El avance tecnológico y su impacto en los trabajos de auditoría y aseguramiento
Dafne Ramírez dafne.ramirez@cr.gt.com | Martes 16 julio, 2024
Actualmente vivimos tiempos en los que se tiene acceso a todo tipo de información de cualquier tópico, lo cual nunca se ha tenido. Muchos profesionales de carreras afines a la economía han tenido muchas facilidades desde hace un par de décadas a hoy. El avance tecnológico tan acelerado que hemos experimentado ha traído muchos beneficios en cuando a la agilidad de respuesta que se requiere en los negocios, en una economía globalizada.
Los requerimientos actuales de información financiera se han venido rigiendo por distintas normativas que, a través del tiempo y del comportamiento de los negocios, buscan homologar la manera en la que se presenta y revela dicha información financiera. La finalidad es brindar a los usuarios información financiera relevante que represente fielmente las transacciones ocurridas de forma completa, neutral y libre de error, según el Marco Conceptual para la Información Financiera de las Normas Internacionales de Información Financiera.
En la actualidad los negocios avanzan a una tasa acelerada, acorde con lo que indica el mercado. Esto implica cambios continuos en la manera en la que la información financiera se recopila, se procesa y se reporta, para garantizar la información financiera relevante y con representación fiel. El avance tecnológico ha sido un pilar fundamental en la forma en la que las grandes, medianas y pequeñas empresas producen su información financiera, dejando muchas funciones operativas y hasta de control, en manos de los sistemas de información automatizados.
Sin duda alguna, este hecho ha representado un reto para los profesionales que se dedican al desarrollo de trabajos de auditoría y aseguramiento, pues cada día que avanza se encuentra menos evidencia física y más evidencia digitalizada de la información financiera sobre la que se opina. Desde hace varios años atrás, recibimos facturas electrónicas tanto de venta como de compras, requisiciones automáticas de inventarios, estados de cuenta bancarios generados en línea, cálculos automatizados de estimaciones como la depreciación o pérdidas crediticias esperadas, aprobaciones en línea de cuentas por pagar, entradas a inventarios, compras de activos y asientos contables manuales, entre otros.
Si bien es cierto que la tecnología nos brinda una gran ayuda, la intención de este artículo es llamar la atención de los profesionales económicos con fe pública. En una economía acelerada y de cambios, con alta dependencia de los sistemas de información, puede ser sencillo cometer errores en el ejercicio de auditorías o trabajos de aseguramiento. Los profesionales de este campo debemos ser críticos no solo en la búsqueda de la evidencia que nos haga sentir satisfechos con respecto a las cifras y revelaciones sobre las que opinamos, sino también en el manejo de la información financiera que nos proporciona el cliente.
Son comunes los casos de delitos financieros de mayor y menor escala. Estos son ejemplos de lo relevante que es nuestra profesión y la credibilidad que tenemos en el ejercicio de esta, así como la necesidad de indagar lo necesario para obtener evidencia suficiente que respalde las cifras contenidas en la información financiera.
Siempre es importante analizar la información financiera de una forma escéptica, sin dar por sentado que la información de un sistema automatizado haya sido producida sin ningún error; al fin y al cabo, los sistemas de información han sido creados por seres humanos. Es por lo anterior, que resulta vital para un auditor, comprender el proceso en el que los sistemas de información financiera recopilan, procesan y reportan los datos para convertirlos en el insumo de los usuarios.
Probablemente existirán casos en los que sea complicado entender estos procesos y cuando esto ocurra, debemos ser muy responsables en reconocer que no tenemos las capacidades para desempeñar el trabajo, a menos de que dispongamos de un especialista en el área de tecnologías de información que pueda valorar los riesgos y nos lo haga saber, ya que la responsabilidad final de la opinión recae en el auditor.
El poder contar con acceso a mucha información hoy día, nos da el poder de indagar de forma expedita temas como el comportamiento de la industria y el mercado en general, así como encontrar en línea estados financieros auditados de entidades financieras, por ejemplo. También nos da la responsabilidad de considerar muy bien las fuentes de las cuales obtendremos la información comparable con nuestro encargo.
No solo quien produce información financiera podría incurrir en errores. Los profesionales a los que se nos confía la información financiera del cliente, incluso la información más específica, debemos cumplir con el principio de confidencialidad, incluso cuando estos clientes son públicos. En este punto, el avance tecnológico podría jugarnos una mala pasada, cuando no tenemos cuidado con el manejo de la información financiera. Por ejemplo, el uso de aplicaciones no confiables para depurar la información obtenida, convertirla en algún formato distinto o hacerla llegar a algún otro usuario, son incumplimientos del principio de confidencialidad, que podrían generar consecuencias devastadoras para un negocio.
Sitios para compartir archivos electrónicos pesados como WeTransfer, Smash o Google Drive, así como los que convierten de un formato a otro, como Smallpdf, Ilovepdf, Convertio, entre otros; podrían compartir o disponer la información que estamos procesando en ellos, si no se encriptan de alguna forma. Otro ejemplo muy de moda es el ChatGPT o, en general, las herramientas de inteligencia artificial, pues debido a su forma de rápida y certera de responder ante las preguntas que se le generen e incluso analizar y producir información a partir de datos; podríamos vernos tentados a utilizarlas en el ejercicio de la profesión, sin considerar a dónde irá a parar la información que proporcionemos como insumo.
Claramente el avance tecnológico nos ha dado la capacidad de responder de forma pronta a las necesidades del cliente en el desempeño de nuestras labores; y podemos recurrir a la tecnología, siempre y cuando estemos seguros de que las fuentes y la información que estemos manipulando no se vea expuesta. Siempre es importante dudar de lo que consideramos obvio y tener la mente abierta, así como la seguridad de que, cuando algo no nos termina de convencer, debemos seguir nuestro olfato.
Dafne Ramírez
Gerente de Auditoría de Grant Thornton