EL AMOR A LAS MATEMÁTICAS
Guillermo Malavassi gmalavassi@uaca.ac.cr | Viernes 14 abril, 2023
Guillermo Malavassi Vargas
“Más puede quien más ama lo que hace”
(Magis potest qui magis amat quod facit).
-o-o-o-o-o-o-o-
La enseñanza de las matemáticas desde la escuela y durante el colegio.Si los maestros durante la escuela, y los profesores, sobre todo de matemáticas, amaran esa disciplina, sus estudiantes aprenderían a amarlas y cultivarlas.
Durante la escuela pública, en la que estudié de primero a sexto grado, una maestra normalista, seria y de carácter fuerte, cumplida en todo, me enseñó a amar y cultivar las matemáticas. Me gustaron, fue mi maestra en cuarto y en sexto grado. Amé las matemáticas; desde sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, raíz cuadrada, conversión de libras esterlinas (chelines, peniques, libras...) a colones y viceversa. Cálculo de intereses, etc., etc.
En el Colegio de san Luis Gonzaga, de Cartago, llegó un Profesor de Matemáticas, que se llamó Chisty Williams, quien enseñó a los estudiantes de cuarto y quinto año a amar las matemáticas, las tablas trigonométricas para diversos cálculos, y, además, en cierto modo, agitó a toda la ciudad de Cartago llevando a cabo, en forma gratuita, centros de estudio en casa de alguno de los estudiantes quienes,, a partir de las 7 de la noche y hasta las 10 o 10,30 p.m., ,estudiaban con él, y salían a esas horas de la noche para su casa y todo Cartago tenía que ver con el asunto.
Cuando fue mi Profesor, disfruté la Trigonometría y cuanto hubiera en el programa de matemáticas...
Aquella maestra y este profesor, nos enseñaron a AMAR LAS MATEMÁTICAS, porque ellos LAS AMARON, eran felices enseñándolas, con detalles que no terminaría de narrar.
Por ello, si muchos estudiantes de escuelas y colegios, las temen, están indispuestos contra ellas desde antes de estudiarlas, es porque sus maestros y profesores no las AMAN y sus padres y parientes tampoco...
El amor es difusivo. Lo que se ama se difunde.
Los que aman a Jesús, difunden su doctrina, y se aprende a amarla, porque quienes se refieren a Él lo aman. Pues con todo respeto a la persona de Jesús, igual o de manera semejanza ocurre con las matemáticas: ámenlas los maestros y profesores, ámenlas los padres de familia, ámelas la sociedad... y entonces todos los discípulos de escuelas, colegios y universidades las amarán. Pero amarlas de verdad, de corazón, y cultivarlas, de verdad, con gusto...
Magis potest qui magis amat quod facit.