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El barro cubre playas de Brasil y arruina turismo

Bloomberg | Jueves 24 diciembre, 2015 12:00 a. m.




Después de un duro 2015, todo lo que Paula de Souza Vieira quería –al igual que millones de brasileños obsesionados con la playa que inundan las costas a fin de año– era unas buenas vacaciones.

Vieira, de 23 años, pensó que había encontrado el lugar perfecto: una franja de arena alineada de palmeras y muy poco concurrida al borde de una reserva nacional ubicada a unos 640 kilómetros al norte de Río de Janeiro. Sin embargo, el desastre ocurrido en una represa ubicada al sureste de Brasil, que envió olas de un nocivo lodo con la corriente hacia el océano Atlántico, la obligaron a suspender su viaje.

“Estaba realmente preocupada”, dijo Vieira. “Todos los que pensaban ir allá para fin de año deberán cancelar el viaje”.

Puede que unas vacaciones arruinadas no representen un gran trauma, especialmente si se compara con el costo ambiental que tendrá la catástrofe sobre la vida silvestre y las comunidades cercanas.

No obstante, para la maltratada clase media de Brasil, es un muy triste final sobre lo que ha sido un año verdaderamente desastroso. El aumento de las quiebras y el desempleo, la inflación sobre el 10% y la depreciación de la moneda están acabando con muchas de las ganancias que obtuvo este grupo con mucho esfuerzo en la última década.

Costo ambiental
La represa que retiene los residuos mineros de una compañíaa de mineral de hierro controlada por Vale SA y BHP Billiton colapsó en noviembre, sepultando a comunidades enteras y devastando los parques nacionales.

Ahora, 50 millones de toneladas de lodo se extienden a lo largo de la costa entre los estados de Río de Janeiro y Bahía, convirtiendo las prístinas aguas azules que abarcan cerca de 48 kilómetros de playas en aguas de color marrón, según la agencia ambiental de Brasil, Ibama.

Samarco, la empresa conjunta de Vale-BHP, está en conversaciones con el gobierno del estado de Minas Gerais y las autoridades de turismo, según un comunicado que envió por correo electrónico. La compañía todavía está evaluando el impacto del desastre y pronto presentará un “plan de acción”.

Algunos hoteles y restaurantes costeros, que dependen de las vacaciones de Año Nuevo para obtener una importante parte de sus ingresos, han visto un aumento en las cancelaciones a causa del accidente. Las reservas para las vacaciones de Año Nuevo se desplomaron en más de la mitad en el “bed and breakfast” de Arana en la Villa de Regência, donde Vieira planeaba quedarse con su novia.

“Nadie va a pagar 2 mil reales por un paquete de vacaciones para ir a un lugar donde las personas dicen que está lleno de lodo”, dijo la dueña Dulce Mendonça.

A pesar de que el suministro de agua no se ha visto afectado, el océano está viscoso y de color marrón con el lodo, dijo. Los pescadores no pueden pescar, y las personas reciben advertencias para mantenerse fuera del agua.







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