Duro castigo que no merecemos
El gran retroceso que nuestra nación ha tenido en la última década, se debe a la actitud de sus gobiernos que, desde la Administración de Miguel Angel Rodríguez, “destaca más que todo por la
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 18 noviembre, 2011
Dos países latinoamericanos que se parecen a Costa Rica en algunas características como territorio, población e ingreso por persona en 2006, son analizados ayer por este medio a fin de, comparando, destacar el gran retroceso que nuestra nación ha tenido en la última década, debido a la actitud de sus gobiernos que, desde la Administración de Miguel Angel Rodríguez, “destaca más que todo por la desidia y falta de acciones”.
Habiendo sido tradicionalmente agroexportador, Costa Rica se ha inclinado en los últimos años por el sector servicios, pero no como consecuencia “de un plan estratégico implementado por algún gobierno de turno”, sino por “un empuje del sector productivo privado que ha sabido aprovechar el caudal social que se construyó desde la década de 1950 hasta finales de los años 80”.
Los últimos gobiernos en este país se han dedicado a temas que se convirtieron en recursos políticos que inciden en el resultado electoral siguiente, en vez de trazar un proyecto país que cuente con la aprobación de una amplia mayoría y así lograr que la mayor parte de la fuerza productiva marche en ese mismo sentido.
Mientras tanto, Uruguay se ha beneficiado de una producción y exportación agrícola muy eficiente, una buena infraestructura portuaria y aeroportuaria, estabilidad política, una clase media grande y un buen nivel educativo. Aunque una debilidad puede ser la poca diversificación de su producción.
Panamá por su parte, quiere ser el tercer centro logístico mundial después de Hong Kong y Singapur, para lo cual tendrá un nuevo canal y cuenta con dos modernos superpuertos en marcha, un buen aeropuerto y un sistema financiero, como refugio seguro para inversores.
Todo eso, sin embargo, no lo ha salvado de tener la tercera mayor brecha entre ricos y pobres y una fuerza laboral en gran parte poco calificada.
Es un panorama sumamente claro el que nos plantea el análisis hecho por este medio ayer.
Vemos como Costa Rica contaba con ventajas tan importantes como una gran clase media, que se ha ido desmejorando porque hubo políticas que abrieron la brecha entre ricos y pobres, una fuerza laboral bien educada por proyectos educativos acertados e importantes del pasado que se descuidaron y cambiaron, y en general, por lo dicho antes sobre la falta de proyecto país de consenso e inacción de los gobernantes de los últimos años.
La clase política que tuvo acceso al poder se interesó más por asuntos con buen rédito en las siguientes elecciones que por planes a corto, mediano y largo plazo, como lo hacen los buenos estadistas que gobiernan en beneficio de sus países.
Duro castigo para la Costa Rica que ha ido perdiendo esperanzas y aprendiendo del oportunismo o, peor aún, buscando el dinero fácil.