¡Dramática final!
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 05 diciembre, 2011
¡Dramática final!
Rafael Nadal, a la heroica y en un final dramático, proporcionó la quinta Copa Davis al tenis español, después de remontar la desventaja inicial que puso fin a la resistencia de Juan Martín del Potro (1-6, 6-4, 6-1 y 7-6 (0)), incapaz de derribar el maleficio que persigue a Argentina en la competencia.
El número dos del mundo, infalible en tierra, selló la segunda conquista en La Cartuja. Un éxito que se suma a la senda abierta en el 2000, en el Palau Sant Jordi, cuando por primera vez un cuarteto español, formado entonces por Alex Corretja, Juan Carlos Ferrero, Joan Balcells y el ahora capitán Albert Costa, inscribía el nombre de España en el historial de la competencia por equipos más importante del mundo.
Nadal logró por primera vez, el punto definitivo en una final. Una situación que acapara los focos. Que encumbra al autor. Y del que el balear, determinante en la consolidación del tenis español en la última década, estuvo circunstancialmente al margen.
La cita con la gloria, amarrada después de cuatro horas y siete minutos de alternativas, dramatismo e incansable pelea contuvo grandes dosis de incertidumbre y bastante de épica. Provocada por un adversario infatigable, que se agarró hasta el último suspiro para mantener la supervivencia en la competencia de su país, ávido por hacerse notar en un torneo que no terminan de hacer suyo, a pesar de llegar casi siempre a la recta final gracias a las inacabables generaciones prodigiosas.
Sevilla
EFE
Rafael Nadal, a la heroica y en un final dramático, proporcionó la quinta Copa Davis al tenis español, después de remontar la desventaja inicial que puso fin a la resistencia de Juan Martín del Potro (1-6, 6-4, 6-1 y 7-6 (0)), incapaz de derribar el maleficio que persigue a Argentina en la competencia.
El número dos del mundo, infalible en tierra, selló la segunda conquista en La Cartuja. Un éxito que se suma a la senda abierta en el 2000, en el Palau Sant Jordi, cuando por primera vez un cuarteto español, formado entonces por Alex Corretja, Juan Carlos Ferrero, Joan Balcells y el ahora capitán Albert Costa, inscribía el nombre de España en el historial de la competencia por equipos más importante del mundo.
Nadal logró por primera vez, el punto definitivo en una final. Una situación que acapara los focos. Que encumbra al autor. Y del que el balear, determinante en la consolidación del tenis español en la última década, estuvo circunstancialmente al margen.
La cita con la gloria, amarrada después de cuatro horas y siete minutos de alternativas, dramatismo e incansable pelea contuvo grandes dosis de incertidumbre y bastante de épica. Provocada por un adversario infatigable, que se agarró hasta el último suspiro para mantener la supervivencia en la competencia de su país, ávido por hacerse notar en un torneo que no terminan de hacer suyo, a pesar de llegar casi siempre a la recta final gracias a las inacabables generaciones prodigiosas.
Sevilla
EFE