Desigualdad social y pobreza
| Sábado 20 noviembre, 2010
Desigualdad social y pobreza
En estos días se ha dado una discusión importante en el sentido de que si se disminuye la desigualdad, se disminuye la pobreza, criterio que no ha sido compartido por algunos.
No obstante me parece que la pobreza y la desigualdad son dos lacras que afectan a la humanidad y que deben disminuirse sustancialmente, dado que eliminarlas, en el corto y mediano plazo no lo veo posible, por lo complicado del panorama actual con la crisis económica mundial que trajo más desempleo y pobreza.
Para enfrentar la desigualdad social y la pobreza es fundamental que se mejore sustancialmente, como en el caso de Costa Rica, la capacidad de ejecución de los programas y proyectos de las entidades que conforman el sector social, que no se presenten situaciones como en los años anteriores cuando varias de esas entidades tuvieron superávits significativos a pesar de que el nivel de pobreza se ha incrementado y actualmente está en un 19% y la brecha entre ricos y pobres también ha aumentado.
En la mayoría de los países del mundo, la proporción de las rentas totales que corresponden al trabajo asalariado han disminuido en mayor o menor cuantía, mientras que invariablemente ha aumentado la correspondiente a los beneficios del capital. Es decir, la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen se ha incrementado.
Se debe ver la pobreza de manera integral de tal manera que se involucren aspectos como empleo, vivienda, educación, salud, migración del campo a la ciudad.
Es fundamental que se dé un mayor seguimiento y coordinación entre las entidades del sector social, de manera que se puedan reducir la pobreza y la desigualdad social en forma sostenida.
Es pertinente señalar que los programas para reducir la pobreza aplicados por las entidades públicas del sector social básicamente han sido un paliativo, pero no han abordado de manera integral la problemática social que representa la pobreza, por lo que se debería considerar que más allá de los fracasos en los programas para disminuirla en los sectores sociales menos favorecidos, es decir los pobres de las ciudades y del campo, estos comenzaron a concebir al gobierno como una fuente de donaciones económicas, es decir una instancia capaz de garantizarles el progreso por la vía de sus obras, sus subsidios, sus dádivas.
Es pertinente establecer una red efectiva de protección social para los más desposeídos, y mejorar la definición e identificación de los mismos, integrar efectivamente a los más pobres a la red de protección social a través de acciones sectoriales y multisectoriales debidamente focalizadas y desarrollar acciones que sirvan para un adecuado nexo entre los programas sociales y las oportunidades de desarrollo para los más desfavorecidos, de esa manera, estaríamos haciendo realidad el pensamiento de Jorge Debravo, cuando dijo: “Tenemos la obligación de luchar por un mejor destino para el hombre”.
Bernal Monge Pacheco
Consultor
En estos días se ha dado una discusión importante en el sentido de que si se disminuye la desigualdad, se disminuye la pobreza, criterio que no ha sido compartido por algunos.
No obstante me parece que la pobreza y la desigualdad son dos lacras que afectan a la humanidad y que deben disminuirse sustancialmente, dado que eliminarlas, en el corto y mediano plazo no lo veo posible, por lo complicado del panorama actual con la crisis económica mundial que trajo más desempleo y pobreza.
Para enfrentar la desigualdad social y la pobreza es fundamental que se mejore sustancialmente, como en el caso de Costa Rica, la capacidad de ejecución de los programas y proyectos de las entidades que conforman el sector social, que no se presenten situaciones como en los años anteriores cuando varias de esas entidades tuvieron superávits significativos a pesar de que el nivel de pobreza se ha incrementado y actualmente está en un 19% y la brecha entre ricos y pobres también ha aumentado.
En la mayoría de los países del mundo, la proporción de las rentas totales que corresponden al trabajo asalariado han disminuido en mayor o menor cuantía, mientras que invariablemente ha aumentado la correspondiente a los beneficios del capital. Es decir, la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen se ha incrementado.
Se debe ver la pobreza de manera integral de tal manera que se involucren aspectos como empleo, vivienda, educación, salud, migración del campo a la ciudad.
Es fundamental que se dé un mayor seguimiento y coordinación entre las entidades del sector social, de manera que se puedan reducir la pobreza y la desigualdad social en forma sostenida.
Es pertinente señalar que los programas para reducir la pobreza aplicados por las entidades públicas del sector social básicamente han sido un paliativo, pero no han abordado de manera integral la problemática social que representa la pobreza, por lo que se debería considerar que más allá de los fracasos en los programas para disminuirla en los sectores sociales menos favorecidos, es decir los pobres de las ciudades y del campo, estos comenzaron a concebir al gobierno como una fuente de donaciones económicas, es decir una instancia capaz de garantizarles el progreso por la vía de sus obras, sus subsidios, sus dádivas.
Es pertinente establecer una red efectiva de protección social para los más desposeídos, y mejorar la definición e identificación de los mismos, integrar efectivamente a los más pobres a la red de protección social a través de acciones sectoriales y multisectoriales debidamente focalizadas y desarrollar acciones que sirvan para un adecuado nexo entre los programas sociales y las oportunidades de desarrollo para los más desfavorecidos, de esa manera, estaríamos haciendo realidad el pensamiento de Jorge Debravo, cuando dijo: “Tenemos la obligación de luchar por un mejor destino para el hombre”.
Bernal Monge Pacheco
Consultor