El país amigo de todos debe tender puentes
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 29 diciembre, 2008
Lejos de verse afectado en su imagen por entablar relaciones diplomáticas con países cuyas ideologías chocan entre sí, Costa Rica tiene ante sí una oportunidad capital para situarse en el mundo como una nación referente, una que intenta remover la viga en el ojo propio sin mirar ni condenar la paja en el ajeno.
Subsanando sus propias deficiencias es como el país puede contribuir mejor e influir en el mundo globalizado.
Además de la necesidad imperiosa de extender sus horizontes comerciales más allá de la histórica dependencia en su socio número uno, Estados Unidos, hoy en crisis, Costa Rica necesitaba eliminar prejuicios ideológicos, buscando ubicarse en una posición internacional coherente con su imagen pacifista, como una nación amistosa, capaz de ver lo mejor de las demás y sacarles provecho mediante tratados en los cuales también tenga qué ofrecer.
Es así que al entablar relaciones con los mundos asiático y árabe moderado, Costa Rica no solo siembra en tierra fértil para los negocios, sino que está solidificando los cimientos que lo pueden convertir en un puente de ideas y mediador de conflictos, condición acorde con su pergamino de 60 años sin ejército.
En política internacional “no hay amigos, solo intereses”, dijo alguna vez el ex canciller norteamericano Henry Kissinger. Aunque realista, la visión no tiene por qué ser cierta siempre. El reto consiste en no jugar un papel pasivo de amigo de todos, sino de aprovechar las relaciones multilaterales para fomentar la política exterior costarricense de una forma activa.
Basado en principios, moral y éticamente condicionado por la adhesión de nuestro pueblo a valores superiores como la paz, el desarme, el respeto irrestricto a todos los derechos humanos y el respeto del derecho internacional sobre la imposición unilateral y el uso de la fuerza como instrumento de dominación, el país amigo de todos debe aprovechar esta condición y el lugar que ocupa en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para dejar claras sus posiciones, sin que lo comercial tenga por qué verse afectado.