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El inicio…

Carlos Camacho ccamacho@grupocamacho.com | Miércoles 26 septiembre, 2018


El inicio…

El 25 de septiembre de 2018, será una fecha de triste memoria, he tomado la responsabilidad de aportar algunos elementos para que las personas y empresarios puedan conocer con mayor precisión practica lo que ha hecho el Gobierno de la República, en echar mano a una herramienta que, aunque ciertamente limitada en las normas legales, tanto en tiempo, como en máximo, nos garantiza el inicio, pero de un camino tortuoso y no de una solución.

Acudir al Banco Central a sacar dinero de orden inorgánico, que es aquel cuyo respaldo carece de fuente real en la producción es tomar un camino excepcional que confluye con dos momentos de la historia reciente de la economía la penúltima fue precisamente en la Administracion Carazo Zeledón en la década de los ochenta, a la que he hecho alusión en diversas columnas para anticipar que lo que hoy ha ocurrido era la dirección a la que nos enrumbábamos y en la Administracion Figueres Olsen, en razón de la falta de liquidez resultado de la también tristemente histórica del cierre del Banco Anglo Costarricense, una de las más onerosas decisiones visibles que se han tomado en contra de la riqueza de los costarricenses. Hoy a diferencia de ayer, se tienen condiciones empeoradas en razón, que las causas eran individualizables en ambos precedentes y combinadas en el momento actual. La decisión de cierre del Banco Crédito Agrícola, con la exigibilidad de orden inmediato de depósitos y deberes consecuentes con la desaparición de un patrono, entrando con una solución característica del miedo que es hacer las cosas a medias, como es adherir con riesgo sistémico el cascaron de ese banco, a otro en apariencia estable, es poner los riesgos en un canasto complicado de riesgos y su correcta administración. Asimismo, de forma simultanea hemos llegado a tocar fondo en materia de liquidez del Estado para hacer frente a sus obligaciones corrientes, sea para los gastos de sostenimiento del aparato estatal, incluido el financiamiento de la huelga que ya se prolonga por tercera semana sin que se vislumbre acuerdo alguno.

Esta condición se ve agravada en razón de la condición del proceso de reforma tributaria se encuentra en un estado de impasse de procedimiento singularmente opuesto al aprobado de via rápida, mediante los mecanismos que la norma reglamentaria de la Asamblea Legislativa permite que es pausar, en lugar de acelerar, esta contradicción ha hecho que, el temor de los inversionistas, hayan hecho inviable colocar deuda para cubrir necesidad del corto plazo por la suma de cuatrocientos noventa y ocho mil millones de colones, equivalentes a novecientos millones de dólares, con lo que se está accediendo a captar con fecha para pagar antes del 31 de diciembre de este año, concretamente el día de Navidad (vaya regalo nos adelantaron).  Si bien para generar un estado de calma relativa esto en condiciones como la actual resulta en la última herramienta disponible, los funcionarios responsables de dar la noticia, presidente del Banco Central y ministra de Hacienda, gesticulaban con un santo temor inherente a las bases de la decisión tomada. Es cierto, que la opción de captar hoy en el mercado a tasas más altas, tendría de inmediato impacto en el sistema general de tasas de interés y las consecuencias tanto inflacionarias como recesivas en el sector productivo ya linchado por la crisis de la economía y estrangulado por los efectos de la huelga del sector público, que de esta forma recibirán de manera oportuna sus pagos el próximo fin de mes.

Esta medida es de alto riesgo en especial, cuando se menciona la condición de “puente”, que por definición tiene un inicio y un final. Hoy es el inicio, no vemos con claridad el final, nos contaron la trayectoria del puente de manera sucinta, para que no nos diera vértigo, pero a la falta de transparencia más temor le crean en especial a los ahorrantes y los inversionistas. Las premisas del final del puente, son todas variables dependientes de terceros, a los que desde la óptica histórica se a denotado agotamiento de la vía para el logro de objetivos, tanto la colocación de la deuda misma, la rápida aprobación de un plan fiscal insuficiente para dar siquiera signos de arreglo parcial a la precaria condición de las finanzas públicas, en especial después del saqueo institucional resultado del reparto de exenciones como si hubiese bonanza económica. Pender de esto para honrar en Navidad el pago, parece un malabar muy arriesgado, no lo intente ni en sus finanzas personales ni mucho menos empresariales, esto no lleva a buen puerto, por ende, el destino del puente no es claro, las condiciones de visibilidad son nubladas y es de noche, vaya encomendada que nos tenemos que dar como país, lo peor es que la noche apenas cae, es decir, nos falta un largo transcurrir por los segundos de angustia a pesar de los cuales, con psicología inversa, la conferencia de prensa de los expertos, viene a ser complementada con una cadena nacional de radio y televisión anunciada para el Presidente de la República.

El señor Presidente es comunicador de formación, sabe que el contenido, el medio, a entonación y por supuesto los elementos del discurso, en especial en momentos de crisis, no se pueden limitar a recetar la sopa de pollo para el alma, receta de todas las abuelas, debió recordar el Presidente Alvarado, las sabias palabras del pensador español, José Ortega y Gasset quien en su obra la rebelión de las masas recomienda con sabiduría: “cuando el hombre no sabe qué decir, simplemente no dice nada”. Señor presidente le confieso que me quede esperando el contenido del mensaje, no solo yo sino todos los actores de la sociedad civil y la comunidad de agentes económicos, recordándoles a los tres respetables funcionarios públicos mencionados en este artículo que el supuesto que no hicieron explicito fue el que fundamenta el falso optimismo, siendo que los agentes económicos antes estas medidas van a tener una butaca para sentarse a esperar con ansiedad la Navidad, para tomar sus propias decisiones, quedándose quietos y sin acciones o reacciones. No es racional, no es de mercado, no es de recibo que se parta de manera implícita de tan falsa expectativa. A todos decirles, que no desesperen, pero que toca que cada quien haga su propio plan de evacuación y atención de la crisis ya que quienes están a cargo, simplemente nos dejaron sin una ruta clara de evacuación.

Calma deber ser el resultado, no el punto de partida, quien está preparado siempre está en calma, si usted tiene sus rutas claras, le digo que va en la delantera y que supera con creces las condiciones de los responsables de dirigir los destinos de nuestra querida Costa Rica.


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