Discriminación es un problema global que crece en Europa
EFE | Miércoles 11 junio, 2014
Discriminación es un problema global que crece en Europa
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, abogó por un mundo sin discriminación y donde las personas no sean perseguidas por su orientación sexual, raza, creencia religiosa, compromiso político, o por simplemente, elegir al compañero de vida.
“Dalit o braham, peul o pole, gay o heterosexual, tycoon o auper, mujer, niño o hombre —sin tener en cuenta su etnia, su edad, su forma de discapacidad, sus creencia o su estatus económico— son seres humanos iguales en dignidad. Y todos, sin discriminación, tienen derecho a los mismos derechos”, afirmó Pillay ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La Alta Comisionada se dirigió por última vez al Consejo de Derechos Humanos, dado que dejará el puesto el próximo 31 de agosto.
Pillay será seguramente substituida por el príncipe Zeid al Husein de Jordania, dado que el secretario general de la ONU, Ban Ki moon, lo propuso el pasado viernes como nuevo Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Según el procedimiento, cabe al secretario general nombrar al Alto o Alta Comisionada, y a la Asamblea General aprobar la nominación, aunque dada las consultas previas, se espera que el nombramiento de Zeid al Husein sea aprobado sin dilaciones.
Pillay ocupó el cargo desde setiembre de 2008, más que cualquiera de sus predecesores, que solo cumplieron un mandato.
La sudafricana, de origen indio, aceptó renovar su cargo pero solo por medio mandato, algo que Ban aceptó.
Durante estos seis años Pillay denunció violaciones de derechos humanos en todos los rincones del mundo, pero especialmente hizo hincapié en la lucha contra la discriminación en cualquiera de sus formas.
Hoy no fue una excepción, y si bien se refirió a situaciones críticas en países, recordó la importancia de la lucha contra la discriminación.
Pillay recordó que no hay Estado en el mundo que no tenga algún problema de discriminación o violación de los derechos humanos, y cabe a su Oficina denunciarlos.
“Para un Estado las violaciones son tácticas antiterroristas abusivas. Para otro, trato inhumano de minorías o migrantes. O políticas de austeridad que afectan fundamentalmente a los más vulnerables. O problemas de corrupción y de apropiación indebida de fondos públicos”, declaró.
“Ciertos Estados deben pensar que lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, o mujeres, o albinos, o personas de cierta casta, religión o raza tienen menos derechos que otros de vivir con dignidad”, añadió.
“Todas y cada una de las violaciones a los derechos humanos son ilegítimas sea contra personas que son críticas, contra migrantes, contra minorías, indígenas, personas de un género específico, clase, casta o raza”, concluyó Pillay.
La Alta Comisionada también tuvo palabras para Europa Occidental y recordó que, incluso en países con democracias bien establecidas, la lucha contra la discriminación pueden quedar socavada por la retórica extremista.
“Estoy muy preocupada por el reciente incremento en varios países de Europa Occidental de un discurso basado en el sentimiento racista y antiinmigración, y en la intolerancia religiosa”.
Pillay recordó que el nuevo Parlamento Europeo incluirá a un líder de un partido alemán que afirmó: “Europa es el continente de las personas blancas y debería quedarse así” y contará con la presencia de un líder de un partido francés que comparó el rezo pacífico de los musulmanes en las calles con la ocupación militar de los nazis.
Ginebra /EFE