino pedir ayuda a voluntarios de la comunidad, divididos en pequeñas zonas, en donde puedan incluso ser reconocidos, para evitar las resistencias normales causadas por la inseguridad.
La gran tarea, sin duda, no se ha iniciado aún.