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Jueves, 25 de abril de 2024



INVERSIONISTA


Distorsiones del mercado de deuda se globalizan y nada tiene sentido

Bloomberg | Martes 17 noviembre, 2015




Algo muy extraño sucede en el mundo de la renta fija.

En los mercados desarrollados, la relación convencional entre deuda gubernamental –considerada la referencia libre de riesgo- y otros activos se ha revertido.
En ningún lugar es más evidente que en los Estados Unidos, donde prestar al gobierno debería ser mucho más seguro que especular sobre el rumbo de las tasas de interés con los bancos de Wall Street.
Pero en estos días pasa exactamente lo opuesto, en tanto una creciente cantidad de bonos del Tesoro rinde más que las permutas de tasas de interés.
El mismo fenómeno ha aparecido en Gran Bretaña, mientras que el “diferencial de permutas”, como se lo conoce en el mercado de bonos, se ha reducido al menor nivel de que se tenga registro en Australia.
En parte, simplemente se relaciona con el hecho de que los inversores hacen subir los rendimientos de los bonos del Tesoro –que guían casi todo- en momentos en que la Reserva Federal se dispone a elevar los costos crediticios por primera vez en una década.
En muchos sentidos, sin embargo, refleja las consecuencias impensadas de reglas posteriores a la crisis destinadas a fortalecer el sistema financiero.
Esos cambios han hecho que sea más barato y seguro usar derivados para cubrir el riesgo, y más oneroso y caro para los operadores de bonos volcarse a los mercados de los valores más seguros.
“Puede esperarse que esas dislocaciones crezcan con el tiempo”, dijo Aaron Kohli, un estratega de renta fija de Bank of Montreal, uno de los 22 operadores primarios que negocian directamente con la Fed.
“La estructura del mercado y la estructura regulatoria han evolucionado en un período de volatilidad muy baja. Una vez eliminado eso, no se sabe con certeza cuáles podrán ser las implicaciones secundarias”.
Es difícil exagerar lo ilógico que es que los diferenciales de permutes se inviertan. Ello se debe a que sugiere que los gobiernos son menos solventes que las instituciones financieras que rescataron durante la crisis del crédito, hace apenas siete años.
En momentos en que la Fed se dispone a poner fin a su política de tasas cero, esas distorsiones pasan a un primer plano.

 







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