El paradigma mundial: de la subvención a la catalización del mercado

En estos días de lluvia, llama a la reflexión como países tan pobres han llegado a ser países ricos y de alto desarrollo, pienso en Singapur y Malasia; por lo cual le invito a que realicemos un recorrido por las estrategias de los principales organismos multilaterales que nos muestra un cambio radical en el paradigma de apoyo a las “Micro, Pequeñas y Medianas Empresas” (MiPymes). El abordaje global ha evolucionado de dar apoyo directo y liquidez a un modelo más complejo de catalización o spin-off de mercado, en el cual el Estado se convierte en arquitecto de las condiciones para que el capital y la experiencia del sector privado fluyan hacia las metas de desarrollo. Este cambio de pensamiento, de "gasto" a "inversión catalítica", es esencial para la competitividad en la economía del siglo XXI por ende a Costa Rica.
Las instituciones globales forman un ecosistema integrado y complementario. Siendo la OCDE el artífice del sistema, dando diferentes perspectivas de diagnóstico con datos, uno es ellos es el “Índice de políticas para las Pymes”. El instrumento contiene 8 pilares (como puede ser los entornos operativo hasta la digitalización, además de la internacionalización) con ello señala a los gobiernos realizar “benchmarking” el cual debe ser muy riguroso y fuerte, para poder así diseñar políticas basadas en evidencias con ello sean consistentes. La OCDE destaca la necesidad de que las pymes aborden las "transiciones gemelas", verde y digital, para seguir siendo pertinentes (sostenibilidad ambiental con justicia social).
El Grupo Banco Mundial (GBM), a través de su brazo para el sector privado, la Corporación Financiera Internacional (IFC), ofrece los mecanismos financieros para poner en práctica estas estrategias. Su nueva "Plataforma de Financiamiento para MiPymes" es un ejemplo de este nuevo modelo. No es un fondo, sino un mecanismo de mitigación de riesgos con herramientas innovadoras como la "Garantía Catalizadora de Primera Pérdida". "El propósito no es desplazar al capital privado, sino atraerlo ("Crown in") reduciendo el riesgo percibido de la inversión, apalancando el capital público para movilizar múltiplos de capital privado". Este abordaje integral siempre amarra el financiamiento a la reforma institucional, pues verter dinero en un sistema ineficiente genera pobres resultados.
Finalmente, la ONU ofrece el "porqué" estratégico y el marco de legitimidad, conectando el apoyo a las MiPymes con los ODS. Con el Pacto Mundial, la ONU impulsa la cadena de suministro como motor de cambio, convenciendo a las grandes empresas para desarrollar prácticas de compra sostenibles que mejoren los estándares laborales, ambientales y de gobernanza de sus proveedores MiPyME. Este paquete —diagnóstico OCDE, herramientas financieras GBM/IFC, marco de sostenibilidad ONU— se convierte en el estándar de platino mundial y redefine el papel del Estado, que deja de ser el principal "banquero" para convertirse en "arquitecto de mercado".
Paralelamente al modelo de las instituciones multilaterales, las escuelas de negocios y universidades de élite han desarrollado un modelo de promoción del emprendimiento que las ha transformado en motores económicos. El secreto de escuelas como Stanford (GSB), Harvard (HBS), MIT (Sloan), INSEAD o LBS no son sus cursos aislados, sino la creación de "ecosistemas" de innovación completamente integrados y autoreforzados, en vez de "programas" aislados.
Estos ecosistemas sirven como una "tubería completa de extremo a extremo (spin-off)" que lleva a un emprendedor desde la idea hasta la inversión y el escalamiento. Sus elementos clave son: centros dedicados y financiados (por ejemplo, Arthur Rock Center de HBS); un gran enfoque en el aprendizaje experiencial a través de cursos prácticos (ejemplo: "Startup Garage" de Stanford) y aceleradoras educativas (entre ellas: "MIT Delta V"); sólidas redes formalizadas de mentores con Emprendedores en Residencia (EIRs); y concursos de planes de negocio que otorgan no solo capital inicial, sino también la validación y exposición esenciales ante los inversores.
En estos modelos, la universidad no es un jugador más, sino la plataforma que orquesta a todos los demás (estudiantes, profesores, mentores, antiguos alumnos, inversores, entre otros). Su marca, su red y su capacidad de convocatoria son el principal elemento que disminuye la fricción y aumenta la velocidad de creación de empresas. Esto implica que una política nacional de innovación podría gastar más efectivamente en fortalecer sus mejores incubadoras universitarias en vez de duplicar agencias gubernamentales.
Un elemento clave para el éxito y la escalabilidad de estos ecosistemas es su arraigo con el capital privado. No se sostienen solo con dinero público o matrículas. Su vitalidad se alimenta de un círculo virtuoso: la universidad, con sus programas, genera emprendedores de éxito; éstos donan millones de dólares, filantropía y fondos de capital de riesgo para apoyar a la siguiente generación de startups. Un regalo como este financió el programa Rock Summer Fellows de HBS, que les paga a estudiantes para que trabajen en sus propias empresas. Este ciclo en el que el capital privado es el combustible de la incubadora (spin-off) es lo que permite una escala que los modelos que dependen solo de dinero público no pueden igualar. La integración física de los centros de emprendimiento y capital privado en LBS es el reconocimiento de esta simbiosis necesaria entre la generación de empresas y su financiación.
Cuando se compara el ecosistema de apoyo a las MiPymes de Costa Rica con las mejores prácticas a nivel mundial, se evidencia un panorama con fortalezas importantes, pero también con brechas estratégicas que restringen su potencial a futuro. Costa Rica ha impulsado una gran plataforma, pero no ha sido suficiente para poder competir a nivel global basándose en el capital de riesgo y la innovación.
Las fortalezas de Costa Rica son innegables e importantes. Primero, cuenta con un marco legal e institucional consolidado, basado en la Ley 8262 (Ley de Fortalecimiento de las Pymes) y la Ley 9274 (Ley del Sistema de Banca para el Desarrollo). Esta estructura jurídica da estabilidad, claridad en las obligaciones y estructura institucionalizada, con el MEIC como rector, el SBD como soporte financiero y el INA como soporte de capacitación. En segundo lugar, hay una alta articulación en el sector público, como por ejemplo entre el SBD y el INA, y programas compartidos entre el MEIC y PROCOMER para exportadores rurales. Finalmente, el país ya cuenta con incubadoras universitarias de alto nivel, como AUGE de la UCR, que conocen muy bien las prácticas actuales de incubación, aunque operan a una escala mucho menor que sus contrapartes internacionales; por otro lado, la UNED está dando sus primeros pasos con el proyecto Impulsa.
Pero este fuerte sistema "Etapa1" de crecimiento lineal y formalización tiene serias carencias para escalar una "Etapa 2" de crecimiento exponencial por innovación. La mayor brecha es la falta de un mercado de capital de riesgo. El ecosistema financiero está altamente supeditado a la deuda tradicional y al dinero público que fluye por el SBD, y hay muy poco capital privado de riesgo disponible para hacer crecer rápidamente las empresas innovadoras. Este es el "eslabón perdido" financiero de Costa Rica. En relación con esto, a pesar de que las incubadoras son de alta calidad, su tamaño se ve superado por los ecosistemas de las mejores universidades, dada la ausencia de integración sistémica con un mercado de capital de riesgo desarrollado.
La siguiente tabla comparativa resume estas fortalezas y brechas, que abren la necesidad de una evolución estratégica.
Tabla 1. Marco comparativo de apoyo a las MiPymes: mejores prácticas globales vs. Costa Rica
Pilar de apoyo | Mejores Prácticas Globales/Académicas | Modelo Costarricense | Análisis (Brecha / Fortaleza) |
Marco de políticas | Fundamentado en datos y estándares internacionales (Índice de 8 Pilares de la OCDE). | Legalmente constituido, permanente, de coordinación estatal (MEIC). | Fortaleza: Cuenta con marco legal. Brecha: No existe evidencia de un benchmarking. |
Arquitectura financiera | Enfatizar en la atenuación de riesgos como apoyo a la incorporación del capital privado | Basado en recursos estatales por medio de la deuda y garantías tradicionales (SBD, FODEMIPYME). | Fortaleza: Mecanismo robusto de financiamiento de deuda. Brecha: Mercado de capital de riesgo (VC) naciente; "eslabón perdido" para el capital de riesgo. |
La Universidad como agente | Ecosistemas integrados y a escala que impulsan la economía (aceleradoras, emprendedores en residencia, conexiones directas con capital de riesgo). | Incubadoras de clase mundial, pero a pequeña escala (AUGE). La conexiones con el capital de riesgo es incipiente, además de no estar sistematizados. | Fortaleza: Hay una buena incubadora (AUGE). Brecha: Falta de escala e inmersión en un mercado de capitales desarrollado. |
Desarrollo de capacidades | Altamente especializada, con acceso a financiamiento y mentoría (por ejemplo, Rock Summer Fellows de HBS). | Muy buena oferta publica realizada por el INA, pero desvinculada con el sector productivo. | Fortaleza: Existe una oferta amplia de cursos y capacitaciones. Brecha: No hay certeza de vinculación con el sector privado. |
Enfoque de Sostenibilidad | Esta en las cadenas de suministro además en la estrategia de negocios. (Pacto Mundial de la ONU). | Se percibe como un programa aislado el de sostenibilidad del MEIC. | Fortaleza: Está alineado con la Marca País. Brecha: Implementación de la sostenibilidad. |
Además, por otro lado, se llega del análisis comparado es que Costa Rica está inmersa en una confluencia transcendental. Tras haber logrado crear una excelente base de apoyo a las MiPymes, ahora el
desafío es pasar de un modelo "Estado proveedor" a un modelo "Estado catalizador". Esta transformación es fundamental para superar las fallas encontradas —principalmente falta de capital de riesgo y falta de escala de los ecosistemas de innovación— y garantizar la prosperidad del país en la economía global del siglo XXI.
El modelo "Estado proveedor", con instituciones como el SBD, por donde fluyen directamente recursos públicos, o el INA, proveedor de capacitación, ha sido determinante para alcanzar el nivel de desarrollo en que nos encontramos. Ha formalizado negocios, abierto acceso al crédito formal y mejorado las habilidades técnicas de la fuerza laboral. Pero este modelo está condenado en un mundo que valora el crecimiento exponencial, la innovación disruptiva, la agilidad. El Estado es por naturaleza limitado en recursos y no siempre cuenta con experiencia de mercado o apetito por el riesgo para financiar la innovación en sus fases iniciales más arriesgadas.
El transformarse en el “Estado catalizador” es preciso de cambio de paradigma en la mentalidad y las políticas públicas. En este supuesto, la nueva función del Estado es el no pretender reemplazar al mercado, sino propiciar a que el sector privado genere eficaz como eficientemente en los espacios vacíos o huecos estructurales de nuestra economía. Implica transformar del Estado filantrópico y a veces prestamista a garante de un préstamo privado para disminuir el riesgo del banco; de proveedor de un curso de capacitación a patrocinador de una red privada de mentores de clase mundial; de administrador de un fondo público a catalizador de múltiples fondos privados de riesgo.
Este método catalítico usa los escasos fondos públicos para atraer y orientar los recursos, la experiencia y la agilidad del sector privado hacia las prioridades nacionales de desarrollo. Es el mejor modelo para desarrollar el ecosistema "Etapa 2" que necesita Costa Rica: uno capaz de financiar la innovación de alto riesgo, escalar sus mejores startups a nivel global e integrarlas en las cadenas de valor más sofisticadas y sostenibles del mundo. La apropiación de esta nueva filosofía es el primer paso para la futura estrategia de desarrollo empresarial del país.
Para que Costa Rica evolucione de un Estado proveedor a uno catalizador, se plantea una hoja de ruta con cuatro recomendaciones estratégicas, interrelacionadas, para crear un ecosistema de apoyo a las MiPymes listo para el futuro.
- Profundizar la sofisticación del mercado financiero para completar el "Eslabón Perdido".
Acción: Conformar una alianza público-privada, con ello instaurar el “Fondo catalizador de Capital de Riesgo”, inspirándose en el modelo de la IFC o modelo de Plataforma. Este fondo no invertiría directamente, sino que otorgaría garantías de primera pérdida (o primer fracaso) para atraer a fondos de capital riesgo privados a invertir en rondas semilla y Serie A de startups (spin-off) de alto crecimiento, en particular las que egresan de incubadoras (spin-off) universitarias.
Qué hacer: Actualizar el mandato del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) para permitir la coinversión con ángeles inversionistas y fondos de capital de riesgo acreditados. Esto multiplicaría los recursos públicos para atraer la experiencia privada en selección y gestión de inversiones, convirtiéndose en un catalizador.
Recomendación 2: Ampliar y comercializar los ecosistemas de innovación universitarios.
Acción 1: Crear un “Fondo de Innovación Universitaria” la cual pueda otorgar financiamiento importante y de forma plurianual a las incubadoras universitarias o spin-off. Pero el financiamiento debe ser medible por medio de indicadores medibles, como podría ser cantidad de startups, MiPymes conformadas, crecimiento de empleo directo e indirecto, fondos privados atraídos, para propiciar la escalada como el impacto económico, entre otras.
Acción 2: Creación de una “Red de emprendedores en residencia” como un programa financiado por el Gobierno, para financiar la estadía de lo emprendedores como inversores experimentados, tanto local como internacional, en estos spin-off o incubadoras, se estaría replicando los modelos de HBS e INSEAD, con ello se vendría a fortalecer el ecosistema de mentoría de alto nivel.
Recomendación 3: Incorporar de manera estructurada a las MiPymes en Cadenas de Valor Globales (CVG) Verdes y Digitales de Alto Valor.
ACUERDO: Encomendar a PROCOMER la elaboración de un "Programa de Integración en CVG" más allá de la promoción genérica de exportaciones. Dicho programa deberá relevar activamente las necesidades de la cadena de suministro de las multinacionales ubicadas en zonas francas y conectar proactivamente a MiPymes certificadas para dar cumplimiento a los exigentes estándares de calidad, ciberseguridad y sostenibilidad.
Qué hacer: Usar el Pacto Mundial de la ONU para desarrollar un compromiso colectivo nacional en el que las grandes empresas se comprometan con metas concretas de aprovisionamiento local y sostenible de MiPymes, con reconocimiento público y posibles incentivos fiscales para estimular la demanda desde el mercado.
4. Establecer un ciclo de políticas iterativo y basado en datos.
Acción: Instruir al MEIC para que haga oficial el "Índice de Políticas para PYMES" de 8 pilares de la OCDE como el marco oficial de seguimiento y evaluación. Debería de crear un "Índice de Políticas para PYMES de Costa Rica" con publicación bienal para dar seguimiento transparente, exigir rendición de cuentas y adaptar la política sobre la marcha con base en evidencia y benchmarking internacional.
Estas cuatro sugerencias son un plan de acción sistémico. La sofisticación financiera (Rec. 1) dará la gasolina para escalar la innovación universitaria (Rec. 2). Las nuevas empresas que surjan deberán insertarse en las cadenas globales de valor (Rec. 3). Y todo ello medido y afinado con un marco de datos riguroso (Rec. 4) para garantizar la mejora continua del ecosistema.