El laberinto del desempleo
| Sábado 13 junio, 2009
El laberinto del desempleo
“El desempleo es nuestro actual laberinto, en el que día a día avanzamos sin encontrar la salida”
La actual crisis mundial nos permite indagar y examinar acerca de una de las ramas de la economía, como lo es la economía laboral, la cual: “Examina la organización, el funcionamiento y los resultados de los mercados de trabajo; las decisiones de sus participantes actuales y futuros; y las medidas relacionadas con el empleo y la remuneración de los recursos de trabajo”.
Sin embargo en el contexto actual cabe preguntarnos si algunas de las teorías esbozadas acerca del funcionamiento de los mercados de trabajo siguen rigiendo con la actual crisis de índole mundial. De ello debemos puntualizar que actualmente el estudio de la economía laboral está enfocado en las teorías de elección, esto con el objetivo de dar predicciones acerca de las conductas de los agentes económicos que participan dentro del mismo mercado, como también de aquellos que no pertenecen a la población activa, la población económicamente activa son aquellas personas que actualmente están trabajando o que están buscando empleo; no se consideran los estudiantes, amas de casa o personas jubiladas; pero estos agentes toman sus decisiones considerando tres aspectos importantes como lo son: las escasez de los factores de producción; las conductas racionales y la adaptabilidad a las circunstancias del momento.
Este último punto a lo que hace referencia es a que las personas deben ajustar y alterar su conducta en respuesta a las variaciones de los costos y ganancias que se esperan.
En las circunstancias actuales, el desempleo ha tocado sus mayores niveles en la historia; donde se espera que para el presente año el número de desempleados a nivel mundial pudiera aumentar entre 18 millones y 30 millones de trabajadores, en comparación a 2007, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Estas cifras son meramente alarmantes para la humanidad debido a que las repercusiones golpean a todos los países y a todos los sectores de la economía. Día a día escuchamos en los medios de comunicación cómo miles de empresas quiebran, otras hacen recortes significativos de empleados, millones de personas quedan sin empleo, y siendo en la mayoría de los casos el sustento del hogar, tienen obligaciones financieras con otras entidades, el simple despido no es una situación aislada del resto de la sociedad; de esta realidad es que se vuelve una necesidad por parte de los agentes económicos, principalmente de los trabajadores, la búsqueda, la manera de ingeniar su propio mercado laboral, es decir no esperar que sean las empresas las que los llamen para su contratación, sino que sean estos los que examinen dentro de sus propias disciplinas, los instrumentos y las habilidades que les permitan posicionarse en el mercado de trabajo.
Pero también es necesario que los centros de educación superior fomenten el carácter emprendedurista en sus estudiantes; pero aún más es primordial que las entidades financieras y el gobierno fomenten leyes y programas que se ajusten a estos sectores, pero que no se queden en el papel como lo han sido muchas de estas.
Las soluciones de este problema son como un laberinto, en el cual existen muchas entradas y senderos, pero solo existe una salida; ¿cual será la salida? ¿Dónde empezaremos a mirar la luz? ¿Quién o quienes nos guiarán?
Laura Patricia Vega Chaves
Economista
“El desempleo es nuestro actual laberinto, en el que día a día avanzamos sin encontrar la salida”
La actual crisis mundial nos permite indagar y examinar acerca de una de las ramas de la economía, como lo es la economía laboral, la cual: “Examina la organización, el funcionamiento y los resultados de los mercados de trabajo; las decisiones de sus participantes actuales y futuros; y las medidas relacionadas con el empleo y la remuneración de los recursos de trabajo”.
Sin embargo en el contexto actual cabe preguntarnos si algunas de las teorías esbozadas acerca del funcionamiento de los mercados de trabajo siguen rigiendo con la actual crisis de índole mundial. De ello debemos puntualizar que actualmente el estudio de la economía laboral está enfocado en las teorías de elección, esto con el objetivo de dar predicciones acerca de las conductas de los agentes económicos que participan dentro del mismo mercado, como también de aquellos que no pertenecen a la población activa, la población económicamente activa son aquellas personas que actualmente están trabajando o que están buscando empleo; no se consideran los estudiantes, amas de casa o personas jubiladas; pero estos agentes toman sus decisiones considerando tres aspectos importantes como lo son: las escasez de los factores de producción; las conductas racionales y la adaptabilidad a las circunstancias del momento.
Este último punto a lo que hace referencia es a que las personas deben ajustar y alterar su conducta en respuesta a las variaciones de los costos y ganancias que se esperan.
En las circunstancias actuales, el desempleo ha tocado sus mayores niveles en la historia; donde se espera que para el presente año el número de desempleados a nivel mundial pudiera aumentar entre 18 millones y 30 millones de trabajadores, en comparación a 2007, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Estas cifras son meramente alarmantes para la humanidad debido a que las repercusiones golpean a todos los países y a todos los sectores de la economía. Día a día escuchamos en los medios de comunicación cómo miles de empresas quiebran, otras hacen recortes significativos de empleados, millones de personas quedan sin empleo, y siendo en la mayoría de los casos el sustento del hogar, tienen obligaciones financieras con otras entidades, el simple despido no es una situación aislada del resto de la sociedad; de esta realidad es que se vuelve una necesidad por parte de los agentes económicos, principalmente de los trabajadores, la búsqueda, la manera de ingeniar su propio mercado laboral, es decir no esperar que sean las empresas las que los llamen para su contratación, sino que sean estos los que examinen dentro de sus propias disciplinas, los instrumentos y las habilidades que les permitan posicionarse en el mercado de trabajo.
Pero también es necesario que los centros de educación superior fomenten el carácter emprendedurista en sus estudiantes; pero aún más es primordial que las entidades financieras y el gobierno fomenten leyes y programas que se ajusten a estos sectores, pero que no se queden en el papel como lo han sido muchas de estas.
Las soluciones de este problema son como un laberinto, en el cual existen muchas entradas y senderos, pero solo existe una salida; ¿cual será la salida? ¿Dónde empezaremos a mirar la luz? ¿Quién o quienes nos guiarán?
Laura Patricia Vega Chaves
Economista