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FORO DE LECTORES


Directiva de la vergüenza

| Jueves 17 julio, 2008


Directiva de la vergüenza


“La Directiva del Retorno”, llamada inclusive por algunos sectores europeos, como la “Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social” —en Castilla-La Mancha, la “Directiva de la Vergüenza”, calificada así por las organizaciones de inmigrantes y de defensa de los derechos humanos— no podía ser respondida sino con el absoluto rechazo de todos los presidentes de los países latinoamericanos afectados por tal equivocada decisión.
El Presidente del Ecuador y presidente pro-témpore de la Comunidad Andina de Naciones, Rafael Correa, fue frontal en sus declaraciones, advirtió que su gobierno se retirará de las negociaciones del Acuerdo de Asociación, si la Unión Europea insiste en criminalizar a los migrantes con la “Directiva del Retorno”. Reacción de dignidad, no de cálculo económico que parece, es lo que impera hoy en el mundo.
Rafael Correa entiende que el pilar del Diálogo Político, un fundamental componente del Acuerdo de Asociación CAN-UE, “debe permitir el tratamiento de todos los temas sustantivos de la relación bilateral y servir de base para encontrar soluciones a problemas específicos en torno a temas sensibles como la migración”.
Igualmente, los medios de comunicación, especialmente los de la prensa escrita de estos países, han rechazado frontalmente, con gran altura intelectual, esta decisión de la Unión Europea.
Destaco, como ejemplo, por más cercano a mi información, pero sobre todo por la excelencia del pensamiento expresado en relación al tema, los artículos “Encarcelar a los emigrantes” y “El regreso de los bárbaros” del director del diario LA REPUBLICA, de Costa Rica, Luis Alberto Muñoz.
Francia y Europa en su conjunto, otrora faro de luz de la libertad y derechos humanos, hoy se ensombrecen ante los ojos del mundo, liderando un movimiento de persecución sin sentido contra los migrantes, aunque los llamen “ilegales”, olvidando que toda su historia, desde los descubrimientos, está ligada a ese indeclinable deseo humano de nuevos espacios y nuevas oportunidades.
Como bien se señala en “El regreso de los bárbaros”, “Mientras se iza la bandera en contra del racismo ante el mundo, a lo interno se estruja a los inmigrantes, se anuncian campañas de persecución y encarcelamiento, a quienes sin vergüenza denominan “sin papeles”.
Cuarenta organizaciones civiles de España señalaron, desde que fue presentado, su total desacuerdo con el texto de la “Directiva del Retorno”, hoy transformada ya en ley en el ámbito de la UE, manifestando que contenían propuestas “totalmente injustificadas y desproporcionadas, carentes de todo respeto hacia los derechos humanos”.
Pareciera que hoy son “papel mojado” las Conclusiones de los Acuerdos de la Presidencia del Consejo Europeo de Tampere el 15 y 16 de octubre de 1999, sobre la “creación de un espacio de libertad, seguridad y justicia para los extranjeros no comunitarios que consideran que el espacio de la Unión Europea, de paz y prosperidad, no puede ser dominio exclusivo de los ciudadanos/as de la Unión Europea, puesto que su propia existencia ejerce el poder de atracción para muchos ciudadanos del mundo”.
En la actual coyuntura económica que vive el mundo, el asunto migratorio es muy delicado, y nadie puede negar el derecho que asiste a los Gobiernos de los países europeos, y en general, de cualquier Gobierno a regular los flujos de migración que pueden afectar de alguna manera a sus países, pero siempre desde el fundamental respeto de las personas y de sus derechos humanos.
Desearía terminar este artículo recuperando algunos lineamientos de acción que la “Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social” en España, proponen y lo titularon “Como avanzar” en el tema pobreza-migración : 1– Una aproximación positiva a la inmigración. 2- Garantizar el acceso de los inmigrantes a los derechos y recursos. 3- Mejorar su acceso a los servicios sociales básicos. 4- Invertir en integración. 5- Afrontar las causas raíz de la migración. 6- Asegurar derechos políticos progresivos a los inmigrantes.
Quisiera pensar que no es cierta la apreciación del analista David Albaiceta sobre este tema, cuando dice “Las sociedades occidentales no se distinguen por su hospitalidad, sino por sus intereses, resguardo de sus comodidades, sus vacaciones lejanas, sus ahorros y sus sueldos”. Quisiera creer, contradiciendo a Luis Alberto Muñoz, que todavía existe espacio para la compasión a los hombres.

Daisy Espinel de Alvarado
Embajadora de Ecuador






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