Despilfarro: ¢500 mil millones
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Jueves 20 enero, 2011
Recortes en viajes y consultorías ahorrarían la misma cantidad de recursos que pretende plan fiscal
Gastos superfluos superan los ¢500 mil millones
Nuevos impuestos son necesarios para subsanar finanzas públicas, señala el Ministro de Hacienda
“El plan fiscal no es necesario, ya que el despilfarro del dinero por parte de las instituciones públicas es enorme; con un recorte y eficiencia del gasto, se pueden sanear las finanzas públicas sin necesidad de un paquete tributario. Estamos hablando de centenas de miles de millones mal utilizados en el presupuesto y si Fernando Herrero, ministro de Hacienda, no se dio cuenta, yo le voy a decir dónde está esa plata pronto”.
Con estas palabras, Luis Fishman, diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), se refirió a la reforma fiscal, proyecto estrella del Poder Ejecutivo que ingresó a la corriente legislativa el lunes anterior, con la intención de aprobar nuevos impuestos y de esta forma, luchar contra el elevado déficit del 5,3% del Producto Interno Bruto.
Desde antes de la presentación de la iniciativa, el legislador y un grupo de sus asesores, se han dado a la tarea de hacer una revisión pormenorizada del Presupuesto Nacional de 2011, el cual contiene “centenas de miles de millones en gastos superfluos”.
En ese sentido, solo en el pago de consultorías, todas las instituciones públicas gastarán alrededor de ¢100 mil millones durante 2011, mientras que en alquileres, se presupuestaron ¢67 mil millones. Aún, falta determinar muchos rubros como gastos en publicidad, viajes y viáticos al exterior, gastos confidenciales, gastos de representación, capacitaciones y otros, añadió Fishman.
El plan fiscal del Ejecutivo pretende recaudar ¢500 mil millones, por medio del impuesto al valor agregado (IVA), el cual no solo gravaría los bienes como sucede actualmente, sino que también lo haría con todos los servicios. La tasa pasaría de un 13% a un 14%.
Asimismo, se cobraría un impuesto del 10% sobre la propiedad de vehículos, mientras que las rentas pasivas del capital serían gravadas con un 15%.
De esta forma, desde los servicios de agua y electricidad, hasta la entrada a los cines y la educación privada en general, tendrían que pagar nuevos impuestos.
“Cuando se discute el presupuesto en el Congreso, los diputados nos centramos principalmente en el Gobierno central, pero al hacer una revisión más profunda, nos hemos dado cuenta de los horrores que están sucediendo en las instituciones descentralizadas, por lo que mientras estén esas cañerías abiertas, es un pecado pedirles más sacrificios a la clase pobre y a la clase media del país”, dijo Fishman.
Hace una semana, el Gobierno dio a conocer un programa de recortes en el presupuesto por unos ¢40 mil millones, así como una serie de medidas para luchar contra la evasión fiscal y recaudar ¢50 mil millones adicionales anualmente.
Sin embargo, los esfuerzos gubernamentales no son suficientes para Fishman, quien asegura que queda mucho por hacer y recortar, y que el Poder Ejecutivo debe hacer un esfuerzo para ajustar primero el presupuesto y después, analizar la posibilidad de un plan fiscal.
Y es que aprobar un plan tributario como el que propone, no sería otra cosa que “patear la bola hacia delante”, ya que en su opinión, se requiere una reforma estructural, para mejorar el gasto y luchar contra la evasión.
En ese sentido, hizo un llamado a la Presidenta para que aproveche la coyuntura, ya que considera que nunca antes los partidos políticos, incluso el Movimiento Libertario, habían reconocido como ahora, la necesidad de sanear las finanzas públicas.
“Más impuestos significan no entrar en el fondo del problema, el cual pasa por la duplicación de funciones, instituciones que no hacen nada, la falta de conciencia, el despilfarro y la falta de claridad. Deberíamos hacer una verdadera cirugía en este tema, la Presidenta tiene una oportunidad histórica de hacer una reforma profunda, porque hay una Asamblea con voluntad de colaborar”, concluyó Fishman.
En relación con este tema, el Ministro de Hacienda manifestó que el saneamiento de las finanzas públicas pasa efectivamente por la reducción y eficiencia del gasto, como propone el socialcristiano.
Sin embargo, indicó que la reforma fiscal es un componente fundamental para darle al Estado los recursos económicos que se requieren.
“El proyecto de solidaridad tributaria que presentamos al Congreso es parte de un plan más amplio, para fortalecer y dar sostenibilidad a la hacienda pública. Dicho plan incluye el control del gasto público y en ese sentido, estamos preparando una directriz para que el presupuesto sea más austero en todas las instituciones. El segundo componente del plan, es el tributario para luchar contra la evasión y finalmente, la reforma como tal”, finalizó Herrero.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
Gastos superfluos superan los ¢500 mil millones
Nuevos impuestos son necesarios para subsanar finanzas públicas, señala el Ministro de Hacienda
“El plan fiscal no es necesario, ya que el despilfarro del dinero por parte de las instituciones públicas es enorme; con un recorte y eficiencia del gasto, se pueden sanear las finanzas públicas sin necesidad de un paquete tributario. Estamos hablando de centenas de miles de millones mal utilizados en el presupuesto y si Fernando Herrero, ministro de Hacienda, no se dio cuenta, yo le voy a decir dónde está esa plata pronto”.
Con estas palabras, Luis Fishman, diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), se refirió a la reforma fiscal, proyecto estrella del Poder Ejecutivo que ingresó a la corriente legislativa el lunes anterior, con la intención de aprobar nuevos impuestos y de esta forma, luchar contra el elevado déficit del 5,3% del Producto Interno Bruto.
Desde antes de la presentación de la iniciativa, el legislador y un grupo de sus asesores, se han dado a la tarea de hacer una revisión pormenorizada del Presupuesto Nacional de 2011, el cual contiene “centenas de miles de millones en gastos superfluos”.
En ese sentido, solo en el pago de consultorías, todas las instituciones públicas gastarán alrededor de ¢100 mil millones durante 2011, mientras que en alquileres, se presupuestaron ¢67 mil millones. Aún, falta determinar muchos rubros como gastos en publicidad, viajes y viáticos al exterior, gastos confidenciales, gastos de representación, capacitaciones y otros, añadió Fishman.
El plan fiscal del Ejecutivo pretende recaudar ¢500 mil millones, por medio del impuesto al valor agregado (IVA), el cual no solo gravaría los bienes como sucede actualmente, sino que también lo haría con todos los servicios. La tasa pasaría de un 13% a un 14%.
Asimismo, se cobraría un impuesto del 10% sobre la propiedad de vehículos, mientras que las rentas pasivas del capital serían gravadas con un 15%.
De esta forma, desde los servicios de agua y electricidad, hasta la entrada a los cines y la educación privada en general, tendrían que pagar nuevos impuestos.
“Cuando se discute el presupuesto en el Congreso, los diputados nos centramos principalmente en el Gobierno central, pero al hacer una revisión más profunda, nos hemos dado cuenta de los horrores que están sucediendo en las instituciones descentralizadas, por lo que mientras estén esas cañerías abiertas, es un pecado pedirles más sacrificios a la clase pobre y a la clase media del país”, dijo Fishman.
Hace una semana, el Gobierno dio a conocer un programa de recortes en el presupuesto por unos ¢40 mil millones, así como una serie de medidas para luchar contra la evasión fiscal y recaudar ¢50 mil millones adicionales anualmente.
Sin embargo, los esfuerzos gubernamentales no son suficientes para Fishman, quien asegura que queda mucho por hacer y recortar, y que el Poder Ejecutivo debe hacer un esfuerzo para ajustar primero el presupuesto y después, analizar la posibilidad de un plan fiscal.
Y es que aprobar un plan tributario como el que propone, no sería otra cosa que “patear la bola hacia delante”, ya que en su opinión, se requiere una reforma estructural, para mejorar el gasto y luchar contra la evasión.
En ese sentido, hizo un llamado a la Presidenta para que aproveche la coyuntura, ya que considera que nunca antes los partidos políticos, incluso el Movimiento Libertario, habían reconocido como ahora, la necesidad de sanear las finanzas públicas.
“Más impuestos significan no entrar en el fondo del problema, el cual pasa por la duplicación de funciones, instituciones que no hacen nada, la falta de conciencia, el despilfarro y la falta de claridad. Deberíamos hacer una verdadera cirugía en este tema, la Presidenta tiene una oportunidad histórica de hacer una reforma profunda, porque hay una Asamblea con voluntad de colaborar”, concluyó Fishman.
En relación con este tema, el Ministro de Hacienda manifestó que el saneamiento de las finanzas públicas pasa efectivamente por la reducción y eficiencia del gasto, como propone el socialcristiano.
Sin embargo, indicó que la reforma fiscal es un componente fundamental para darle al Estado los recursos económicos que se requieren.
“El proyecto de solidaridad tributaria que presentamos al Congreso es parte de un plan más amplio, para fortalecer y dar sostenibilidad a la hacienda pública. Dicho plan incluye el control del gasto público y en ese sentido, estamos preparando una directriz para que el presupuesto sea más austero en todas las instituciones. El segundo componente del plan, es el tributario para luchar contra la evasión y finalmente, la reforma como tal”, finalizó Herrero.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net