EE.UU. ofrecerá reducir emisiones un 17% para 2020
| Jueves 26 noviembre, 2009
EE.UU. ofrecerá reducir emisiones un 17% para 2020
Casa Blanca hizo pública su postura de cara a la Cumbre de Copenhague, cuyo objetivo inicial era producir un nuevo tratado global sobre cambio climático
Washington
EFE
Barack Obama, presidente de Estados Unidos, estará el 9 de diciembre en la cumbre sobre cambio climático de Copenhague, donde ofrecerá reducir las emisiones de su país en un 17% para el 2020 frente a los niveles del 2005, dijo ayer la Casa Blanca.
A diferencia de la mayoría de los 65 mandatarios que se prevé acudan al encuentro, Obama no participará en la ceremonia de clausura en la capital danesa los días 17 y 18.
Aun así su presencia en Copenhague fue bien recibida, al dar un necesario impulso a un proceso internacional carente de consenso a menos de dos semanas del arranque del evento.
“Creo que es crítico que el presidente Obama asista”, señaló ayer en conferencia de prensa en Alemania Yvo de Boer, secretario general de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.
“El mundo espera que Estados Unidos presente un objetivo de reducción de emisiones y que ayude financieramente a los países en desarrollo”, afirmó De Boer.
Similar opinión expresó el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, quien comentó que “la visita subraya el deseo del presidente de contribuir a un acuerdo ambicioso y global en Copenhague”.
A estas alturas, Dinamarca es casi el único país que todavía alberga la esperanza de alcanzar un acuerdo vinculante en la cumbre.
El objetivo inicial de la conferencia era producir un nuevo tratado global sobre cambio climático para limitar las emisiones de gases invernadero que reemplazaría al Protocolo de Kioto, que expira a finales de 2012.
Ese convenio implicaría que las naciones desarrolladas se comprometerían a alcanzar ciertos objetivos para el año 2020 y que los países en vías de desarrollo aceptarían ralentizar el ritmo de incremento de sus emisiones.
Al mismo tiempo, las naciones ricas ayudarían a las más pobres a hacer frente a los desafíos climáticos.
Pero las esperanzas de lograr un acuerdo vinculante se han desvanecido en parte debido a la incertidumbre sobre lo que haría Estados Unidos, el país, junto con China.
Casa Blanca hizo pública su postura de cara a la Cumbre de Copenhague, cuyo objetivo inicial era producir un nuevo tratado global sobre cambio climático
Washington
EFE
Barack Obama, presidente de Estados Unidos, estará el 9 de diciembre en la cumbre sobre cambio climático de Copenhague, donde ofrecerá reducir las emisiones de su país en un 17% para el 2020 frente a los niveles del 2005, dijo ayer la Casa Blanca.
A diferencia de la mayoría de los 65 mandatarios que se prevé acudan al encuentro, Obama no participará en la ceremonia de clausura en la capital danesa los días 17 y 18.
Aun así su presencia en Copenhague fue bien recibida, al dar un necesario impulso a un proceso internacional carente de consenso a menos de dos semanas del arranque del evento.
“Creo que es crítico que el presidente Obama asista”, señaló ayer en conferencia de prensa en Alemania Yvo de Boer, secretario general de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.
“El mundo espera que Estados Unidos presente un objetivo de reducción de emisiones y que ayude financieramente a los países en desarrollo”, afirmó De Boer.
Similar opinión expresó el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, quien comentó que “la visita subraya el deseo del presidente de contribuir a un acuerdo ambicioso y global en Copenhague”.
A estas alturas, Dinamarca es casi el único país que todavía alberga la esperanza de alcanzar un acuerdo vinculante en la cumbre.
El objetivo inicial de la conferencia era producir un nuevo tratado global sobre cambio climático para limitar las emisiones de gases invernadero que reemplazaría al Protocolo de Kioto, que expira a finales de 2012.
Ese convenio implicaría que las naciones desarrolladas se comprometerían a alcanzar ciertos objetivos para el año 2020 y que los países en vías de desarrollo aceptarían ralentizar el ritmo de incremento de sus emisiones.
Al mismo tiempo, las naciones ricas ayudarían a las más pobres a hacer frente a los desafíos climáticos.
Pero las esperanzas de lograr un acuerdo vinculante se han desvanecido en parte debido a la incertidumbre sobre lo que haría Estados Unidos, el país, junto con China.