El ICE: una historia de éxito
| Jueves 23 abril, 2009
El ICE: una historia de éxito
El Banco Mundial en su libro “Reformando la Infraestructura: Privatización, Regulación y Competencia”, publicación conjunta de esa institución y la Oxford Press (2004), concluye que los monopolios de propiedad estatal exhibieron una pobre actuación. “…en muchas economías en desarrollo y en transición sufrieron de una baja productividad de sus trabajadores, deterioro de las instalaciones fijas y equipo, pobre calidad de servicio, escasez crónica de ingresos e inversiones inadecuadas, y serios problemas por robos y morosidad en los pagos de sus abonados.
Adicionalmente, en los países en desarrollo gran parte de su población careció de servicios, aunque en las economías en transición, muchas de ellas lograron una relativamente alta cobertura de servicio. Además, los precios variaron considerablemente entre sectores. En las telecomunicaciones ellos fueron típicamente altos, mientras que los precios por debajo del costo de suministro fueron comunes en electricidad y en ciertos segmentos del transporte, y especialmente serios en acueductos”…(Traducción libre del suscrito para estos comentarios, página 2 de la obra citada).
Afortunadamente, la experiencia y realidad costarricenses son muy distintas al negativo diagnóstico y conclusiones del Banco Mundial, pues gracias a la visión de los constituyentes de 1949 hemos contado con las instituciones autónomas que le han dado al país excelentes resultados y sobre todo, bienestar social.
El pasado 8 de abril de 2008 el Instituto Costarricense de Electricidad cumplió 60 años de fundado. Su historia ha sido resumida por el ingeniero Teófilo de la Torre como una “historia de éxitos”.
Sorprende que una institución que durante años ha sido objeto de una sistemática campaña negativa de parte de grupos políticos, económicos y mediáticos ocupe —después de las universidades públicas— el primer lugar en el favor de la opinión pública. Y este apoyo mayoritario de los costarricenses se da por su exitoso desempeño al brindarnos indicadores de cobertura, buena calidad y precios favorables tanto en el campo eléctrico a partir de su fundación en 1949, como en el de las telecomunicaciones desde 1963 cuando como reconocimiento a su eficaz y eficiente labor en el suministro eléctrico, el Estado le asignó tan importante servicio público.
Don Jorge Manuel Dengo, uno de los fundadores del ICE, resumió los puntos siguientes como los factores principales que propiciaron el desarrollo y fortaleza de esta institución:
• Definir y resolver el problema eléctrico del país; ejecutando exitosamente el primer modelo de planificación nacional.
• Evaluar y desarrollar el recurso natural con que se contaba: el agua.
• Definir los recursos financieros para desarrollar los proyectos, sin depender del presupuesto nacional
• Contratar y capacitar al recurso humano
• Organizar y poner a trabajar una institución excepcional.
Gracias a lo anterior, tenemos una posición de ventaja con respecto al resto de países del istmo y de Latinoamérica en general, pues gracias a la capacidad eléctrica instalada no hemos tenido que utilizar en alta proporción —como sí se han visto obligados la mayoría de ellos— los derivados del petróleo como insumo para la generación térmica, cuando sufrimos la crisis mundial derivada por sus exagerados y especulativos precios.
Leonel Fonseca Cubillo
Ex Regulador General de Servicios Públicos
El Banco Mundial en su libro “Reformando la Infraestructura: Privatización, Regulación y Competencia”, publicación conjunta de esa institución y la Oxford Press (2004), concluye que los monopolios de propiedad estatal exhibieron una pobre actuación. “…en muchas economías en desarrollo y en transición sufrieron de una baja productividad de sus trabajadores, deterioro de las instalaciones fijas y equipo, pobre calidad de servicio, escasez crónica de ingresos e inversiones inadecuadas, y serios problemas por robos y morosidad en los pagos de sus abonados.
Adicionalmente, en los países en desarrollo gran parte de su población careció de servicios, aunque en las economías en transición, muchas de ellas lograron una relativamente alta cobertura de servicio. Además, los precios variaron considerablemente entre sectores. En las telecomunicaciones ellos fueron típicamente altos, mientras que los precios por debajo del costo de suministro fueron comunes en electricidad y en ciertos segmentos del transporte, y especialmente serios en acueductos”…(Traducción libre del suscrito para estos comentarios, página 2 de la obra citada).
Afortunadamente, la experiencia y realidad costarricenses son muy distintas al negativo diagnóstico y conclusiones del Banco Mundial, pues gracias a la visión de los constituyentes de 1949 hemos contado con las instituciones autónomas que le han dado al país excelentes resultados y sobre todo, bienestar social.
El pasado 8 de abril de 2008 el Instituto Costarricense de Electricidad cumplió 60 años de fundado. Su historia ha sido resumida por el ingeniero Teófilo de la Torre como una “historia de éxitos”.
Sorprende que una institución que durante años ha sido objeto de una sistemática campaña negativa de parte de grupos políticos, económicos y mediáticos ocupe —después de las universidades públicas— el primer lugar en el favor de la opinión pública. Y este apoyo mayoritario de los costarricenses se da por su exitoso desempeño al brindarnos indicadores de cobertura, buena calidad y precios favorables tanto en el campo eléctrico a partir de su fundación en 1949, como en el de las telecomunicaciones desde 1963 cuando como reconocimiento a su eficaz y eficiente labor en el suministro eléctrico, el Estado le asignó tan importante servicio público.
Don Jorge Manuel Dengo, uno de los fundadores del ICE, resumió los puntos siguientes como los factores principales que propiciaron el desarrollo y fortaleza de esta institución:
• Definir y resolver el problema eléctrico del país; ejecutando exitosamente el primer modelo de planificación nacional.
• Evaluar y desarrollar el recurso natural con que se contaba: el agua.
• Definir los recursos financieros para desarrollar los proyectos, sin depender del presupuesto nacional
• Contratar y capacitar al recurso humano
• Organizar y poner a trabajar una institución excepcional.
Gracias a lo anterior, tenemos una posición de ventaja con respecto al resto de países del istmo y de Latinoamérica en general, pues gracias a la capacidad eléctrica instalada no hemos tenido que utilizar en alta proporción —como sí se han visto obligados la mayoría de ellos— los derivados del petróleo como insumo para la generación térmica, cuando sufrimos la crisis mundial derivada por sus exagerados y especulativos precios.
Leonel Fonseca Cubillo
Ex Regulador General de Servicios Públicos