Don Ottón Solís, fundador
| Miércoles 22 diciembre, 2010
Don Ottón Solís, fundador
Ciertamente Costa Rica tiene mucho que agradecer al doctor Ottón Solís Fallas. Distinguido Ministro de Planificación, excelente diputado en el período 1994-1998, su independencia de criterios y su lucha contra la corrupción lo llevaron, junto con otros eminentes costarricenses, entre ellos el licenciado Alberto Cañas y la doctora Elizabeth Fonseca, a fundar hace una década el Partido Acción Ciudadana (PAC).
Desde un inicio el PAC dejó claro que la lucha contra la corrupción galopante que azota al país era no solo un deber ciudadano, sino parte medular de un programa político que se complementaba con la participación ciudadana y con el esbozo de una revolución pacífica.
El país está en deuda con don Ottón. Pero ha llegado la hora de la renovación. Muchos costarricenses —los que verdaderamente somos sus amigos apreciamos las virtudes ciudadanas del señor Solís Fallas— estamos a la espera de que, antes de que termine 2010, el fundador del PAC dé una clara declaración sobre sus propósitos políticos inmediatos: ¿será o no precandidato a la Presidencia de la República? Buena época del año para empezar a ser bien recordado.
Don Rodrigo Arias abrió prematuramente los fuegos de la política. Este hecho consumado obliga a los partidos de oposición a escoger rápidamente a sus candidatos para la Presidencia. El candidato que escoja el PAC deberá empeñar todos sus esfuerzos para procurar una alianza de ancha base, que tenga como eje de acción un programa común, con el objeto de desalojar del poder al partido que lo ejerce.
El PAC debe hacer un esfuerzo por profundizar la participación ciudadana. A mi entender, una manera de hacerlo es escoger los candidatos a diputados por provincias, mediante votación abierta en la que participen todos los ciudadanos o los miembros del partido, el mismo día que se escoge al candidato a presidente. Este debería no solo tener derecho a vigilar la estricta proporción de género, sino también a nombrar dedocráticamente a dos candidatos a diputados, enlace ideal entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo e instrumento necesario para establecer en las papeletas de diputados los necesarios equilibrios legislativos que permitan un cabal cumplimiento del programa de gobierno ofrecido previamente a los electores.
Gerardo Trejos
Ex diputado
Ciertamente Costa Rica tiene mucho que agradecer al doctor Ottón Solís Fallas. Distinguido Ministro de Planificación, excelente diputado en el período 1994-1998, su independencia de criterios y su lucha contra la corrupción lo llevaron, junto con otros eminentes costarricenses, entre ellos el licenciado Alberto Cañas y la doctora Elizabeth Fonseca, a fundar hace una década el Partido Acción Ciudadana (PAC).
Desde un inicio el PAC dejó claro que la lucha contra la corrupción galopante que azota al país era no solo un deber ciudadano, sino parte medular de un programa político que se complementaba con la participación ciudadana y con el esbozo de una revolución pacífica.
El país está en deuda con don Ottón. Pero ha llegado la hora de la renovación. Muchos costarricenses —los que verdaderamente somos sus amigos apreciamos las virtudes ciudadanas del señor Solís Fallas— estamos a la espera de que, antes de que termine 2010, el fundador del PAC dé una clara declaración sobre sus propósitos políticos inmediatos: ¿será o no precandidato a la Presidencia de la República? Buena época del año para empezar a ser bien recordado.
Don Rodrigo Arias abrió prematuramente los fuegos de la política. Este hecho consumado obliga a los partidos de oposición a escoger rápidamente a sus candidatos para la Presidencia. El candidato que escoja el PAC deberá empeñar todos sus esfuerzos para procurar una alianza de ancha base, que tenga como eje de acción un programa común, con el objeto de desalojar del poder al partido que lo ejerce.
El PAC debe hacer un esfuerzo por profundizar la participación ciudadana. A mi entender, una manera de hacerlo es escoger los candidatos a diputados por provincias, mediante votación abierta en la que participen todos los ciudadanos o los miembros del partido, el mismo día que se escoge al candidato a presidente. Este debería no solo tener derecho a vigilar la estricta proporción de género, sino también a nombrar dedocráticamente a dos candidatos a diputados, enlace ideal entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo e instrumento necesario para establecer en las papeletas de diputados los necesarios equilibrios legislativos que permitan un cabal cumplimiento del programa de gobierno ofrecido previamente a los electores.
Gerardo Trejos
Ex diputado