EE.UU. muestra fuertes signos de recuperación
| Sábado 30 enero, 2010
EE.UU. muestra fuertes signos de recuperación
Washington- La economía estadounidense se expandió en el cuarto trimestre al ritmo más veloz en seis años porque las fábricas produjeron más para evitar que las existencias cayeran.
El crecimiento del 5,7% del producto interno bruto, que rebasó el pronóstico mediano de economistas encuestados por Bloomberg News, constituyó el mejor desempeño desde el tercer trimestre de 2003, según un informe de ayer del Departamento de Comercio en Washington. Una menor caída en las existencias contribuyó 3,4 puntos porcentuales al PIB, un máximo en veinte años.
Fabricantes como Intel Corp. quizá sigan encabezando la recuperación porque las crecientes ventas hacen que las empresas restituyan sus existencias. La caída en el gasto de los consumidores el trimestre pasado es un recordatorio de que un desempleo del 10% está haciendo que los estadounidenses se refrenen, una de las razones por las que la Reserva Federal mantiene los tipos de interés bajos y el Gobierno de Obama propone nuevos planes para crear empleos.
“Las empresas sienten la suficiente confianza como para utilizar una mayor porción de la reciente recuperación de las ganancias para nuevas inversiones”, dijo antes del informe Brian Bethune, economista financiero jefe en IHS Global Insight en Massachusetts. “Esto es clave para sustentar una recuperación fuerte sin inflación”.
Se esperaba que la economía creciera a un ritmo anual del 4,7%, según el pronóstico mediano de 84 economistas en un sondeo de Bloomberg News. Los pronósticos fueron de un 3 a un 7,5%.
Para todo 2009, la economía se contrajo un 2,4%, el peor desempeño en un año desde 1946.
La confianza entre los consumidores de Estados Unidos mejoró en enero, subiendo al nivel más alto en dos años al tiempo que la expansión económica llevaba a las compañías a limitar los despidos.
El índice final Reuters/Universidad de Michigan sobre el estado de ánimo del consumidor subió a 74,4 unidades desde 72,5 en diciembre. La cantidad preliminar de enero había sido de 72,8.
El que la confianza siga en aumento y contribuya a estimular las compras y sustentar la recuperación es algo que dependerá de la creación de empleos. Los estrategas monetarios de la Reserva Federal de Estados Unidos dijeron esta semana que si bien el gasto del consumidor está aumentando, se ve en parte “constreñido por un mercado laboral débil”.
“Los indicios de una recuperación se le están haciendo cada vez más visibles a los consumidores”, dijo Ryan Sweet, economista principal de Moody’s Economy.com en West Chester, estado de Pensilvania. “Vemos que algunas de las mejoras en materia de confianza del consumidor están repercutiendo en el gasto”. Con todo, “los consumidores siguen nerviosos en cuanto a sus empleos debido a la falta de contratación de personal”, dijo Sweet.
Se esperaba que el índice de confianza del consumidor subiera a 73, a juzgar por la mediana de las previsiones de 58 economistas sondeados por Bloomberg News. Los cálculos fueron de 70 a 74. Los inversionistas estudian estos datos porque el gasto de los consumidores representa cerca del 70% de la economía de Estados Unidos.
Otro signo de que la situación mejora es que las empresas en Estados Unidos se expandieron en enero al ritmo más veloz en más de cuatro años porque los pedidos y el empleo aumentaron.
Institute for Supply Management-Chicago Inc. dijo ayer que su barómetro de empresas subió a 61,5 puntos, el nivel más alto desde noviembre de 2005, desde 58,7 el mes pasado. Las lecturas superiores a 50 indican expansión.
El estímulo gubernamental ha propiciado aumentos en la demanda en el país y en el extranjero que están reduciendo las existencias, lo que allana el terreno para que los fabricantes aumenten su producción. Ford Motor Co. es una de las empresas que están empezando a contratar de nuevo, sentando las bases para un gasto más fuerte en los próximos meses.
“Hacia el año nuevo tuvimos un impulso enorme en la parte industrial de la economía”, dijo Ellen Zentner, economista senior de Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ Ltd. en Nueva York, que pronosticó una medición de 62,2 puntos. “Esa es una reacción a la demanda acumulada. Esas son las cosas de las que están hechas las recuperaciones”.
Los economistas pronosticaron que el índice de Chicago caería a 57,2 puntos desde 58,7 en diciembre, según el pronóstico mediano de 52 proyecciones en la encuesta de Bloomberg. Los pronósticos oscilaron entre 55 y 62,2 puntos.
El índice de pedidos del grupo subió a 66,4 desde 64,4 el mes previo y su indicador de empleo subió a 59,8, el nivel más elevado desde abril de 2005, desde 47,6.
Por su parte, Ben S. Bernanke, que obtuvo la aprobación del Senado de Estados Unidos para un segundo término como presidente de la Reserva Federal frente a un número sin precedentes de opositores, quizá tenga ahora una lucha más ardua contra las amenazas al banco central en sí.
Los legisladores tienen ante sí un proyecto que haría a un lado el escudo que hasta ahora ha impedido al Congreso auditar la política monetaria y que privaría a la Fed de sus poderes de supervisión bancaria, medidas a las que Bernanke se opone.
El debate sobre el desempeño de Bernanke ha centrado la atención de los legisladores en los poderes de la institución, dijo Vincent Reinhart, un ex funcionario de la Fed. El escrutinio llega en momentos en que los políticos responden a la ira popular por los rescates gubernamentales de las firmas de Wall Street, incluso el papel de la Fed en los rescates de American International Group Inc. Citigroup Inc.
“No concibo que no llegue a haber un proyecto por separado o alguna pieza legislativa llamada Ley de Reforma de la Reserva Federal de 2010”, dijo Reinhart, quien fue director de asuntos monetarios bajo Bernanke hasta el 2007.
El Senado votó ayer 70-30 a favor de confirmar a Bernanke, de 56 años, a un término de cuatro años a partir del 1 de febrero, después que los funcionarios de la Casa Blanca tomaron medidas para apuntalar el apoyo que había vacilado la semana pasada.
Bernanke recibió la mayor cantidad de votos en contra de un presidente de la Fed en funciones desde 1978, cuando el cargo pasó a estar sujeto a confirmación por el Senado. En 1983, Paul Volcker fue confirmado para un segundo término por votación de 84-16. Antes de 1978, el Senado votaba si confirmar los miembros del Consejo de Gobernadores de la Fed, y el presidente de la nación escogía al presidente del banco central de entre ellos.
“La oposición a Bernanke no es por la persona”, dijo Reinhart, académico residente del American Enterprise Institute en Washington. “Demuestra la desconfianza del público hacia la institución”.
Las acciones, los bonos y el dólar de Estados Unidos se desplomarían si los inversionistas percibieran que el Congreso está violando la independencia del consejo que sienta la política monetaria, ha dicho un ex gobernador de la Fed, Laurence Meyer, ahora vicepresidente de Macroeconomic Advisers LLC.
En una audiencia aparte esta semana, los legisladores criticaron al secretario del Tesoro Timothy F. Geithner por su papel en el rescate de $182.300 millones a la aseguradora AIG mientras él presidía el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Washington- La economía estadounidense se expandió en el cuarto trimestre al ritmo más veloz en seis años porque las fábricas produjeron más para evitar que las existencias cayeran.
El crecimiento del 5,7% del producto interno bruto, que rebasó el pronóstico mediano de economistas encuestados por Bloomberg News, constituyó el mejor desempeño desde el tercer trimestre de 2003, según un informe de ayer del Departamento de Comercio en Washington. Una menor caída en las existencias contribuyó 3,4 puntos porcentuales al PIB, un máximo en veinte años.
Fabricantes como Intel Corp. quizá sigan encabezando la recuperación porque las crecientes ventas hacen que las empresas restituyan sus existencias. La caída en el gasto de los consumidores el trimestre pasado es un recordatorio de que un desempleo del 10% está haciendo que los estadounidenses se refrenen, una de las razones por las que la Reserva Federal mantiene los tipos de interés bajos y el Gobierno de Obama propone nuevos planes para crear empleos.
“Las empresas sienten la suficiente confianza como para utilizar una mayor porción de la reciente recuperación de las ganancias para nuevas inversiones”, dijo antes del informe Brian Bethune, economista financiero jefe en IHS Global Insight en Massachusetts. “Esto es clave para sustentar una recuperación fuerte sin inflación”.
Se esperaba que la economía creciera a un ritmo anual del 4,7%, según el pronóstico mediano de 84 economistas en un sondeo de Bloomberg News. Los pronósticos fueron de un 3 a un 7,5%.
Para todo 2009, la economía se contrajo un 2,4%, el peor desempeño en un año desde 1946.
La confianza entre los consumidores de Estados Unidos mejoró en enero, subiendo al nivel más alto en dos años al tiempo que la expansión económica llevaba a las compañías a limitar los despidos.
El índice final Reuters/Universidad de Michigan sobre el estado de ánimo del consumidor subió a 74,4 unidades desde 72,5 en diciembre. La cantidad preliminar de enero había sido de 72,8.
El que la confianza siga en aumento y contribuya a estimular las compras y sustentar la recuperación es algo que dependerá de la creación de empleos. Los estrategas monetarios de la Reserva Federal de Estados Unidos dijeron esta semana que si bien el gasto del consumidor está aumentando, se ve en parte “constreñido por un mercado laboral débil”.
“Los indicios de una recuperación se le están haciendo cada vez más visibles a los consumidores”, dijo Ryan Sweet, economista principal de Moody’s Economy.com en West Chester, estado de Pensilvania. “Vemos que algunas de las mejoras en materia de confianza del consumidor están repercutiendo en el gasto”. Con todo, “los consumidores siguen nerviosos en cuanto a sus empleos debido a la falta de contratación de personal”, dijo Sweet.
Se esperaba que el índice de confianza del consumidor subiera a 73, a juzgar por la mediana de las previsiones de 58 economistas sondeados por Bloomberg News. Los cálculos fueron de 70 a 74. Los inversionistas estudian estos datos porque el gasto de los consumidores representa cerca del 70% de la economía de Estados Unidos.
Otro signo de que la situación mejora es que las empresas en Estados Unidos se expandieron en enero al ritmo más veloz en más de cuatro años porque los pedidos y el empleo aumentaron.
Institute for Supply Management-Chicago Inc. dijo ayer que su barómetro de empresas subió a 61,5 puntos, el nivel más alto desde noviembre de 2005, desde 58,7 el mes pasado. Las lecturas superiores a 50 indican expansión.
El estímulo gubernamental ha propiciado aumentos en la demanda en el país y en el extranjero que están reduciendo las existencias, lo que allana el terreno para que los fabricantes aumenten su producción. Ford Motor Co. es una de las empresas que están empezando a contratar de nuevo, sentando las bases para un gasto más fuerte en los próximos meses.
“Hacia el año nuevo tuvimos un impulso enorme en la parte industrial de la economía”, dijo Ellen Zentner, economista senior de Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ Ltd. en Nueva York, que pronosticó una medición de 62,2 puntos. “Esa es una reacción a la demanda acumulada. Esas son las cosas de las que están hechas las recuperaciones”.
Los economistas pronosticaron que el índice de Chicago caería a 57,2 puntos desde 58,7 en diciembre, según el pronóstico mediano de 52 proyecciones en la encuesta de Bloomberg. Los pronósticos oscilaron entre 55 y 62,2 puntos.
El índice de pedidos del grupo subió a 66,4 desde 64,4 el mes previo y su indicador de empleo subió a 59,8, el nivel más elevado desde abril de 2005, desde 47,6.
Por su parte, Ben S. Bernanke, que obtuvo la aprobación del Senado de Estados Unidos para un segundo término como presidente de la Reserva Federal frente a un número sin precedentes de opositores, quizá tenga ahora una lucha más ardua contra las amenazas al banco central en sí.
Los legisladores tienen ante sí un proyecto que haría a un lado el escudo que hasta ahora ha impedido al Congreso auditar la política monetaria y que privaría a la Fed de sus poderes de supervisión bancaria, medidas a las que Bernanke se opone.
El debate sobre el desempeño de Bernanke ha centrado la atención de los legisladores en los poderes de la institución, dijo Vincent Reinhart, un ex funcionario de la Fed. El escrutinio llega en momentos en que los políticos responden a la ira popular por los rescates gubernamentales de las firmas de Wall Street, incluso el papel de la Fed en los rescates de American International Group Inc. Citigroup Inc.
“No concibo que no llegue a haber un proyecto por separado o alguna pieza legislativa llamada Ley de Reforma de la Reserva Federal de 2010”, dijo Reinhart, quien fue director de asuntos monetarios bajo Bernanke hasta el 2007.
El Senado votó ayer 70-30 a favor de confirmar a Bernanke, de 56 años, a un término de cuatro años a partir del 1 de febrero, después que los funcionarios de la Casa Blanca tomaron medidas para apuntalar el apoyo que había vacilado la semana pasada.
Bernanke recibió la mayor cantidad de votos en contra de un presidente de la Fed en funciones desde 1978, cuando el cargo pasó a estar sujeto a confirmación por el Senado. En 1983, Paul Volcker fue confirmado para un segundo término por votación de 84-16. Antes de 1978, el Senado votaba si confirmar los miembros del Consejo de Gobernadores de la Fed, y el presidente de la nación escogía al presidente del banco central de entre ellos.
“La oposición a Bernanke no es por la persona”, dijo Reinhart, académico residente del American Enterprise Institute en Washington. “Demuestra la desconfianza del público hacia la institución”.
Las acciones, los bonos y el dólar de Estados Unidos se desplomarían si los inversionistas percibieran que el Congreso está violando la independencia del consejo que sienta la política monetaria, ha dicho un ex gobernador de la Fed, Laurence Meyer, ahora vicepresidente de Macroeconomic Advisers LLC.
En una audiencia aparte esta semana, los legisladores criticaron al secretario del Tesoro Timothy F. Geithner por su papel en el rescate de $182.300 millones a la aseguradora AIG mientras él presidía el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.