Dos valientes: Gaspar García Laviana y Juan Alvarez Iglesias
| Martes 21 diciembre, 2010
Dos valientes: Gaspar García Laviana y Juan Alvarez Iglesias
Del sacerdote misionero y comandante guerrillero Gaspar García Laviana supe por primera vez en La Cruz, Guanacaste, en 1979, cuando el final de los Somoza y la amenaza latente de invadir Costa Rica. Yo era el jefe médico de nuestra Guardia Civil en la frontera. Con mi grupo buscábamos instalar una “casa-hospital” en La Cruz, para tener a los heridos sandinistas que nos llevaban, al atardecer, a ciertos puntos de “La tierra de Nadie” y a veces a la misma Unidad Sanitaria de la localidad, para cirugías de emergencia, extracción de balas, quemaduras, fracturas, etcétera. Todo en el secreto a voces con que la generosa administración Carazo ayudó a los sandinistas.
Por fin ubicamos “nuestro hospital” de cuidado y reposo, a semejanza de La Casa de Las Monjas, que había socorrido al célebre sacerdote guerrillero padre Gaspar García Laviana, herido el año anterior, quien pronto curó, regresó a Nicaragua y murió en pleno combate como todo lo que era, un héroe (el 11 de diciembre de 1978, ahora el 32 aniversario). Lector, busqué en Internet “Gaspar García Laviana, Nicaragua”, ser extraordinario que dio la vida por sus queridos nicaragüenses.
El otro sacerdote, español también, del que quiero hablar es el padre Juan Alvarez Iglesias, quien fuera director del Colegio Calasanz en San Pedro de Montes de Oca y fundador del Hogar Calasanz para que los jóvenes sin oportunidades ticos y nicas estudiaran y aprendieran un oficio. Esta ha sido su guerra en Costa Rica, país de paz y democracia, el de su segunda acogida. Suerte para nosotros que Somoza lo expulsara.
El padre Juan vivió allá en tiempos de la dictadura, luchó como García Laviana, pero no con armas, sino con su palabra, con toda su alma y su cuerpo, exponiéndolo, dando ejemplo. Con ellos siempre, campesinos, obreros, haciendo huelgas, desplantes, incluso al Jefe del Estado nicaragüense y su esposa, negándose a un Te Deum (Somoza Debayle inauguraba una modesta obra pública y quería espectáculo con la máxima ceremonia religiosa). Al fin fue expulsado por el gobierno nica, nos lo trasladaron a Costa Rica, a Dios gracias.
Lector, de nuevo le pido, busque en Internet, ahora: “carta del padre Juan Álvarez a Daniel Ortega” sobre su agresión a Costa Rica, donde le dice: “Ser agradecido, es de bien nacidos”, por tanto, de no ser así, es de mal nacidos.
Padre Juan, ahora allá en España, en su retiro, le digo: ha sido un honor haberlo conocido y tratado, por su trayectoria en nuestros pequeños grandes países. Mi respeto a usted y al comandante Gaspar García Laviana. Me acompañan en este gesto mis hijos, todos graduados del Calasanz, y ahora ya un nietecito de mi apellido que se inicia.
Carlos E. Domínguez Vargas
Mayor Jefe Médico de la Guardia Civil de Costa Rica Frontera Norte 1979 (Mención de Honor) - Coronel Ex Asesor Ministro Seguridad Pública 1990 – 94
drcarlosdominguez@hotmail.com
Del sacerdote misionero y comandante guerrillero Gaspar García Laviana supe por primera vez en La Cruz, Guanacaste, en 1979, cuando el final de los Somoza y la amenaza latente de invadir Costa Rica. Yo era el jefe médico de nuestra Guardia Civil en la frontera. Con mi grupo buscábamos instalar una “casa-hospital” en La Cruz, para tener a los heridos sandinistas que nos llevaban, al atardecer, a ciertos puntos de “La tierra de Nadie” y a veces a la misma Unidad Sanitaria de la localidad, para cirugías de emergencia, extracción de balas, quemaduras, fracturas, etcétera. Todo en el secreto a voces con que la generosa administración Carazo ayudó a los sandinistas.
Por fin ubicamos “nuestro hospital” de cuidado y reposo, a semejanza de La Casa de Las Monjas, que había socorrido al célebre sacerdote guerrillero padre Gaspar García Laviana, herido el año anterior, quien pronto curó, regresó a Nicaragua y murió en pleno combate como todo lo que era, un héroe (el 11 de diciembre de 1978, ahora el 32 aniversario). Lector, busqué en Internet “Gaspar García Laviana, Nicaragua”, ser extraordinario que dio la vida por sus queridos nicaragüenses.
El otro sacerdote, español también, del que quiero hablar es el padre Juan Alvarez Iglesias, quien fuera director del Colegio Calasanz en San Pedro de Montes de Oca y fundador del Hogar Calasanz para que los jóvenes sin oportunidades ticos y nicas estudiaran y aprendieran un oficio. Esta ha sido su guerra en Costa Rica, país de paz y democracia, el de su segunda acogida. Suerte para nosotros que Somoza lo expulsara.
El padre Juan vivió allá en tiempos de la dictadura, luchó como García Laviana, pero no con armas, sino con su palabra, con toda su alma y su cuerpo, exponiéndolo, dando ejemplo. Con ellos siempre, campesinos, obreros, haciendo huelgas, desplantes, incluso al Jefe del Estado nicaragüense y su esposa, negándose a un Te Deum (Somoza Debayle inauguraba una modesta obra pública y quería espectáculo con la máxima ceremonia religiosa). Al fin fue expulsado por el gobierno nica, nos lo trasladaron a Costa Rica, a Dios gracias.
Lector, de nuevo le pido, busque en Internet, ahora: “carta del padre Juan Álvarez a Daniel Ortega” sobre su agresión a Costa Rica, donde le dice: “Ser agradecido, es de bien nacidos”, por tanto, de no ser así, es de mal nacidos.
Padre Juan, ahora allá en España, en su retiro, le digo: ha sido un honor haberlo conocido y tratado, por su trayectoria en nuestros pequeños grandes países. Mi respeto a usted y al comandante Gaspar García Laviana. Me acompañan en este gesto mis hijos, todos graduados del Calasanz, y ahora ya un nietecito de mi apellido que se inicia.
Carlos E. Domínguez Vargas
Mayor Jefe Médico de la Guardia Civil de Costa Rica Frontera Norte 1979 (Mención de Honor) - Coronel Ex Asesor Ministro Seguridad Pública 1990 – 94
drcarlosdominguez@hotmail.com