Eficiencia sin aumentar el gasto
Un Estado que se agiganta sin tornarse eficiente es la consecuencia de no haber emprendido su despolitización y profesionalización
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 22 noviembre, 2011
Ya en otras oportunidades hemos señalado en este espacio que la falta de voluntad política para profesionalizar y hacer eficientes las oficinas del Estado, ha conducido a la lentitud con que se mueven las cosas en dichas entidades.
Esto es la consecuencia de la inacción frente a un Estado que se agiganta sin tornarse eficiente.
Los ciudadanos sufren pérdida de tiempo, dinero y energía. Aumentan los costos para el sector productivo e igualmente se perjudican quienes se ven obligados a hacer cualquier trámite, por simple que parezca.
Reestructurar el Estado, despolitizarlo y volverlo eficiente no es tarea fácil, desde luego, pero era obligatorio hacerlo desde hace muchos años, a pesar de lo cual no hubo quien asumiera la tarea con miras un poco más altruistas que la sola búsqueda de rédito político - electoral.
El crecimiento de la planilla del sector público junto con incrementos extraordinarios en los sueldos decretados en la administración anterior son detonantes del alza salarial, dice una nota de este medio ayer.
No se mide el rendimiento de esas planillas del Estado. No opera aún como debiera el muy anunciado Gobierno Digital. Es necesario dejar de hacer promesas en busca del rédito político y gobernar para poner soluciones a los principales problemas de los costarricenses.
Sin embargo, cuando de reestructuración del Estado se habla hay silencio absoluto como respuesta. Ante la obesidad del aparato estatal solo se busca obtener más dinero para sostenerlo.
Hay medidas que pueden implementarse pero solo se ha paralizado la contratación de personal excepto en maestros y policías. La presente administración emitió además una directriz para restringir los gastos. Sin embargo no se plantea una reducción de los empleados públicos ni un sistema de mayores controles para su mayor rendimiento.
La realidad es que mientras no se entre a fondo a los cambios estructurales necesarios no se podrá disponer de un aparato estatal que brinde los servicios requeridos sin asfixiar a los contribuyentes con más impuestos.